Cuáles son las propiedades curativas del ashwagandha, la hierba medicinal para combatir el estrés
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La ashwagandha, conocida también como ginseng indio, es uno de las hierbas medicinales más estudiadas. Esta planta, nativa de regiones de Asia, Medio Oriente y África, es empleada como recurso terapéutico para diversas afecciones relacionadas con el estrés y la fatiga mental.
¿La ashwagandha alivia el estrés?: esto dice la cienciaLos Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) destacaron su utilización histórica en los sistemas unani y ayurvédico, medicinas tradicionales con orígenes distintos, pero objetivos similares de equilibrio y salud. El ashwagandha, conocido científicamente como Withania somnifera, forma parte de prácticas medicinales tradicionales en regiones de Asia y África, donde se considera que la hierba contribuye a equilibrar la respuesta del cuerpo ante estímulos estresantes.
La característica distintiva de esta planta radica en su clasificación como adaptógeno, término que describe sustancias capaces de incrementar la resistencia orgánica frente al estrés ambiental, físico y psicológico. Estudios preliminares sugieren que ciertos componentes podrían influir en la modulación del cortisol, hormona esteroidea vinculada directamente con las reacciones fisiológicas ante situaciones percibidas como amenazantes.
Las observaciones de los NIH indican que la ingesta de extractos de ashwagandha durante periodos de entre seis y ocho semanas podría asociarse con una disminución de sensaciones vinculadas al agobio y a la ansiedad. En estos análisis, también se mostraron reducciones en el cansancio y mejoras en la conciliación del sueño.
Propiedades beneficiosas del ashwagandhaLas investigaciones realizadas durante las últimas décadas exploraron cómo los extractos de la ashwagandha interactúan con diversos sistemas fisiológicos implicados en la gestión del estrés. Estos análisis observaron que determinados compuestos bioactivos presentes en la raíz y las hojas podrían ejercer influencia sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, la estructura neurobiológica fundamental en la organización de respuestas adaptativas.
Ensayos clínicos con duraciones entre seis y ocho semanas documentaron reducciones autorreportadas en sensaciones subjetivas de agobio y tensión nerviosa entre participantes que recibieron extractos de ashwagandha. Estos estudios emplearon dosis variables, aunque concentraciones entre 500 y 600 miligramos diarios mostraron resultados más consistentes comparadas con cantidades inferiores.
Los estudios también identificaron otros beneficios como:
Disminuciones en manifestaciones asociadas como el cansancio persistente y las alteraciones del ciclo sueño-vigilia: algunas personas con dificultades para dormir señalaron cambios positivos tras consumir extractos de la hierba. Entre los aspectos reportados se encuentran la posibilidad de quedarse dormidos con mayor rapidez, dormir durante más tiempo y reducir el número de despertares nocturnos. Estos beneficios se observaron con mayor consistencia en personas que tomaron dosis iguales o superiores a 600 miligramos al día durante al menos ocho semanas.Efectos potenciales sobre la ansiedad: individuos con manifestaciones de ansiedad persistente mencionaron mejoras después de consumirla de manera oral.Rendimiento físico: además de los efectos relacionados con el estrés y el sueño, los estudios preliminar exploraron el impacto del ashwagandha en el rendimiento físico. Algunos análisis sugieren una relación entre su consumo y mejoras en fuerza muscular, resistencia y capacidad cardiorrespiratoria.Función cognitiva: en grupos específicos, como adultos mayores con deterioro cognitivo leve, se observó indicios de mejoras en la atención, la rapidez de respuesta y la capacidad de procesamiento. Estos resultados podrían estar vinculados a componentes antioxidantes presentes en la planta, que actuarían sobre procesos fisiológicos del sistema nervioso.Precauciones y grupos que deben evitar el consumo de ashwagandhaAunque varios estudios no han mostrado problemas graves de seguridad en consumos de hasta tres meses, no existe información concluyente sobre los efectos de su uso prolongado. Además, se documentaron casos de daño hepático asociados al consumo de extractos de la planta.
Existen grupos específicos para quienes el consumo de ashwagandha no se considera seguro. De acuerdo con los NIH, entre ellos se encuentran:
Personas con cáncer de próstata.Embarazadas y quienes se encuentren en periodo de lactancia.Personas que utilizan medicamentos que actúan sobre la glándula tiroides, ya que el ashwagandha podría modificar su funcionamiento.Personas que usan fármacos para la diabetes, la presión arterial, sedantes o medicamentos inmunosupresores, debido a posibles interacciones.