Cuando diez minutos son una eternidad: buscan convencer a inversores y sumar exportaciones para el país
ROSARIO.- El corazón del Santa Fe Business Forum es la ronda internacional de negocios, el cara a cara entre 250 compradores extranjeros que llegaron a Rosario para analizar una posible importaci...
ROSARIO.- El corazón del Santa Fe Business Forum es la ronda internacional de negocios, el cara a cara entre 250 compradores extranjeros que llegaron a Rosario para analizar una posible importación y las 1100 empresas locales que quieren exportar.
También, el foro de inversiones, donde 40 capitales de riesgo -10 argentinos y 30 extranjeros- se reúnen con alguna de las 150 startups (todas argentinas, de Santa Fe y algunas de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza) que están inscriptas y buscan financiamiento.
La locación ayuda al ambiente de negocios, ya que el espacio en donde se realiza el foro es una terminal fluvial por cuyo frente pasan algunos de los enormes barcos que buscan su carga en los puertos santafecinos. Algunos, incluso, saludan a su paso con un bocinazo.
Los representantes de los capitales de riesgo quieren, sobre todo, invertir en proyectos tecnológicos disruptivos. En este foro están orientados mayormente a la biotecnología, agritech/foodtech (o tecnología aplicada al agro y a los alimentos), la inteligencia artificial, el mundo fintech, la logística y el e-commerce.
Cómo funcionan los encuentrosVatshal Bhanushali, de India, representa a un importante fondo de inversión de Estados Unidos que se llama Hawkwood Biotech/Genoa Ventures, especializado en biotecnología. Justo antes de comenzar la charla con LA NACION, se acercaron dos jóvenes que pidieron presentarse. En una suerte de elevator pitch -esos escasos minutos en los cuales una persona puede darse a conocer y presentar una idea-, aprovecharon para esbozar su propuesta informal.
En diálogo con este medio, Bhanushali contó que busca oportunidades para trabajar e invertir en la Argentina y Latam, en el ecosistema de la biotecnología. Maneja una billetera de entre US$500.000 y US$5 millones. “Buscamos compañías algo maduras en biotecnología para alimentos, fermentos para comidas, proteínas, aditivos y tinturas para textiles, entre otros”, dice. Agrega que “ha sido impresionante ver el progreso del ecosistema argentino. ”Hay muchas compañías argentinas que llegaron a San Francisco. Lo que nos llama la atención es todo lo que logran con pocos recursos”, comenta.
“Creemos que este país tiene mucho para ofrecer en términos de manufactura más económica. Hay mucho talento local y las utilidades son competitivas. Notamos, por otro lado, que falta inversión en infraestructura. También deberían incrementarse las políticas públicas que atraigan a las empresas, como el apoyo a los inversores, el crédito y más soporte para lograr los permisos necesarios para que las empresas puedan funcionar”, sintetiza.
De otro lado del mostrador, Silvana Spinelly de Kresko Rnatech, busca financiamiento para su startup, que vende ingredientes (en formato polvo) 100% naturales para mejorar -dice- el funcionamiento del organismo. “Ayudan a la salud intestinal, la inmunidad o el sueño. Esos ingredientes están basados en ARNs naturales, presentes en superalimentos o en hierbas medicinales, que en Kresko aprendimos a identificar y estabilizar. Se pueden incluir en productos de uso masivo, como suplementos, cosméticos o alimentos funcionales”, explica.
Necesitan una inversión de US$300.000 para expandirse. “Lo que más les interesa a los potenciales inversores es que demostremos el interés de los clientes (es una empresa B2B) en una tecnología tan novedosa como la nuestra. La materia prima es de huertas orgánicas y tambos locales”, cuenta.
Pablo Piacenza, agente de promoción comercial, y Agostina Rovetto, quien trabaja en la secretaria de Comercio Exterior de la provincia de Santa Fe, cuentan que la mayoría de los fondos que llegaron a la Argentina son de Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Chile, Bolivia, España y El Salvador.
“Los mismos fondos que vinieron el año pasado pidieron estar en la segunda edición. La plata que ponen depende de la etapa del proyecto, su factibilidad y su posibilidad de escalar”, explican. Los capitales tienen disponible entre US$250.000 y $5.000.000 o más para invertir.
Para lograr los encuentros usaron una plataforma de matchmaking, donde se inscribieron startups e inversores. Quienes matchean, pueden tener acceso a una reunión de 10 minutos que puede derivar, o no, en conversaciones posteriores.
Una ronda de negocios internacionalesEn un salón de grandes dimensiones se multiplican las conversaciones entre potenciales compradores extranjeros y vendedores. Entre ellos, Marcelo Mescolatti y Sebastián Ribes, dos mendocinos que manejaron 850 kilómetros para presentar sus sales saborizadas y lograr, con viento a favor, su primera exportación. Son una de las 1000 empresas que llegaron para lograr clientes en otros países.
En una coqueta estantería, muestran sus sales de pimentón y orégano, ajo y cebolla al malbec, limón y pimienta y ají molido ahumado, entre otras, de su empresa Manjares de la Lela, en honor a la abuela de uno de los empresarios.
Buscar oportunidades de negocio a veces significa reinventarse, y así lo hicieron. En un golpe de timón, pasaron de vender dulces y conservas, a un producto nuevo, pero que empezó a tener mucha más salida: las sales saborizadas. Ahora quieren dar un paso más, y llegar a otros países, para lo cual ya contactaron a un agente de comercio exterior.
En un despliegue importante, se ven snacks, vinos, aceites, frutos secos y muchos productos más, la mayoría alimenticios.
Por su parte, Ryan Fields, de Estados Unidos, llegó para encontrar proveedores para los 67 supermercados que maneja en la zona del Caribe. Su búsqueda es amplia: todo lo que se vende en el súper y está envasado y/o congelado. En dos días, tiene 20 reuniones.
“Estamos mirando no solo la calidad de los productos, que son muy buenos, sino también los precios, porque hay que agregar el flete y la Argentina no es cerca”, comenta. Al final del día, dice que el resultado final se ve en la góndola, donde hay productos que compiten en calidad y precio.
Y, obviamente, miran de cerca la capacidad para dar continuidad a las ventas. No se trata de una sola transacción. El proveedor tiene que demostrar que siempre contará con el stock necesario para reponer la mercadería. Otro desafío para una Argentina con vaivenes económicos que no siempre facilitan la inversión que se sostiene en el tiempo.