Generales Escuchar artículo

Así fue la última función de Don Quijote en el Colón: autógrafos, ovaciones y un abrazo eterno con Griselda Siciliani

Este domingo por la noche, como había sucedido con la función del jueves de ...

Así fue la última función de Don Quijote en el Colón: autógrafos, ovaciones y un abrazo eterno con Griselda Siciliani

Este domingo por la noche, como había sucedido con la función del jueves de ...

Este domingo por la noche, como había sucedido con la función del jueves de Don Quijote, el Teatro Colón volvió a convertirse en la caja de resonancia de ese público que esperó ansioso por poder ver y maravillarse con la bailarina Marianela Núñez. La argentina, que es estrella del Royal Ballet de Londres, llegó al país para ocupar el rol principal de este programa que forma parte de la temporada conmemorativa de los cien años de los Cuerpos Estables del Teatro.

Ya en su presentación del jueves, como reflejó una extensa nota de LA NACION publicada estos días, la exquisita bailarina junto a su partenaire cubano Patricio Revé despertaron una verdadera ovación en la sala. Los ecos de aquello se extendieron más tarde a una de las puertas del teatro -la que usan los artistas, sobre la calle Cerrito- en donde una multitud la esperaba. En ese improvisado encuentro con sus fanáticos, la figura de la danza había citado a su público para ayer a la tarde, después de la segunda y última función de esta coreografía de Silvia Bazilis y Raúl Candal, para cumplir su rutina de tomar contacto directo con sus seguidores de manera más organizada.

La función de anoche terminó con otra ovación de pie, entre gritos, cantos y aplausos que expresaban toda su admiración. El clima de fiesta en la sala fue tal que se colaron manifestaciones espontáneas como sucede en un recital de rock o en una cancha de fútbol con cánticos entonados por el público. De hecho, en su última aparición, saludó al público con una remera de la Selección Nacional.

En uno de los intervalos, Julio Bocca -director de Ballet Estable, quien suele pasar desapercibido durante las funciones- quedó a la vista de todos. Inmediatamente, buena parte los que estaban ubicados en la platea y los palcos corrieron con sus programas de mano intentando preservar el momento con un autógrafo o una foto.

Una vez finalizada la historia del romance entre Basilio y Kitri parte de la multitud que había aplaudido a rabiar a Marianela Núñez viéndola interpretar al mismo rol con el cual había sido promovido como primera bailarina en Covent Garden, se trasladó a una de las puertas del histórico teatro para saludarla de cerca. Cientos de celulares intentaron rescatar y hacer perdurar el momento del encuentro de la bailarina internacional con el público de su país natal.

El clima fue de una verdadera fiesta, de un entusiasmo expansivo. Espontáneamente se armó una larga cola de gente para poder firmar sus programas de mano, zapatillas de punta, abanicos y demás, en medio de gritos, carteles, demostraciones de afecto, remeras celestes y blancas. “Olé, olé, olé; Nela, Nela” se repetía como un himno. Con suma paciencia y emoción, Núñez fue recibiendo a sus admiradores en el hall por el que ingresa el personal del Colón. Afuera, una fila de dos cuadras aguardaba para ingresar al teatro y tener su minuto junto a la bailarina.

Para Marianela Núñez la jornada de ayer tuvo su yapa: pudo encontrarse con Griselda Sicilini, la actriz y bailarina que en algún momento fue parte del grupo El Descueve, colectivo clave de la danza contemporánea independiente local. Ya en estos días en el Colón se la había escuchado en camarines cantando el tema de la serie Envidiosa, protagonizada por Siciliani, que reza: “Decime que sí, que sí me querés…”. En la conversación que había mantenido con LA NACION se había mostrado ansiosa con la posibilidad de encontrarse con la actriz. La reunión cumbre, o el abrazo, se produjo anoche en el backstage. Al verla en el escenario, Núnez corrió a abrazarla hasta quedar colgada de su cuerpo en medio de demostraciones de cariño entre ambas figuras.

“El Colón explotado, rendido a tus pies. ¡Qué artista única y maravillosa sos! ¡Te adoro ! ¡Orgullo Nacional! Ni en mis fantasías más delirantes hubiera imaginado vivir esta noche en ese palco invitada por vos y por el gran Julio Bocca😍, junto a mi hija hermosa. Las dos emocionadas y con las manos rotas de tanto aplaudir a tremendo equipo arriba y abajo del escenario. ¡Noche inolvidable! La danza desde siempre y para siempre haciéndome tan feliz", posteó en su cuenta de Instagram Griselda Siciliani, declarando su amor incondicional hacia Nela.

Pero esta nueva visita de la bailarina a Buenos Aires no concluyó anoche. Volverá al Colón para la Gala de Ballet por los 100 años del Ballet Estable que este jueves que contará con varias figuras argentinas invitadas, que bailan en el exterior, como Ludmila Pagliero, Herman Cornejo, Wilma Giglio, María Celeste Losa y Daniel Proietto. Y el viernes, a las 19, dará una charla abierta en un teatro del partido de San Martín para conversar con alumnos de escuelas de danza y público en general, en el Complejo Cultural Plaza, de Int. Alberto M. Campos 2089.

En ese partido bonaerense es donde Marianela Núñez dio sus primeros pasos desde la casa de sus padres en Moreno al 4700, donde creció la menor y única mujer entre tres hermanos varones. Quien recibió el título de Oficial de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la danza siempre que puede vuelve al barrio; de hecho, es la madrina de la Escuela de Danza Municipal de San Martín.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/danza/autografos-ovaciones-y-un-abrazo-eterno-asi-fue-la-ultima-funcion-de-don-quijote-en-el-colon-nid04082025/

Volver arriba