Almeyda, el eje que hace girar o frenar al Sevilla: un plantel limitado, un mercado austero y un club que está a la venta
Una expulsión, la última escena en un campo de juego en 2025. Una crítica áspera al arbitraje, la conferencia de prensa con la que cerró el año. Matías Almeyda llegó a Sevilla para corregir...
Una expulsión, la última escena en un campo de juego en 2025. Una crítica áspera al arbitraje, la conferencia de prensa con la que cerró el año. Matías Almeyda llegó a Sevilla para corregir un rumbo, con un contrato de tres años, y aunque los andaluces desarrollan una campaña irregular y el público aprueba la tarea del entrenador, la continuidad del tandilense podría depender de los resultados que se registren tras el receso. Del contundente triunfo sobre Barcelona, en octubre pasado, a la caída con Real Madrid, partido con el que finalizó el actual calendario, pasando por la posibilidad de una venta del club que podría sellarse entre marzo y abril de 2026, el escenario enseña un dentro y fuera de la cancha una inestabilidad que envuelve a los nervionenses.
“Habrá que descansar y recuperar energías”, señaló en la charla con los medios, en el Santiago Bernabéu, tras perder 2-0 con Real Madrid y protagonizar un tenso intercambio con la jueza asistente Guadalupe Porras y el árbitro principal Alejandro Muñiz Ruiz. El tropiezo fue el noveno en 17 encuentros de la Liga, donde Sevilla ocupa el décimo puesto, a ocho unidades de la última plaza que entrega cupos para las competencias internacionales. El Pelado arribó con la urgencia de reparar las campañas de Xavier García Pimienta –destituido en abril pasado, tras cuatro derrotas consecutivas; nueve victorias, nueve empates y 13 caídas- y el interinato de Joaquín Caparros, que cumplió su cuarto ciclo en el club.
Tres días antes de la visita a Real Madrid, la eliminación de la Copa del Rey, en los 16avos de final, ante Alavés, resultó un impacto. Y los golpes se vienen sucediendo en Sevilla: en el campo, donde los calendarios se suceden y los equipos no ilusionan, y en la tesorería, donde el saneamiento de las cuentas es un deber para no asfixiarse por el mal momento económico. La triple cita que tendrán los andaluces al reiniciarse la Liga en el estadio Sánchez Pizjuán, un termómetro para el grupo que será evaluado por los hinchas.
El resumen de la goleada a BarcelonaAbrirá el camino con Levante, último en la tabla de posiciones; Celta y Athletic de Bilbao, séptimo y octavo en el clasificador, los dos restantes visitantes. Entre ellos, viajará para medirse con Elche, que lo aventaja por dos unidades. Un póquer de partidos que animará a Almeyda o lo vaciará de fuerzas, esas que el equipo fue perdiendo desde la histórica victoria sobre Barcelona –no vencía desde hace diez años- al desliz en el Bernabéu. Seis de las nueve caídas en la Liga se produjeron entre esos dos cotejos.
Entrenador de carácter, con las metas definidas y que por su personalidad evita enredarse en polémicas, Almeyda que fue jugador sevillano –junto a Maradona y con Carlos Bilardo como director técnico- conoce la pasión de los andaluces y que los tiempos se acortan con la ausencia de resultados. El mayor desgaste al Pelado se lo producen las injusticias, y la situación que vivió con los árbitros expuso su enojo. “Yo no soy un payaso de circo, tengo mi historia en el fútbol. Es ridículo lo de hoy , me da hasta vergüenza tener que decirlo. No va a cambiar nada, porque soy el entrenador de Sevilla: somos el equipo que más amarillas tiene. El que calla es un traidor y yo traidor no soy (…) En algún momento van a tener que suspender a un árbitro. Nunca vi que en dos minutos pitaran dos penales, se arbitró muy mal”, atacó Almeyda.
La prensa sevillana fue la que encendió la alerta. “Matías Almeyda se lo piensa, Matías Almeyda se cansa o, simplemente, Matías Almeyda se plantea abandonar el banquillo de Sevilla”, el comienzo de un artículo de Estadio Deportivo, que analiza “la realidad por la que atraviesa el todavía entrenador del Sevilla Fútbol Club en estas fechas, tan propicias para rodearse de los suyos, hablar y retomar fuerzas cuando éstas empiezan a flaquear”.
Desde el entorno del entrenador, se enfocan con el director de fútbol profesional, Antonio Cordón, para cimentar el proyecto haciendo malabares en el mercado de pases. El objetivo prioritario es un delantero; regresará de la cesión el argentino Federico Gattoni y se especula que a pedido de la tesorería deberá realizarse alguna venta para sostener el margen de maniobra, a pesar de que en el pasado mercado de pases Sevilla firmó a siete futbolistas sin desembolsar más que la cifra pactada del contrato del jugador.
Un plantel limitado y con múltiples problemas físicos, los recursos de Almeyda son austeros. El club transmite confianza en el entrenador, porque no quieren repetir los errores del pasado reciente, con siete cambios de dirección en los últimos tres años. Todos confían en la resiliencia del Pelado, el que necesita energizarse para encarar la segunda etapa de la temporada, esa que marca el destino de los clubes y de los hombres.