Bienalsur celebra sus diez años con una fiesta de inauguraciones en la Argentina
Recién llegado a Buenos Aires desde México, Carlos Amorales extiende su brazo para hacer sonar uno de los platillos de batería que componen su obra, un gigantesco móvil al estilo ...
Recién llegado a Buenos Aires desde México, Carlos Amorales extiende su brazo para hacer sonar uno de los platillos de batería que componen su obra, un gigantesco móvil al estilo Alexander Calder pero sonoro. El “gong” suena en el tercer piso del Hotel de Inmigrantes, y parece una señal de largada para celebrar en la Argentina los diez años de Bienalsur.
“Creo que esta fue la primera obra que pensé para esta exposición”, dice a LA NACION Diana Wechsler, directora artística de Bienalsur y curadora de Let´s play. Juguemos en el mundo, una de las muestras que abrirán al público este sábado a las 14 en el llamado “Kilómetro cero”. Es decir, el lugar donde comenzó este ambicioso proyecto impulsado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) y la Fundación Foro del Sur, que exhibirá obras de más de 400 artistas en 140 sedes de 78 ciudades de cinco continentes.
“Esta es la edición más grande: llegamos a más de treinta países, el doble que en la primera . Y queremos seguir creciendo. La diferencia con otras bienales es que las otras se hacen para que la gente vaya a verlas y nuestro principal objetivo es ir a donde está la gente”, señaló Aníbal Jozami, director general de Bienalsur y rector de la Untref, días después del inicio oficial en Colombia, al anticipar la fiesta de inauguraciones que continuará durante toda la semana en distintos puntos de la Argentina.
La gran protagonista del lanzamiento de la agenda local será Let’s play, que tendrá varios capítulos en distintas sedes: el primero se alojará en el Centro de Arte Contemporáneo del Museo de la Untref, con obras de unos treinta artistas de distintos países como Michelangelo Pistoletto –“padrino” del encuentro internacional-, Vik Muniz, Liliana Porter y Marta Minujín.
La reina del arte pop, también convocada por Bienalsur para sus sedes en Bogotá, Córdoba, Madrid y Riad, presentará en Buenos Aires una nueva versión de Implosión!, el cubo inmersivo que invita a perderse en los cambiantes colores fluorescentes al ritmo de la música de Philip Glass. “Te metés y todo, todo, todo, gira”, dijo Minujín a LA NACION sobre esta experiencia inmersiva pionera en la Argentina, inaugurada en 2021 en Fundación Santander y recreada para sus retrospectivas en Copenhagen Contemporary, en el Museo Judío de Nueva York y en la Pinacoteca de San Pablo.
“Es una especie de Elige tu propia aventura -observa Wechsler-. Una invitación a evaluar qué decisiones tomamos: seguir reglas, no seguirlas; avanzar, retroceder, recalcular. Repensar las posiciones y mostrar que siempre es posible tener distintas perspectivas de una misma realidad. Así como en Rayuela Julio Cortázar construyó un lector distinto, esta muestra busca un espectador que se comprometa y explore“.
Otra de las propuestas interactivas de esta exposición será The Big Puzzle, de la española Cristina Lucas. La artista ofrece partes tridimensionales de las banderas de los países de origen de quienes se hospedaron en el Hotel de Inmigrantes al llegar a la Argentina, para crear una propia y “reconstruir la identidad”.
En el segundo piso espera Let’s Play. (D)estructura, otra aventura, iniciativa lúdica concebida por los artistas colombianos Mariángela Aponte Núñez, Juan Esteban Sandoval y Alejandro Vásquez Salinas, que busca generar diálogos sobre los valores fundamentales e “imaginar juntos el futuro de la comunidad”. “¿Cómo te imaginas tu vida en diez años y qué necesitas para lograrlo?” es la pregunta disparadora para crear una estructura con piezas de colores que reflejen las respuestas de los participantes.
El trabajo “en red, colaborativo, horizontal y solidario”, un paradigma que inspira el proyecto impulsado por Wechsler y Jozami, se refleja a su vez en instalaciones como la del Colectivo Tsufwelej, que participará de la muestra Tejido sonoro. 30 años Berlín-Buenos Aires. Realizada por Fidela Flores, Candelaria Aaset y Martín Churba, está compuesta por textiles intervenidos con un proceso de termoestampación contemporáneo, que combinan el lenguaje iconográfico tradicional wichí con tipografías del “mundo blanco”.
Exhibida también en el Hotel de Inmigrantes, esta exposición que establece un diálogo entre Buenos Aires y Berlín a cargo de dos curadoras alemanas, abarca además obras de Julieta García Vázquez, Sofía Bohtlingk, Florencia Rodríguez Giles, Akinbode Akinbiyi y Farkhondeh Shahroudi. Según el texto de sala, todos ellos “recurren a tradiciones y sistemas de conocimiento ancestrales que se comunican con el presente, el pasado y el futuro, y que aportan valiosos estímulos para nuestra convivencia”.
Esos estímulos se podrán encontrar a su vez en el Instituto del Tiempo Suspendido, una iniciativa relacional del filósofo Javier Bassas y la artista Raquel Friera alojada en la misma sede, que apunta a “suspender los ritmos impuestos por el neoliberalismo” que conducen a una optimización constante, para demostrar que “podemos vivir de otra forma”. Se detectarán allí “cronodelitos” e incluso se condenará a los “cronodelincuentes”.
Será todo un desafío encontrar el propio ritmo para llegar con aire a todas las inauguraciones de la semana próxima. Desde el Kilómetro Cero se pasará la posta al Parque de la Memoria, donde el domingo a las 12 se inaugurará la muestra colectiva Algunos oficios. Arte, trabajo y precariedad en Argentina (2003-2023). Curada por Marcos Krämer, con obras de artistas como Adriana Bustos, Ana Gallardo, Flavia Da Rin y Alfredo Dufour, se propone “dar cuenta de los cambios en el mapa laboral que se profundizaron durante este siglo”.
Ese mismo día a las 16 abrirá en el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco Persistencias, en la que participarán Pablo Reinoso, Juan Sorrentino, Clemente Padín y Mene Savasta con obras enfocadas en el aire y la acción de respirar. El martes abrirán otras dos: Crítica de la abstracción pura en el Espacio Cultural Palacio Pereda de la Embajada de Brasil y una que reúne por primera vez en la Argentina las fotografías de Paz Errázuriz y de Adriana Lestido en el Centro Cultural Matta de la Embajada de Chile.
Las inauguraciones continuarán el jueves en la capital de Salta, con Textil/Textura en el Museo de Arte Contemporáneo y Anacronías en el Museo Provincial de Bellas Artes Lola Mora. Y el sábado 10 llegarán al Museo de Arte Contemporáneo Mar, en Mar del Plata, con otra muestra colectiva inspirada en las aves en extinción. El 17 se sumará la sede de Untref en Caseros con otro capítulo de Let’s play y el 25 la Alianza Francesa con Migrantes, exposición que reunirá a cuatro artistas francesas que viven en la Argentina.
Mientras tanto, Bienalsur seguirá expandiéndose por países como España, Francia, Uruguay, Chile, Senegal, Japón y Arabia Saudita, hasta completar una nueva cartografía de 18.370 kilómetros para el arte contemporáneo. Las mayoría de las obras incluidas en las muestras fueron seleccionadas en convocatorias internacionales abiertas, y abordan muchos de los temas más urgentes de nuestro tiempo: desde las migraciones, los derechos humanos y la memoria hasta la ecología, la inteligencia artificial y los futuros posibles.
Para agendar:Quinta edición de Bienalsur, desde el sábado 5 de julio a las 14 en el Hotel de Inmigrantes (Av. Antártida Argentina s/n, entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus). Agenda completa en bienalsur.org. Entrada gratis.