Cáncer de mama: a qué edad es poco frecuente y por qué el autoexamen ya no es útil
“El poder de llegar a tiempo”. Con esa frase, el especialista ...
“El poder de llegar a tiempo”. Con esa frase, el especialista Jorge Tartaglione resumió el ítem central del mes de la concientización por el cáncer de mama. En una entrevista con LN+, remarcó: “Si abrís una puerta a tiempo, te cambia el destino. Eso pasa con el diagnóstico precoz de mamas”.
En ese sentido, el experto indicó que hay 22.000 casos por año, lo que se refleja en 60 diagnósticos nuevos por día. “De esos 22.000, 9 de 10 se pueden curar si lo diagnosticás a tiempo”.
“Antes de los 40 años es poco frecuente, después hay que intensificar los controles. En personas de más de 70 años, 1 de cada 3 se diagnostica. Eso ya no es precoz y se pierde tiempo”, subrayó.
Cancer de mama: el poder de llegar a tiempoPor qué el autoexamen ya no es útilEn otro tramo de la nota, Tartaglione hizo hincapié en la importancia de la mamografía. “La mamografía es como una lupa y te diagnostica el tamaño de 05, que son dos años, es decir, lo que el tumor tarda en crecer. Para que te lo palpes pasan siete años”.
“Con la mamografía, esa lupa entra antes en tu cuerpo. El tiempo salva vidas. No es para asustar, es para prevenir y concientizar el tema”, continuó. Sobre este punto, remarcó: “El autoexamen ya no se utiliza porque llegas tarde; cuando te lo empezas a tocar pasaron hasta casi 8 años”.
Qué hacer en el caso de antecedentes familiaresEl especialista recomendó que, en caso de tener antecedentes familiares con cáncer de mama, los pacientes deberían hacerse la mamografía 10 años antes de la edad que esa persona tuvo la enfermedad.
“Si te querés hacer los genes, te lo podés hacer. No quiere decir que te tengas que extirpar la mama. Es prevenible, muy frecuente. No dejes de consultar”, concluyó Tartaglione.
Cambio de hábitos y controlesEn una nota con LA NACION, Juan Luis Uriburu, jefe del Servicio de Mastología del Hospital Británico, relató que, cuando se habla de cáncer de mama, se pueden identificar una prevención primaria y una secundaria.
La primera tiene que ver con el cambio de hábitos, como una dieta sana, una disminución en el consumo de grasas y alcohol, y el ejercicio físico frecuente. Todas estas modificaciones actúan en forma positiva.
“La secundaria tiene que ver con que, si uno no puede prevenir que aparezca la enfermedad, por lo menos debe tener estrategias o maniobras para diagnosticarla lo más temprano posible para disminuir la agresividad”, dijo.
Y añadió: “Cuando más temprano la encuentres, el abordaje va a ser más conservador en la cirugía y en los tratamientos, además de lograrse mejores resultados de curación”.