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De la Argentina a Honduras: en qué elecciones tuvo injerencia Donald Trump y cómo le fue

WASHINGTON.- Estados Unidos ha interferido por décadas en elecciones alrededor del mundo, pero ningún presidente moderno lo ha hecho de forma tan descarada como Donald Trump.Atrás quedaro...

De la Argentina a Honduras: en qué elecciones tuvo injerencia Donald Trump y cómo le fue

WASHINGTON.- Estados Unidos ha interferido por décadas en elecciones alrededor del mundo, pero ningún presidente moderno lo ha hecho de forma tan descarada como Donald Trump.Atrás quedaro...

WASHINGTON.- Estados Unidos ha interferido por décadas en elecciones alrededor del mundo, pero ningún presidente moderno lo ha hecho de forma tan descarada como Donald Trump.

Atrás quedaron los turbios complots de la CIA o las campañas mediáticas encubiertas. Trump ha pedido abiertamente a los electores de otros países que voten por sus amigos derechistas, a menudo a través de su herramienta favorita: las redes sociales.

El más reciente ha sido el respaldo en su red Truth Social al candidato hondureño de derecha Nasry Asfura, a quien calificó como “el único verdadero amigo de la libertad” y prometió trabajar con él. Asfura ahora pelea voto a voto la presidencia con otro candidato conservador, Salvador Nasralla, a quien el mandatario tildó de “casi comunista”.

“No puedo recordar un momento en el que un presidente de Estados Unidos estuviera dispuesto a declarar abiertamente sus preferencias en elecciones extranjeras de esta manera, al menos en la historia moderna", dijo Thomas Carothers, director del programa de democracia, conflicto y gobernanza en el Carnegie Endowment for International Peace.

Trump se ha sentido especialmente envalentonado en América Latina, donde Estados Unidos tiene un largo historial de intervenciones.

El secretario de Estado, Marco Rubio, ha menospreciado al presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, y lo ha calificado de “lunático”. Más aún, Washington le impuso sanciones al mandatario y a su familia por acusaciones de participación en el tráfico global de drogas, en otro paso de una escalada de tensiones entre ambos países.

Washington también sancionó al juez brasileño a cargo del proceso contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, un viejo aliado, por intento de golpe de Estado. Por la misma causa le aplicó a Brasil el arancel más elevado de la batería de tarifas que lanzó contra el mundo (50%), señalando que el Supremo Tribunal Federal (STF) estaba llevando a cabo una “cacería de brujas”.

Trump expresó asimismo varias veces su respaldo al presidente Javier Milei, de cara a las elecciones de medio término de octubre pasado. Prometió 20.000 millones de dólares para apuntalar una economía en dificultades, pero advirtió que la ayuda desaparecería si los votantes rechazaban a Milei en las legislativas.

“Si él pierde, no seremos generosos con Argentina”, afirmó solo unos días antes de los comicios. “Si no gana, nos vamos”, añadió. Tras esa ayuda condicionada, el oficialismo libertario de Milei terminó adelante.

“Es un intento constante de influir en la política, de reforzar lo que creo que ellos ven como un cambio hacia la derecha que está ganando fuerza en toda la región”, dijo Will Freeman, investigador sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores.

En Venezuela, donde no hay una elección en el horizonte sobre la cual influir, Trump ha sugerido el uso del poder militar estadounidense para remover a Nicolás Maduro, en una escalada comenzada a principios de septiembre y que incluye la presencia en el Caribe del portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford.

Más allá de la región

Pero su vocación injerencista va más allá de América Latina, el “patio trasero” de Estados Unidos. Trump también ha intentado inclinar la balanza en Europa. Su jefa de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una visita a Polonia, respaldó abiertamente a Karol Nawrocki, el candidato conservador a la presidencia, que posteriormente ganó.

El mandatario republicano tuvo menos éxito en Rumania, donde su aliado de extrema derecha perdió las elecciones presidenciales, pero solo después de que una votación anterior fuera anulada de manera controvertida.

El vicepresidente JD Vance, durante un viaje a Alemania, criticó públicamente las restricciones impuestas al partido de extrema derecha AfD. Trump y sus asesores han elogiado al legislador británico antiinmigrantes Nigel Farage y han criticado un fallo judicial en Francia contra la líder de extrema derecha Marine Le Pen.

La administración Trump también ha desmantelado décadas de esfuerzos de promoción de la democracia en el extranjero, con la instrucción de Rubio a las embajadas de restringir los comentarios sobre la legitimidad de las elecciones en otros países.

Trump tiene experiencia propia en temas de cuestionar o validar la legitimidad electoral. El republicano se negó en 2020 a aceptar su propia derrota frente a Joe Biden y fue acusado de intentar revertir los resultados en el estado de Georgia, un caso que fue desestimado la semana pasada a la luz de su victoria en las elecciones de 2024.

Recientemente, el republicano instó públicamente al presidente de Israel a indultar al primer ministro Benjamin Netanyahu, que está siendo juzgado por corrupción.

Irónicamente, durante un discurso en Arabia Saudita en mayo, el magnate denunció el intervencionismo, al menos en el contexto de Medio Oriente, señalando que los esfuerzos pasados de Estados Unidos se habían convertido en desastres.

El politólogo Dov Levin, en un libro de 2021, descubrió que Estados Unidos había intervenido en elecciones extranjeras más de 80 veces desde el final de la Segunda Guerra Mundial, más que cualquier otro país. Aun así, Carothers dijo que Trump era único no solo en sus métodos públicos, sino también en sus aparentes motivaciones.

“Es diferente a la Guerra Fría, cuando Estados Unidos a menudo favorecía a una persona en particular, pero lo hacía por razones geoestratégicas”, dijo. “Lo que tenemos aquí es más que Donald Trump siente que tiene un grupo de amigos en el mundo a quienes quiere ayudar”.

Trump recibió al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, en la Casa Blanca el mes pasado, y en diálogo con periodistas, dijo que los líderes europeos necesitaban apreciar más al líder nacionalista húngaro, que muestra grandes diferencias con sus socios de la Unión Europea sobre el respaldo a Ucrania y es más cercano a Vladimir Putin, entre otras disidencias.

Durante esa reunión, Trump le otorgó a Hungría una exención de las sanciones de Estados Unidos relacionadas con el petróleo ruso. Hungría depende fuertemente de ese petróleo, y Orban sostenía que las sanciones amenazaban la débil economía de su país, en momentos en que enfrenta una de las elecciones más difíciles de su carrera, en abril próximo. Una vez más, Trump le dio su bendición: “Ha hecho un trabajo fantástico”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/de-la-argentina-a-honduras-en-que-elecciones-tuvo-injerencia-donald-trump-y-como-le-fue-nid02122025/

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