Afirman que desde China se abre en Asia una “oportunidad histórica” para el crecimiento de la Argentina
MAR DEL PLATA.- El poderío económico actual de Asia y su potencial de desarrollo y crecimiento en las próximas décadas se advirtió como “una oportunidad histórica” en el inicio de este 61...
MAR DEL PLATA.- El poderío económico actual de Asia y su potencial de desarrollo y crecimiento en las próximas décadas se advirtió como “una oportunidad histórica” en el inicio de este 61° Coloquio de IDEA, que coincide con horas posteriores a la reunión entre el presidente de Javier Milei y su par de Estados Unidos, Donald Trump, donde se escucharon referencias repetidas al rol de China como duro y pujante competidor en los mercados internacionales.
“El centro de gravedad se está corriendo del Atlántico Norte hacia Asia, no podemos ignorarlo, y existe una oportunidad histórica de Argentina realizando la aproximación adecuada”, apuntó Valentín De Miguel, Chief Strategy Officer en Accenture Growth Markets, que llegó desde Singapur para exponer sobre “Valor y valores de la región”. “Hay una exhortación a venir a la Argentina”, aseguró sobre líderes asiáticos, y en particular chinos, que buscan nuevos destinos en el mundo para sus inversiones.
Coincidió en ese escenario con quien lo antecedió en este primer panel, Manuel Muñiz, rector internacional de IE University y presidente de la Junta Directiva de IE New York College. “En 2001, China entra en la Organización Internacional de Comercio, avanza hacia Asia, África y América Latina y tiñó el mapa de rojo”, dijo, al referirse a un planisferio que marcó la evolución a ritmo de ola de esta economía que, puntualizó, “retornó a un puesto de centralidad”. “Estados Unidos nunca tuvo un rival así como reto estructural”, remarcó.
Cada uno a su turno, moderados por la periodista Daniela Blanco y ante más de 700 ejecutivos que participaron de esta primera actividad de la agenda del Coloquio, los analistas aportaron un pantallazo muy amplio y preciso de los cambios que se han dado en la geopolítica y la economía global. Aun contra pronósticos que se habían entendido como verdades casi absolutas.
“Hay un retorno de la historia, aquella tesis no se ha cumplido”, afirmó Muñiz en referencia a la idea que Francis Fukuyama volcó en su libro “El fin de la historia”, que planteaba un punto de quiebre definitivo para la evolución política, con un mundo que tras el final de la Guerra Fría y sus consecuencias iba a evolucionar hacia una expansión de la vida en democracia.
Muñiz ofreció un nuevo dibujo del entorno internacional con este ascenso puntual de China, algunas formas de lo que llamó nacional populismo, un revisionismo ruso que tildó de “incómodo” tras la salida de la guerra fría e intentos fallidos de democratización, en particular en países islámicos.
A China en particular la destacó como potencia en tecnología y describió una sensación vigente de lo que denominó como Trampa de Tucidides, en referencia al temor que genera el crecimiento de una nueva potencia por sobre lo que dominaba occidente. “Estamos inmersos en esta dinámica de competencia económica, tecnológica y geopolítica entre estos países”, dijo. Y ubicó del otro lado a Estados Unidos como competencia. “Este momento es tan relevante como el fin de la Guerra Fría”, arriesgó en su intervención.
Muñiz dejó también un mensaje referido a la distribución de renta y la concentración masiva en el capital por sobre el trabajo y su derivación política. Afirmó que las consecuencias son “sociedades pesimistas respecto al porvenir” que conducen a un “sentimiento antisistema” y aparición de fuerzas “extremas” que si llegan al gobierno se vuelven “anti-liberales”.
“No sé si como Menotti (César) o cómo Bilardo (Carlos)”, planteó De Miguel, conocedor a fondo de las raíces futbolísticas del país, reflejada aquí como nunca con el título de este Coloquio de IDEA: “Juega Argentina”. Al ataque o con más cuidados en defensa, según estilos de aquellos entrenadores, entiende que el país debe ir en busca de la oportunidad que se abre en oriente en su conjunto.
“Energía, minería, turismo, infraestructura y conocimiento, industrias que Asia necesita”, explicó sobre solo algunos rubros en los que aparecen chances enormes de negocios y posibilidades de crecimiento para las empresas argentinas.
No solo se refirió al potencial de China. Sumó, por ejemplo, a India, a la que por su diversidad interna interpretó “casi como un continente” y anticipó que hacia 2075 se estima que será la segunda economía del mundo.
Citó a modo de referencia que solo desde febrero último el crecimiento de China es equivalente al tamaño de la economía total de Argentina. “En 14 años va a duplicar su economía”, pronosticó sobre el imponente ritmo que marca el gigante asiático del que resaltó el hincapié que ha hecho en los últimos tiempos en uno de sus pilares, como es la educación.
Hay 200 millones de titulados o profesionales en China frente a 165 millones de Estados Unidos. Una distancia que marcó aun notoria, cuando dijo que suma 1,6 millones de ingenieros al año contra 200.000 que egresan en el mismo período en Estados Unidos. “El 50% de los programadores de IA del mundo están en China”, dijo y no solo se quedó con cantidad. También rescató la calidad ya que de acuerdo a escalafones internacionales las mejores universidades del mundo están en China.
De Miguel invitó a “evitar la arrogancia occidental” y “evitar prejuicios sobre su economía y cultura”. Les recordó a los ejecutivos que China ya es el principal socio comercial de Sudamérica desde 2005 y segundo destino de las exportaciones de este extremo del continente, con soja, carne y aceite de soja a la cabeza de los despachos que parten desde Argentina, Brasil y la zona. “Hay una oportunidad histórica”, insistió.