Bondad, rebeldía y costumbres que se destacan en el gaucho
“Un hombre que expone la vida a cada instante en la lucha por la existencia no puede ni debe tener reparos en perder lo que va guardado en sus ropas”, escribió Mario Aníbal del Carmen López ...
“Un hombre que expone la vida a cada instante en la lucha por la existencia no puede ni debe tener reparos en perder lo que va guardado en sus ropas”, escribió Mario Aníbal del Carmen López Osornio.
Exacta es esta reflexión a lo que podríamos agregar el famoso dicho: “el muerto se asusta del degollado”, y ya con esto podemos ir defendiendo al gaucho en esa tendencia a considerarlo vago, borracho, que no ahorra un peso y es pendenciero. Observando a quienes opinaron de esa manera y lo que ellos representan y/o representaron; les diríamos que ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga que ellos tienen, como dice otro conocido refrán.
Con la volatilidad a la orden del día, mejoraron los precios del maíz y de la soja en la semana
En la obra de Ricardo Güiraldes, su Segundo Sombra, reflexiona que el hombre que “se chupa (emborracha) ha de ser buen hombre, por que sabe que en ese estado no tendrá inhibiciones y hablará demás, lo que no le conviene a aquellas personas que tienen mucho que esconder o callar”.
Grandes escritores han destacado que el gaucho era bondadoso, no era mezquino y el infernal mal que tanto le ha hecho a nuestro país que es la codicia, jamás le correspondió al gaucho, cualquiera fuera su condición. El estaba acostumbrado a hacer de la nada, de lo casi imposible, lo posible, por su gran habilidad, por su ingenio inteligente, por ejercer la viveza criolla (la verdadera viveza criolla), por no andar dando lástima por los campos y por tener siempre ese aspecto y actitud de superación, de estar en su centro.
La realidad que el mundo le ofrecía, la lejanía de España y de los centros poblados hacían que se tuviera que cubrir con un tapa rabos, y ¿qué hizo el gaucho, la mentalidad gaucha? Pues lo convirtió en el tapa rabos mas grande del mundo la magnifica prenda que es el chiripá, este ejemplo sirve para entender al gaucho.
Todas las grandes críticas que se le han hecho al gaucho de antaño sobre las buenas costumbres, son nada si se las compara con gente equivalente en países como Inglaterra o Francia.
Afortunadamente y para nuestra sorpresa, actualmente científicos que estudian estos temas, directamente afirman que los méritos que podrían tener la cultura del antiguo gaucho como de las tribus libres de ayer deliberadamente se les negó todo mérito por que intereses mezquinos así lo exigían.
No olvidemos nunca lo que le pasó al gaucho, y que bien lo escribió el primer director y fundador del hospital de niños el Dr. Ricardo Gutiérrez que es autoridad en sus opiniones sobre el gaucho y que en su “Lázaro” nos expresa: “Gaucho el mundo me ha nombrado,/ y me arranca de su seno/ como planta de veneno/ que mata al que la ha pisado;/ canalla en fin me ha llamado/ con toda su indignación,/ y en toda la creación,/ con mi angustia y con mi vida/ no tengo ya mas cabida/ que en mi propio corazón.”
Si esto fue así, que podría pensar el pobre gaucho de el porvenir, solo tenia el presente, un injusto presente.
“El que se tiene por hombre donde quiera hace pata ancha” escribió José Hernández; esa es la condición del ser humano que llamamos gaucho ante el mundo, empezando por la Corona Española que en una oportunidad mando a un importante funcionario que al encontrarse con un gaucho lo creyó uno mas de los que el estaba acostumbrado a mandar, y con esa intención le dijo que necesitaba un peón, a lo que el gaucho le contesto que cuando lo encontrara que le avisara por que el tenia unas tropillas que necesitaban el cuidado de alguien.
Esta mentalidad y conductas de este tipo humano, le dan al gaucho una característica única. Por eso están bien todos esos análisis que hace del Martín Fierro Leopoldo Lugones, elevando a la obra a niveles épicos que sintonizan con lo que ya hemos afirmado que es al gaucho padre del ser nacional.