Alcaraz, campeón del US Open: un doble comando que se profundiza y promete más capítulos
Desde este lunes, Carlos Alcaraz regresa a lo más alto del ranking. Con 11.540 puntos, el español le puso fin al reinado de 65 semanas de Jannik Sinner (10.780). La diferencia es de 760 puntos en...
Desde este lunes, Carlos Alcaraz regresa a lo más alto del ranking. Con 11.540 puntos, el español le puso fin al reinado de 65 semanas de Jannik Sinner (10.780). La diferencia es de 760 puntos en favor del jugador nacido en El Palmar. Es todo tan parejo entre ambos que convirtieron el circuito masculino en un duopolio: dos títulos grandes en 2025 para Sinner (Australia y Wimbledon), dos para Carlitos (Roland Garros y el US Open). El doble comando queda más expuesto si se tiene en cuenta que lo mismo pasó en 2024, con la diferencia que el italiano ganó en Melbourne y Nueva York, y el murciano lo hizo en París y en el All England.
Novak Djokovic, el tercero en tiempos de Roger Federer y Rafael Nadal, también intentó ser una cuña en esta nueva era, pero la impresión es que la edad empieza a dejarlo fuera de la discusión. Su situación queda retratada en las grandes citas: fue semifinalista en los cuatro grandes –un logro formidable para un tenista de 38 años-, pero se vio superado en sets corridos en esa instancia por Sinner en Roland Garros y Wimbledon, por Alcaraz en Flushing Meadows, y por Alexander Zverev –lesión de por medio- en el Open australiano.
El gobierno compartido del tour empieza a acercarse al dominio de otras leyendas, como los 11 trofeos seguidos que se repartieron Nadal y Federer entre 2005 y 2007, y un poco más cerca, los 9 grandes que se alternaron Rafa y Djokovic entre 2010 y 2012. Tanta es la ventaja sobre el resto que Alcaraz casi duplica a quien asoma tercero en el ranking, Alexander Zverev (5930), con 5610 puntos de distancia. Djokovic, el jugador de mayor edad del Top 50, quedó cuarto, con 4830. De nuevo: enorme mérito el del serbio ocupar esa posición, aunque los números lo alejan de los dominadores del circuito. Por debajo de Zverev, el resto del tour no llega ni a la mitad de los puntos de los dos primeros.
A la luz de esta paridad en lo más alto, empieza a cobrar un valor insoslayable lo sucedido el 8 de junio pasado en el Bois de Boulogne, la tarde en la que Alcaraz salvó tres match-points para imponerse en cinco sets: en ese partido hubo 700 puntos que pasaron de Sinner al del español. Desde abril, el flamante número 1 ostenta una marca de 46 triunfos y apenas dos tropiezos, el mencionado contra Sinner en pasto, y contra Holger Rune, en el Conde de Godó. Llegó a la final en sus últimos ocho torneos, un récord de regularidad: Montecarlo, Barcelona, Roma, Roland Garros, Londres (Queen’s), Wimbledon, Cincinnati y el US Open. En el cemento de Nueva York estuvo a punto de ganar el campeonato sin ceder un set, una marca que nadie consigue en ese torneo desde Neale Fraser en tiempos amateurs (1960).
Dentro de esa inevitable comparación con su antecesor y compatriota, Nadal, el nuevo número 1 del mundo empieza a aportar números más que interesantes: llegó a los seis títulos grandes antes que el zurdo de Manacor. Exigente, Rafa contó en una entrevista hace unos días que “Alcaraz es más mágico, más impredecible, puede jugar a un nivel que probablemente a veces Jannik Sinner no puede. Pero, al mismo tiempo, también comete más errores”. La respuesta del jugador de El Palmar llegó en la final: 24 equivocaciones, contra 28 del italiano, todo dentro de un partido vertiginoso, de muchos puntos cortos, búsqueda rápida y pocos intercambios extensos. Una certeza de que Alcaraz puede estar a la par de la velocidad de Sinner, y también complicar al de San Candido con sus variantes.
El español tomó nota de los detalles que le costaron la derrota en el All England, hace un par de meses, y corrigió en consecuencia: tenis más agresivo, menos espera y más presión para incomodar al italiano, visiblemente sorprendido en algunos pasajes. Sinner se lleva tarea para el hogar. Sabe que tendrá que mejorar (y lo hará, seguramente) para estar a la altura que alcanzó Carlitos en la ciudad de los rascacielos. Todo hace pensar que la nueva rivalidad deparará más episodios a lo grande. Mientras tanto, Alcaraz disfruta su llegada a lo más alto. Lo logró, como contó en su documental de Netflix, “a su manera”.