Cinco ministros, 20 altos funcionarios y más de 150 directivos ya fueron desplazados del gobierno de Milei
Con las renuncias de Gerardo Werthein a la Cancillería y la despedida prometida por ...
Con las renuncias de Gerardo Werthein a la Cancillería y la despedida prometida por Mariano Cúneo Libarona al Ministerio de Justicia, ya son cinco los ministros que dieron un portazo o fueron expulsados en lo que va de la gestión libertaria. A ellos se suman casi una veintena de funcionarios de primera línea, si se incluyen también los apartamientos de secretarios y de directores de organismos clave, como la ANSES o la AFIP.
El recambio de nombres fue una constante en todas las áreas y líneas de Gobierno, y se acentuará aún más cuando Patricia Bullrich y Luis Petri dejen sus respectivas sillas en Seguridad y Defensa para asumir sus bancas en el Congreso, y lo propio haga en la Legislatura porteña el vocero presidencial Manuel Adorni, que también ostenta un cargo con rango de ministro.
Para ese tiempo, cruzada ya la primera mitad de gestión, serán entonces ocho los ministros que, por distintos motivos, habrán dejado sus cargos.
El politólogo Pablo Salinas lleva un relevamiento más amplio de la tendencia e incorpora también a subsecretarios y funcionarios políticos en general. Según sus cálculos, ya son 174 las personas que abandonaron el Gobierno.
💥CÚNEO LIBARONA DEJA EL GOBIERNO
📌Según trascendidos del propio ministro, a partir del lunes dejará su cargo al frente de Justicia. Se suma a la salida anunciada del Canciller, elevando el número de bajas de funcionarios/as políticos a 174👇 pic.twitter.com/MueXV1wZat
El recambio de ministros se inauguró con Guillermo Ferraro. En enero del año pasado, a semanas del inicio de la gestión, debió abandonar la cartera de Infraestructura por presuntas filtraciones a la prensa en medio de las tratativas por la ley ómnibus, como se dio en llamar al primer intento del Gobierno por aprobar en el Congreso un ambicioso paquete de reformas.
Su salida fue acompañada de un rediseño de Gabinete que incluyó la disolución de su ministerio y el reparto de sus competencias en otras áreas, la mayoría absorbidas por Economía.
A Ferraro lo siguieron funcionarios importantes como la exsecretaria de Minería Flavia Royón y el exdirector de la Anses Osvaldo Giordano, que pagó con su cargo el voto contra la ley ómnibus de su pareja, la diputada nacional Alejandra Torres.
Luego fue el turno del secretario de Trabajo, Omar Yasín, un exfuncionario de Pro a quien el Gobierno le imputó erróneamente ser el artífice del aumento de salarios a funcionarios del Poder Ejecutivo. Yasín había tomado el lugar de Horacio Pitrau, quien antes fue eyectado por intentar lograr un acuerdo con el sindicalista Armando Cavalieri, jefe histórico de los comerciales.
El aumento de sueldos también se cobró la salida de Armando Guibert de Transformación del Estado, que aquel entonces no era más que una secretaría que permanecía bajo la órbita de Nicolás Posse, quien no tendría mucho tiempo más como Jefe de Gabinete.
Pero antes que Posse fue el turno de Sebastián de Luca, el asesor durante la campaña presidencial de Patricia Bullrich. De Luca, que era secretario de Articulación Federal dentro del ministerio, se alejó por motu proprio del armado libertario, por estar en desacuerdo con la estrategia de confrontación directa con los gobernadores que se desplegaba desde la Casa Rosada.
Luego sí, fue el turno de Posse, una de las salidas más abruptas, por la cercanía que el jefe de los ministros tenía con el presidente Milei. Su apartamiento del elenco libertario anunciaba, en marzo de 2024, que nadie contaba con protección especial y que un funcionario ensalzado un día desde el entorno presidencial podía ser despreciado al día siguiente.
Con Posse cayó también el exjefe de la entonces Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvestre Sívori, que fue reemplazado por Sergio Neiffert, un hombre de Santiago Caputo, que extendía así su influencia sobre el gabinete.
Más desplazamientosUna de las áreas que sufrió un mayor recambio fue la social, que solo encontró estabilidad cuando el fantasma del estallido comenzó a desdibujarse.
El primero en partir fue Pablo de la Torre. Su gestión al frente de la Secretaría de Niñez y Adolescencia quedó arrinconada por dos polémicas. Primero, la administración que hizo de los alimentos destinados a la asistencia social, luego de que se conociera la existencia de más de 5000 toneladas de mercadería sin entregar; y, después, el primer pequeño escándalo de corrupción que golpeó al Gobierno, cuando detrás de un sistema de convenios con un organismo internacional apareció una presunta trama de contratos fantasmas, que hoy se sigue investigando en la Justicia.
De la Torre fue sucedido por Yanina Nano Lembo, una funcionaria ligada a Pro, sin experiencia en el área, que no logró hacer pie y al tiempo sería despedida, luego de un insólita polémica por la compra de una costosa cafetera.
Pero antes que ella partieron al menos otros ocho funcionarios. Vicente Ventura Barreiro, un hombre de confianza de Cristian Ritondo, dejó su cargo como secretario de Seguridad por presuntamente haber intentado torcer una licitación dentro del Servicio Penitenciario Federal, según dijo la ministra Patricia Bullrich. El hecho fue investigado por la Justicia y Barreiro fue sobreseído el mes pasado.
A los pocos días de su salida, dejaba su silla como número dos del ministro de Economía Joaquín Cottani. Como tantas otras, su renuncia fue por “motivos personales”, pero el macroeconomista blanquearía luego que nunca “comprendió” el programa del ministro Caputo y que tampoco compartía la política cambiaria del Gobierno.
También en el mes de julio dejaba el Ministerio de Economía Fernando Vilella, que fungió hasta ese momento como secretario de Bioeconomía, área que sería reconvertida luego en la actual secretaría de Agricultura, Pesca y Ganadería.
Por esas fechas ocurrió una de los desplazamientos más curiosos: el de Julio Garro de la subsecretaría de Deportes. Comenzó a gestarse en el colectivo que llevó a la selección argentina desde el Hard Rock Stadium de Miami −donde acaba de consagrarse campeona de la Copa América 2024− hasta el hotel donde había concentrado.
En el traslado, el jugador Enzo Fernández tuvo expresiones discriminatorias contra los jugadores franceses que quedaron capturadas en un video que dio vuelta en las redes sociales. Tras ello, Garro sugirió que Lionel Messi, capitán del seleccionado, debía ofrecer disculpas por el comportamiento de su compañero. En poco tiempo, Garro estaba afuera del Gobierno.
Como en otras oportunidades, su salida fue anticipada en las redes sociales por cuentas asociadas al oficialismo. En este caso, fue el Daniel Parisini, conocido como el Gordo Dan, quien la adelantó.
En los meses que siguieron se sucedieron las salidas de Francisco Sánchez de la secretaría de Culto y la de Eduardo Rodríguez Chirillo en la de Energía; luego llegarían las mucho más resonantes salidas de Mario Russo del Ministerio de Salud y la de la canciller Diana Mondino, cuya gestión quedó eclipsada por las negociaciones que estableció Werthein desde Washington con los Estados Unidos.
Algo similar le ocurriría días atrás al propio Werthein, que quedó en un segundo plano durante la última negociación con los Estados Unidos por el swap, una negociación que se encarriló a través de canales diplomáticos extraoficiales, donde el asesor Caputo tiene injerencia decisiva. Sin embargo, cuando Donald Trump coronó esas gestiones advirtiendo que el auxilio económico desaparecería si Milei no ganaba las elecciones, el sector de Caputo responsabilizó a Werthein.
Este año comenzó con la renuncia de Ignacio Yacobucci en la Unidad de Información Financiera (UIF), luego de ser sometido a una campaña de desgaste por el alto nivel de actividad que mostró el organismo durante su gestión en las causas judiciales. Antes, el sector de Caputo había logrado desplazar a Manuel Tessio, el segundo en la UIF, luego de que se presentara como querellante en la causa por lavado de dinero contra el kirchnerista Martín Insaurralde.
También a comienzos de año partió del gobierno Eduardo Serenellini, quien había sucedido como secretario de Medios a Belén Stettler, quien, a su vez, había suplantado al comienzo de la gestión a Eduardo Roust, que estuvo solo un puñado de días en el área.
El mes de febrero siguió con la salida de Mariano de los Heros de la Anses, luego de anunciar una reforma previsional. Según el Gobierno, lo hizo unilateralmente y de manera inconsulta. “Me parece un disparate que un funcionario de segunda línea haga algo así. Me pareció una falta de respeto y voló por los aires, como correspondía”, explicó el presidente Milei.
Ese mismo día, Sonia Cavallo dejó de ser la embajadora del país ante la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de que su padre, el exministro de Economía Domingo Cavallo, criticara el rumbo económico de la gestión.
La salida que más ruido trajo fue la de Diego Spagnuolo de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), un cargo de menor relieve, pero desde el cual se gestó una de las mayores crisis para el oficialismo. Sus consecuencias son aún inciertas, a partir de la causa que se libra en la Justicia Federal, donde se investiga un presunto entramado de corrupción en la compra de medicamentos en el área que, según audios atribuidos a Spagnuolo, culminaba en Karina Milei y su mano derecha, Eduardo “Lule” Menem.