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Aquel año inolvidable

En la Argentina tenemos una curiosa costumbre: conmemoramos más las muertes que los nacimientos y nuestras efemérides están llenas de fechas ambiguas, como el 2 de abril o el 20 de noviembre, qu...

Aquel año inolvidable

En la Argentina tenemos una curiosa costumbre: conmemoramos más las muertes que los nacimientos y nuestras efemérides están llenas de fechas ambiguas, como el 2 de abril o el 20 de noviembre, qu...

En la Argentina tenemos una curiosa costumbre: conmemoramos más las muertes que los nacimientos y nuestras efemérides están llenas de fechas ambiguas, como el 2 de abril o el 20 de noviembre, que rara vez se convierten en verdaderas celebraciones. Es una de esas taras nacionales, como cambiar nombres de calles o exhumar restos para moverlos de lugar.

Hoy se cumplen 42 años de democracia después de décadas de asonadas y golpes militares coronadas por una guerra absurda contra una de las potencias militares del mundo. ¿No debería celebrarse más?

Cuarenta y dos años de aquel ‘83 inolvidable de millones en las calles, banderas al viento y nervios contenidos hasta las elecciones. Eso que hoy es normal y rutinario, votar, era entonces una acción largamente postergada. Llegar a las urnas nos parecía casi una utopía.

Por eso, así como en el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo, no hay actividad para recordar y reflexionar sobre el inicio de la última dictadura militar, otro tanto se podría decidir con el Día de la Restauración de la Democracia para celebrar la libertad recuperada. ¿Por qué no convertir el 10 de diciembre en una verdadera fiesta? Un día libre más no se le niega a nadie y de paso podríamos hacer puente con el feriado de la Inmaculada Concepción de María.

Sería también una manera de reparar, aunque sea simbólicamente, el frustrado gran intento de celebrar el retorno democrático, 30 años después, el 9 de diciembre de 2013. Aquella festividad fue opacada por un amotinamiento policial que dejó una cifra no precisada de muertos, heridos y saqueos en miles de comercios de todo el país, situación que, pese a todo, no impidió que la presidenta Cristina Kirchner tirara unos pasos de baile y tocara el bombo sobre el escenario armado en Plaza de Mayo, en una escena que quedó para la historia.

También hubo otra celebración en circunstancias turbulentas, del 26 al 28 de diciembre de 1988: el festival musical “Tres días por la democracia”, que se propuso conmemorar el quinto aniversario de la llegada de Raúl Alfonsín al poder. Por el escenario montado en el cruce de las avenidas 9 de julio y Del Libertador pasaron Charly García, Fito Páez, el flaco Spinetta, Soda Stereo y otras figuras del rock nacional, por entonces hegemónico en los medios y en el gusto de los jóvenes.

Pocas semanas antes se había producido el tercer levantamiento carapintada contra el gobierno radical. La “Operación Virgen del Valle”, liderada por el coronel Mohamed Alí Seineldín, había vuelto a poner en vilo al país durante casi una semana y legó un episodio dramático: el choque de un tanque de guerra contra un colectivo de la línea 60 en la Panamericana, con el resultado de cinco muertos y 20 heridos graves.

Fue el 3 de diciembre, mientras Soda Stereo, no muy lejos de allí decidía seguir adelante con su emblemático concierto en las canchas del club Obras Sanitarias como una forma de expresarse por la paz y contra los golpes de Estado. Por eso el 10 de diciembre también podría ser un día para dedicar a la memoria, para recordar a lo que no se puede volver nunca más; para reflexionar sobre lo que se logró y lo que falta.

Y para no olvidar además cuáles eran los valores y aspiraciones de la sociedad argentina que en ese momento encarnó el proyecto alfonsinista. “La lucha contra los corruptos, contra la inmoralidad y la decadencia es el reaseguro del protagonismo popular. ¿De qué serviría el protagonismo popular, de qué serviría el sufragio, si luego los gobernantes, elegidos a través del voto, se dejaran corromper por los poderosos?, se preguntaba el Presidente en su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa. Pasó mucho tiempo, pero la pregunta sigue vigente y el desafío de cumplir aquellos sueños, pendiente. Feliz día.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/aquel-ano-inolvidable-nid10122025/

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