Bolivia, ante una crisis política y económica
El próximo 17 de agosto se celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en el Estado Plurinacional de Bolivia. Cinco factores convergen para convertir este proceso en un punto de ...
El próximo 17 de agosto se celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en el Estado Plurinacional de Bolivia. Cinco factores convergen para convertir este proceso en un punto de inflexión: una crisis estructural sin precedentes, un escenario político pluralizado, el retiro de Evo Morales como figura dominante en la política nacional, el debut electoral de una generación que solo ha conocido un modelo de gobierno y el desarrollo tecnológico.
El oficialismo afrontará por primera vez unas elecciones sin un liderazgo único. El gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) está hoy dividido en facciones lideradas por el jefe de Estado, Luis Arce; el exmandatario Evo Morales y el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez. Ninguno es suficientemente fuerte para articular a todos los sectores del bloque popular de izquierda.
El expresidente, que había anunciado su intención de ser candidato, fue inhabilitado para la contienda electoral tras el fallo definitivo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del 14 de mayo, que excluyó su participación. El actual mandatario renunció públicamente a la posibilidad de la reelección apelando a la unidad de la izquierda, facción cuyo futuro estaría en cabeza de Andrónico Rodríguez, que simbolizaría un posible recambio generacional.
La oposición, por su lado, se presenta por ahora escindida, con figuras reconocidas como el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga y el empresario y ex ministro Samuel Doria Medina, entre otros. Ambos son conocidos por promover políticas de privatización y reformas liberales en décadas pasadas.
La campaña electoral entra ahora en su etapa crucial en un escenario incierto, determinado por la polarización y la crisis económica exacerbada por una inflación galopante.
El contexto social en Bolivia es tenso. Las fuertes protestas motivadas por la escasez de combustibles y el aumento de los precios de los alimentos han llevado a varios sectores a pedir la renuncia de Arce, quien procura evitar un default. La situación ha empeorado desde el 2 de junio debido a los bloqueos viales impulsados por los simpatizantes de Evo Morales que buscan presionar al gobierno para rehabilitar su candidatura.
Estas medidas han interrumpido el transporte de mercancías, profundizando el desabastecimiento. Las calles de varias ciudades de Bolivia se convirtieron en escenarios de tensión y desesperación, con ciudadanos formando largas filas durante horas para conseguir alimentos básicos como pollo y aceite. El descontento se extiende por todo el país. Los enfrentamientos entre efectivos del gobierno y seguidores de Morales en el intento por desbloquear las carreteras han causado hasta el momento cinco muertes: cuatro policías y un campesino. Por su parte, Morales reclama una investigación internacional, independiente e imparcial.
A pocos meses de las elecciones presidenciales, Bolivia enfrenta un contexto de crisis multidimensional: económica, jurídica, institucional y social, que amenaza con empujar al país del altiplano hacia un escenario de mayor inestabilidad.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/bolivia-ante-una-crisis-politica-y-economica-nid20062025/