Chilavert y otro capítulo de su rivalidad con Ruggeri: “Felpudo”, “payaso mediático” y contra Tapia y Toviggino
“Ruggeri es un felpudo de la Conmebol”.La historia tiene casi 30 años. Fue en la cancha de Vélez, en un partido disputado el 6 de agosto de 1996 por el torneo Clausura entre el local y...
“Ruggeri es un felpudo de la Conmebol”.
La historia tiene casi 30 años. Fue en la cancha de Vélez, en un partido disputado el 6 de agosto de 1996 por el torneo Clausura entre el local y San Lorenzo. Partido bien caliente. En una acción determinada, José Luis Félix Chilavert, arquero de Vélez, escupió en la cara al defensor de San Lorenzo Oscar Alfredo Ruggeri, un emblema de la selección campeona del mundo en México 86. Todos sabrían que habría vendetta...
De pronto, Chilavert sale sobre el costado izquierdo del área para cortar un ataque del Ciclón, tratando de eludir al mediocampista Carlos Netto. Y pese a que no tenía espejos retrovisores, sí escuchó un grito que lo alertó: “Rompelo”, había dicho el volante azulgrana Claudio Rivadero. En cuestión de segundos, Chilavert hizo un movimiento intuitivo y evitó el planchazo artero de Oscar Ruggeri con los dos pies hacia adelante. Si no saltaba, lo quebraba. Literalmente.
Minutos después, el DT de San Lorenzo, Héctor Veira, hizo un cambio y sacó de la cancha al defensor campeón del mundo en México 86, que se sentó en el banco de suplentes, enfurecido y fuera de sí. Veira tomó una decisión acertada, dado el contexto y teniendo en cuenta que el partido todavía no había concluido.
La imagen fue recreada una y otra vez. Ruggeri reconoció que “fue a propósito a buscarlo de esa manera”, sin gestos de arrepentimiento. Una relación que, en rigor, nunca existió. Siempre hubo mensajes encubiertos entre ambos. Y de los no subliminales también. Nunca hubo piel. Quizá sí, para sus adentros, respeto profesional por lo que representó cada uno para el fútbol de sus países.
El efusivo saludo con TapiaEl sábado pasado, en Asunción, Lanús (club en el que también jugó Ruggeri) se consagró campeón de la Copa Sudamericana al vencer por penales a Atlético Mineiro, con una destacada actuación de su arquero, Nahuel Losada, que detuvo tres remates del conjunto brasileño.
PREGUNTA: ¿Ruggeri no odiaba a Tapia? ¿Qué hace abrazándolo así entonces? Al final acá no se puede confiar en nadie viejo jajaja
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En uno de los palcos, el presidente del club granate, Nicolás Russo, se levantó de su butaca para abrazar al presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, que agitaba enfáticamente sus puños. ¿Alegría por el triunfo de un equipo argentino? Seguramente. Pero mucho más por el valor indirecto que tenía esa conquista: determinaba la clasificación a la próxima Sudamericana de Barracas Central, el club de su predilección. Uno de ellos, en realidad, junto con Boca. Pero Barracas es algo especial y se aseguraba por primera vez una plaza en un torneo internacional.
Acto seguido, todo en fracción de segundos, apareció en imagen Oscar Ruggeri. Que abrazó efusivamente a Tapia, también a Russo, y nuevamente a Tapia, con choque de cabezas incluido. Demasiada euforia si se quiere. Llamativo. O no.
En las últimas horas, se reavivó la puja entre el arquero paraguayo y el caudillo defensivo que fue campeón con Boca, River, San Lorenzo y la selección nacional. En declaraciones a la señal TN, Chilavert, que siempre se expresó con claridad sobre la Conmebol, la AFA y los manejos espurios en el fútbol e incluso en la política, le apuntó a Ruggeri.
“Ruggeri es el felpudo y es uno de los cómplices que avala toda la corrupción dentro del fútbol en Argentina y en la ‘Corrupbol’. Es un payaso mediático, primero en Fox y hoy en día en ESPN. Ver las declaraciones que ha hecho diciendo que está en contra de los jugadores de Estudiantes de La Plata, quiere decir que no conoce nada de la vida. No conoce nada de lo honesto y de la transparencia. No me llama la atención. Avalan todo lo malo. Como cuando se reían de lo que le pusieron en el bidón de agua que le dieron a Branco en el Mundial 90 en el partido con Brasil. Avalan todo lo malo y le hacen un terrible daño al fútbol argentino, dijo Chilavert. Que fue más allá en sus declaraciones.
“El fútbol argentino no necesita la ayuda que le están dando a Rosario Central en este caso. Es una dictadura, uno no puede pensar diferente. La libre competencia debe existir. La dictadura de las amenazas, de hacer un reglamento diferente, de falsificar documentos para sancionar a una institución modelo como Estudiantes de La Plata. El dictador uno, ustedes saben perfectamente que es el Chiqui Tapia, en Argentina. Y también en la Conmebol, Alejandro Domínguez es un dictador. Tapia copia todo lo que hace Domínguez.
“Los clubes están cada día más pobres en Sudamérica y la Conmebol cada vez más rica. Es lo que denuncio siempre. No tenemos que apoyar a los que busquen lo peor para el deporte. ¿Saben que pasa en mi país, en Paraguay? El presidente Santiago Peña sacó una resolución para que todos los eventos internacionales no paguen impuestos. Entonces, ¿por qué los humildes pagamos impuestos? Ahí está el negocio, llevando el Congreso de FIFA, el rally, trajeron los Panamericanos, la final de la Sudamericana. No pagan impuestos y son entidades privadas. Lo mismo está haciendo Tapia, llevando los torneos a Santiago del Estero, el equipo de Santiago del Estero, porque es de Pablo Toviggino (tesorero de AFA), tiene que ocupar lugares interesantes. Nunca va a terminar eso.
El planchazo que no fueEl día que Ruggeri casi le rompe los tobillos a Chilavert 💀pic.twitter.com/l3XmMV7y99
— La Vieja Guardia (@ViejaGuardiaEA) August 3, 2025“No es el ejemplo que hay que dar, y más teniendo en cuenta que Argentina es campeón del mundo. ¿Que hacemos, se aplaude? Por eso, repito: Ruggeri es un felpudo de la Conmebol, porque manifiesta que está a favor de Di María. Cuando perdían finales, los mataban a todos, con Messi y compañía. ¿Hoy cambian de postura?“.
Cuando se lo consultó si existía la posibilidad de que zanje las diferencias con Ruggeri, Chilavert fue categórico: “No, somos el agua y el aceite. Los valores y la dignidad no debería cambiar por unos pesos. Mis valores no tienen precio”.