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Ángel Di María, una atracción global para Rosario Central: el crack que impacta en las emociones y la economía del club

ROSARIO.- El hombre, que tendría unos 40 años, estrujó a su hijo y parecía no querer soltarlo. El abrazo irradiaba afecto. No hizo falta ver las lágrimas para saber que estaba llorando. Si alg...

Ángel Di María, una atracción global para Rosario Central: el crack que impacta en las emociones y la economía del club

ROSARIO.- El hombre, que tendría unos 40 años, estrujó a su hijo y parecía no querer soltarlo. El abrazo irradiaba afecto. No hizo falta ver las lágrimas para saber que estaba llorando. Si alg...

ROSARIO.- El hombre, que tendría unos 40 años, estrujó a su hijo y parecía no querer soltarlo. El abrazo irradiaba afecto. No hizo falta ver las lágrimas para saber que estaba llorando. Si alguien se pregunta por qué una gloria del fútbol mundial volvió a Rosario Central desafiando amenazas y arriesgando su condición de ídolo de una nación que lo vio campeón del mundo, en ese festejo de gol puede encontrar una respuesta.

Ángel Di María regresó al club que lo vio nacer y empezó a repartir corazones. En una tarde que desbordó de pasión, pirotecnia, fútbol, polémicas, folklore y hasta amor, el hijo pródigo cumplió su sueño y 18 años después volvió a vestir la camiseta azul y amarilla con que forjó su leyenda.

La alegría no fue completa, ya que si bien Angelito anotó por intermedio de un penal su gol, el momento de mayor euforia en la efervescente tarde en el Gigante de Arroyito, Godoy Cruz se llevó de Rosario un excesivo premio con el 1-1 conseguido en el quinto minuto de descuento. Di María mostró destellos de su genialidad, con los mismos enganches y cambios de velocidad que lo llevaron a conquistar el mundo, pero preocupó a todos cuando salió lesionado en carrito, a los 41 del segundo tiempo, tras una dosis excesiva de rigor por parte del equipo mendocino (en este caso un pisotón de Poggi) y la complicidad del árbitro Dóvalo, que antes había sancionado un polémico penal por agarrón a Véliz, cuando en la misma jugada hubieron otras infracciones más contundentes. Luego el entrenador Holan llevó tranquilidad, dijo en la conferencia de prensa que Di María estaba bien.

El gol de Di María

El Gigante de Arroyito abrió sus puertas a las 13, tres horas antes del kick-off, pero los canallas armaron la fiesta mucho antes. Desde temprano ardían los chorizos en las parrillas improvisadas en el cordón de la vereda y corrió el fernet y la cerveza, autoprovistas en heladeras portátiles. Los puestos ambulantes y los bares de la zona también estuvieron de parabienes. Como se hizo un rito en los últimos tiempos, los hinchas armaron su previa adueñándose del Boulevard Avellaneda para darse un banquete.

Todos luciendo su camiseta, muchos con la flamante marca del gallo en el pecho y el 11 en la espalda. Y así como aquella camiseta que estrenó el 14 de diciembre de 2005, con apenas 17 y años bajo la tutela del maestro Ángel Tulio Zof, tenía estampado un “canalla” diseñado por Roberto Fontanarrosa, la que lució esta tarde lucía su propia imagen: el festejo de un gol dibujado un corazón con los dedos de sus manos. Un tributo en vida para una leyenda vigente.

A las 15.15, Di María salió al centro de la escena, solo, precediendo a sus compañeros, para hacer la entrada en calor. Miró al cielo, elevó sus brazos como encomendándose al cielo. Absorbió un largo aplauso, saludó a los cuatro costados y recibió el primer aliento: “¡Fideo, Fideo!”. Cómo para ir entrando en clima. La ovación se repitió cuando por los altavoces anunciaron su nombre entre los titulares, y reapareció cuando el árbitro sancionó el penal, a los 31 del segundo tiempo.

La lesión de Di María

En las tribunas sobresalieron dos banderas: una en la popular de Regatas, que ocupa el sector de hinchas caracterizados, con la leyenda “Má, agarrá la bici que volvimos al loquera más lindo del mundo”. Otra, de Argentina, en la platea techada, que decía “Gracias Chiqui” con imágenes de las cuatro copas ganadas por la selección: la de Qatar, las dos de América y la Finalísima. Claudio Tapia, presidente de la AFA dijo presente en Rosario y le entregó una plaqueta a Di María antes del inicio del partido.

El estruendo de los más de 48.000 hinchas que desbordaron del Gigante cuando los equipos salieron a jugar tuvo el marco de fuegos artificiales y bombas de humo que magnificaron aún más el espectáculo.

Di María se paró de extremo derecho, bien contra la línea. La primera pelota que tocó, a los dos minutos, capturó un centro pasado de Campaz, enganchó hacia adentro para favorecer su perfil y lo trabaron justo cuando iba a rematar. A los siete tomó un rebote tras un disparo del colombiano y buscó el arco, atorado por el arquero. No tardó en probar el rigor del fútbol argentino: primero un topetazo del Andino al cuello, enseguida un patadón sin posibilidades de jugar la pelota de Altamira que le valió una amarilla. Así fue todo el partido.

La vuelta del hijo pródigo a Central significó en Rosario un suceso que excede el folklore futbolístico y alcanzó matices culturales y comerciales. Cuando se conoció la noticia de su regreso el pasado 29 de mayo, la flamante tienda oficial construida en una de las esquinas del Gigante (en la esquina de Avellaneda y Génova, donde antiguamente estaban las boleterías) explotó de hinchas que agotaron las camisetas de Di María ($155.000).

Incluso en la mañana previa al partido había media cuadra de cola. Tamaña fiesta exigía un dress code a la altura. El club recibió unos 1500 nuevos socios que le permitieron superar la barrera de los 100.000. Los abonos a platea se agotaron en cuatro días (entre $252.000 y 371.000 pesos para los nueve partidos de la etapa regular). El remanente de entradas, puestas a la venta el lunes, volaron en horas (40.000 las plateas, sin costo las populares). Esto le permitió al club reforzarse con otros jugadores de jerarquía y, contagiado también por el efecto Di María, pudo repatriar también a Alejo Véliz, una joya de la cantera que dos años atrás se convirtió en la venta más cara en la historia del club al partir al Tottenham a cambio de unos 19 millones de dólares (marca que alguna vez le correspondió a Di María, vendido al Benfica en 6 millones). Los hinchas ahora sueñan en grande y todavía se ilusionan con otros regresos como los de Gastón Ávila (está cerca) y Giovani Lo Celso (más difícil).

A Véliz también lo emparenta con Di María su identificación con Central. A los 21 años, tenía oportunidad de seguir en Europa y fue tentado por Boca y Racing, pero eligió volver al Gigante. Él también tuvo un cálido recibimiento. El entrenador Ariel Holan había anticipado en la semana que no sería titular, ya que llegó el miércoles a Rosario desde Londres y apenas tuvo un par de entrenamientos con sus compañeros, pero la lesión de Agustín Módica (desgarro en el aductor) lo obligó a saltar a la cancha. Fue uno de los mejores de la cancha.

Lo mejor del partido

El buen momento futbolístico del equipo de Holan amplifica exponencialmente la presencia de Di María. Con la base del equipo campeón de 2023, Central viene de ser el equipo que más puntos sumó en la etapa regular del Torneo Apertura 2025, donde se quedó en cuartos de final. “El único sueño que me falta cumplir es ser campeón con Central”, dijo sin ponerse colorado Angelito en su presentación, el lunes. Imposible no ilusionarse. “¡Yo te aliento corazón; daría la vida por verte campeón!”, respondieron los canallas en uno de sus cantos emblemáticos, justo antes que el empate opacara la fiesta. El empate sobre la hora de Poggi generó algo de frustración en los hinchas, pero fue un sábado con saldo positivo.

El amor puede adquirir muchas formas, y todas tienen su grado de irracionalidad. Aun el de ese hombre que abraza a su hijo para que no lo vean llorar. Pero amar a un equipo de fútbol, a una camiseta con una combinación de colores determinados, eso si que no se explica. Di María volvió a Rosario Central y empezó a repartir corazones. En Arroyito nadie se pregunta por qué. Sólo se suben a las alas del Ángel y sueñan con él.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/angel-di-maria-una-atraccion-global-para-rosario-central-el-crack-que-impacta-en-las-emociones-y-la-nid12072025/

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