Agonizaba entre otros animales faenados cuando lo encontraron en el patio de una vivienda que vendía carne: “Había olor a descomposición”
Cuando lo vieron tendido en el suelo, rodeado de restos de otros animales, tripas, vísceras, sangre y excremento, creyeron que estaba muerto. Allí, sobre la tierra húmeda que había sido testigo...
Cuando lo vieron tendido en el suelo, rodeado de restos de otros animales, tripas, vísceras, sangre y excremento, creyeron que estaba muerto. Allí, sobre la tierra húmeda que había sido testigo invisible de incontables actos de crueldad, un cachorro de pelaje que alguna vez había sido blanco esperaba, también, que llegara finalmente el último suspiro que lo liberara del infierno que estaba viviendo.
Esa mañana, a raíz de una denuncia de la Fundación Planeta Vivo -una organización sin fines de lucro dedicada al rescate, la recuperación y la liberación de fauna silvestre y doméstica en Argentina-, bajo la supervisión de la UFI N° 2 de Berazategui, con el fiscal Cristian Granados, personal policial junto a efectivos de la comisaría 1° de Berazategui y agentes de Bromatología y Zoonosis de la comuna, participaron del allanamiento de una vivienda en la calle 160 entre 29 y 30 de Villa Mitre, de esa localidad de la Provincia de Buenos Aires.
“Pensé que no iba a sobrevivir”“Lo primero que vi fueron animales faenados por todo el patio de la casa. De inmediato lo encontré a Valko, el perrito tipo Caniche, tirado en el suelo, pensé que estaba muerto. Me acerqué e intentó incorporarse pero estaba tan débil que solo pudo mover un poco la cabeza. Intentó levantarse dos o tres veces, pero se caía hasta que pudo apoyar su cabecita en una bañera que estaba entre los restos de otros animales. Así estuvo hasta que pudimos irnos de ese lugar espantoso. Honestamente creí que estaba en sus últimos momentos y no pensé que pudiera sobrevivir”, recuerda con tristeza Fernando Pieroni, el rescatista y miembro de la Fundación Planeta Vivo que participó del allanamiento.
Durante el procedimiento, los efectivos encontraron en el lugar restos de varios animales muertos, incluyendo un equino, una vaca, tres terneros y una oveja. También se incautaron herramientas utilizadas para la faena, como cuchillos, rondanas y ganchos, lo que confirmó la actividad clandestina. Además, se decomisó una importante cantidad de carne que estaba siendo procesada en condiciones insalubres. Es sabido el comercio ilegal que hay detrás de la carne de caballo, una industria en la cual Argentina encabeza las exportaciones a nivel mundial. En total, ocho personas resultaron detenidas con los cargos de asociación ilícita, encubrimiento agravado y maltrato animal.
“Todavía no me puedo sacar de la nariz los olores que había en ese lugar horrible. Olor a sangre, a animal en descomposición, a basura. Se me impregnaron en la ropa y en el alma. Es un olor indescriptible que nunca voy a olvidar y que no puedo poner en palabras. Todos los que entramos en el lugar quedamos shockeados, no voy a sacarme de la mente las expresiones de angustia y asombro en los rostros: desde las personas más frías, hasta nosotros que de alguna manera estamos mas acostumbrados a ver este tipo de escenas. Cabezas de caballos, ojos, huesos, tachos con tripas, carne apilada para ser vendida y, lo peor de todo, niños jugando en el patio de la casa alrededor de todo ese escenario de muerte. Fue devastador”, detalla con dolor Pieroni. “Lo que se vio en este domicilio sucede con millones de animales en todo el mundo dentro de los mataderos, la única diferencia es que no se ve”.
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“Su historia me tocó fibras muy profundas”En tanto que cada uno de los animales que aún seguía con vida cuando se realizó el procedimiento fue destinado a un centro especializado para su atención, Valko, el pequeño perrito, luchaba por su vida. Estuvo una semana internado en estado crítico y sin poder incorporarse. Se le realizaron estudios, se le administró suero y antibióticos y se indicó un plan de alimentación para que recuperara peso ya que estaba desnutrido y extremadamente delgado.
“Me enteré del caso por las redes sociales. Cuando mi pareja y yo vimos a Valko por primera vez quedamos profundamente conmovidos. Valko era uno de los que estaba en situación más crítica y vulnerable. Al borde de la muerte y agonizando, probablemente no hubiera sobrevivido un día más”, detalla Belén, que se involucró en el caso y ofreció ayuda para rehabilitar al perrito.
Lo que le generó Valko es algo que no logra poner en palabras. “Creo conecté con él desde el minuto cero, algo de su historia me interpeló y me tocó fibras muy profundas. Con Lucas (mi pareja) no teníamos mucha información sobre los videos más allá de lo que habíamos visto en redes. Pero nosotros queríamos que fuera parte de nuestra familia. No sabíamos nada del animal, ni el sexo, ni nada de las patologías que venían con él, solo un simple video nos bastó para querer ir a buscarlo donde fuera”.
La primera vez que Belén y Lucas vieron a Valko fue llegando al centro veterinario municipal de Berazategui, donde estaba internado. Fernando Pieroni lo sostenía en brazos. “Fue una mezcla entre escalofríos, nervios y felicidad. Nos bajamos corriendo del auto y fue un momento muy lindo. Valko ya era parte de la familia antes de conocerlo”, dice Belén emocionada.
“Lo sentía tan frágil y débil que no me podía separar de él”Los primeros días en la casa de Villa Urquiza donde vive la joven pareja fueron desafiantes. “Queríamos hacer las cosas bien, tratar de crear el espacio más ameno para mitigar cualquier tipo de estrés para Valko. Por otra parte, empezaba la primera parte de su recuperación, que era continuar con todos sus controles médicos para descartar cualquier patología o enfermedad. Lo que más me costó fue darle su espacio. Cuando llegó lo sentía tan frágil y vulnerable que me quedaba todo el tiempo al lado de él”.
Con respecto la parte médica, lo primero que hizo Belén fue ocuparse de los frentes más urgentes. Primero se le hicieron análisis de sangre para descartar cualquier tipo de hemoparásitos y enfermedades como brucelosis o toxoplasmosis, entre otras. “Causada por el parásito Toxoplasma gondii, la toxoplasmosis es una enfermedad zoonótica -se transmite de animales a humanos- que utiliza a los gatos como huésped definitivo. Ellos se infectan al consumir carne cruda o presas contaminadas, como ratones, y durante unas semanas, eliminan los huevos del parásito en sus heces. En el caso de los perros, si bien no son transmisores directos, pueden actuar como vectores indirectos, llevando huevos del parásito en su pelaje o patas tras estar en contacto con heces contaminadas”, explica Santiago Gallo, médico veterinario y director de Clínica Burgess.
En cuanto a la brucelosis, causada por la bacteria Brucella canis, afecta principalmente al sistema reproductivo de los perros. “En mi trabajo, he observado casos donde provoca abortos en perras, infertilidad y problemas testiculares en machos. El contagio humano ocurre al entrar en contacto con fluidos corporales de animales infectados, como sangre, orina o secreciones durante un parto. En personas, puede provocar fiebre persistente, fatiga y dolores musculares o articulares. Aunque la transmisión a humanos es poco frecuente, sigue siendo una zoonosis que merece nuestra atención. De todos modos, no hay motivo para alarmarse. Tanto la toxoplasmosis como la brucelosis son enfermedades que podemos prevenir fácilmente con buenos hábitos de higiene, alimentación adecuada y chequeos regulares”, detalla Gallo. Así, con el panorama más claro y, de acuerdo a las indicaciones de la veterinaria de cabecera, Belén siguió al pie de la letra todo lo sugerido para la rehabilitación del perrito.
“Valko tiene una pata con una condición que le produce un espasmo crónico producto de un moquillo que tuvo en algún momento. Otra de sus patas posteriores está luxada y tiene una afección en una de las vértebras de la columna. Además, está muy bajo de peso, por lo cual sigue una dieta específica para poder llegar a su peso ideal y saludable. Actualmente tiene sesiones de fisioterapia para tratar sus dolores crónicos y la parte ósea. Y hacemos muchos paseos para fortalecer sus patas posteriores y ganar masa muscular”, cuenta Belén entusiasmada.
Valko es un perro mimado. Se volvió fan de las siestas y los paseos. Le encanta interactuar con otros perros. Responde a su nombre, es obediente y agradecido. Un día típico de él arranca en brazos de Belén para que ella lo lleve al parque - por el momento no puede subir ni bajar escaleras por su cuenta-. A la mañana toma sus medicaciones y se sienta cerquita de su humana mientras ella prepara su comida. Sale a pasear entre dos y tres veces por día. Juega con su hermano perruno y duerme mucho.
“Nos enseñó realmente el poder de la palabra resiliencia. Y que las segundas oportunidades pueden ser hermosas. Es un animal muy fuerte, que con sus solo 4 kilitos pudo salir adelante de todo. Me enseña día a día lo que es el amor, no se me despega de al lado un minuto y su mirada transmite todo. No tengo dudas: involucrarse salva vidas”.
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