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De la narrativa a la acción para afrontar la urgencia climática

La urgencia climática ya no admite postergaciones. Las certificaciones, campañas y sellos ambientales ya no funcionan solo como avales de marketing, sino como señales concretas de compromiso con...

De la narrativa a la acción para afrontar la urgencia climática

La urgencia climática ya no admite postergaciones. Las certificaciones, campañas y sellos ambientales ya no funcionan solo como avales de marketing, sino como señales concretas de compromiso con...

La urgencia climática ya no admite postergaciones. Las certificaciones, campañas y sellos ambientales ya no funcionan solo como avales de marketing, sino como señales concretas de compromiso con un futuro que exige acción inmediata. Y las grandes compañías que operan en la Argentina no son ajenas a la transformación: cada vez más alineadas con las demandas de un consumidor consciente, buscan reconvertir su labor hacia esquemas más responsables.

Este viraje fue el eje central del capítulo 9 del ciclo de Sustentabilidad organizado por LA NACION, un espacio de diálogo en el que referentes de múltiples sectores compartieron algunos de los avances, tensiones y desafíos de la “ola verde”.

Al ser consultada por José Del Rio, secretario general de Redacción del medio, sobre el enfoque sustentable en el ámbito empresarial María Rigou, directora ejecutiva de Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad de EY Argentina, reconoció que antes era una cuestión valorada, pero que hoy, con nuevos actores e intereses de por medio, “se empieza a tener más acción que narrativa”.

De acuerdo con ella, el cambio climático, el uso de recursos naturales, la biodiversidad, el trabajo con la cadena de valor y las comunidades, entre otras áreas, se presentan como las principales temáticas. “La sustentabilidad atraviesa y circula por toda la actividad de la empresa, con un sentido de responsabilidad atendido”, destacó.

Las iniciativas de las empresas

Las compañías que operan en el país se encuentran redoblando sus esfuerzos para avanzar hacia esquemas de producción y consumo más sostenibles. Un caso ilustrativo sobre el tema es el de Ternium –la mayor productora de acero de América Latina– que renovó su compromiso de descarbonización para 2030, apuntando así a reducir un 15% las emisiones específicas de CO₂ por tonelada de acero y abarcando emisiones directas e indirectas de toda la cadena productiva.

José Fonrouge, director global de Sustentabilidad de la compañía, destacó que, en la Argentina, esa meta se materializó en la inauguración de un parque eólico en Olavarría, con 22 aerogeneradores que generan 99 megavatios y reemplazan el 90% de las emisiones asociadas a la electricidad consumida.

Por su parte, Verónica Rosales, directora de Comunicaciones y Sustentabilidad de Nestlé, señaló que esta temática responsable se ha vuelto en un criterio central en la estrategia de la compañía, que tiene como meta alcanzar cero emisiones netas para 2050.

Destacó además la relación directa entre el cambio climático y la crisis alimentaria, y afirmó que la empresa está comprometida con transformar los sistemas alimentarios hacia modelos más sostenibles y regenerativos. Por eso, desde hace tres años participan en la Exposición Rural, donde ofrecen talleres de agricultura regenerativa y compostaje para acercar la sustentabilidad a la gente.

También generando un cambio en la industria del consumo masivo, María Bulla, gerente de Asuntos Corporativos de Unilever, mencionó la apuesta por la energía solar en sus seis fábricas y oficinas en la Argentina. Otro dato que sumó fue que desde hace tres años trabajan con el INTA y agricultores de Mendoza, que proveen a la planta de Knorr, para implementar prácticas de agricultura regenerativa.

En línea con lo mencionado, Mariana Petrina, CCO y responsable de Sustentabilidad de L’Oréal Argentina, contó que la empresa cosmética trabaja desde hace más de 15 años en sustentabilidad, con metas claras para 2030 que incluyen: operar con energía 100% limpia y reutilizar toda el agua en sus fábricas. “Queremos que el 30% de nuestros envases sean recargables y luego que esos empaques sean compostables”, destacó.

Otro punto elemental que refirió fue el compromiso de L’Oréal de no testar productos en animales desde hace más de 30 años, aplicando alternativas científicas como piel reconstruida in vitro.

Acciones e impacto positivo

El cambio cultural radica en dejar de ver a la sustentabilidad como un gasto y pasar a verlo como una oportunidad. Frente a esta cuestión, Vanesa Vázquez, gerente de Impacto Positivo de Cervecería y Maltería Quilmes, amplió: “No se trata solo pensar lo que le hace bien a tu negocio, sino también a tu ecosistema (proveedores, productores, etcétera)”.

Citó como caso ilustrativo el acuerdo entre su compañía y Central Puerto para abastecerse de energía renovable desde un parque eólico en Achiras, Río Cuarto, Córdoba. “El 100% de nuestra energía renovable proviene de ese parque”, contó.

Por su parte, Fernando Arango, gerente de Comunicaciones Corporativas de Arcos Dorados Argentina, mencionó el programa “Recetas del Futuro” que agrupa las acciones de impacto ambiental y social de la empresa. Así, citó que desde 2021, la compañía incrementó de forma sostenida el uso de energía eólica y solar en sus locales. “En 2023 ya sumamos un 30% y este año estamos en un 50%”, afirmó. En total, 78 locales de los 227 que tiene McDonald’s reciben energía renovable.

La industria de la logística es quizá otra de las que mayor deuda tiene con el medio ambiente. Esta inquietud se instaló en Marcelo Mattio, vicepresidente de Urbano Express Argentina, en 2020 –un momento clave para su compañía, ya que decidieron empezar a medirse en términos de sustentabilidad–. A partir de esto hicieron un cuestionario y una capacitación relativa a la sustentabilidad ambiental, el impacto social y el efecto económico que produce. “Nos sirvió como guía y nos dimos cuenta de que ya teníamos varias acciones de sustentabilidad en la compañía, solo que estaban disgregadas”, agregó.

Descentralizar las iniciativas

Pablo Bocco, líder de Innovación Social de Naranja X, trazó una mirada desde el sector servicios, donde el impacto ambiental no siempre es tan evidente, pero es igual de relevante. Explicó que en la empresa este año decidieron descentralizar la ejecución de iniciativas. “Les damos los focos que queremos traccionar y dejamos que cada equipo piense una solución adaptada”, explicó.

Sucesivamente reveló que, además de emitir tarjetas de 100% de PVC reciclado buscarán ofrecer beneficios financieros por adquirir productos con impacto positivo.

La descentralización también puede ocurrir al delegar estrategias sustentables en consultoras u otras compañías que ya hayan alcanzado una responsabilidad social exitosa. Manuel Ron, ingeniero agrónomo y empresario, fundador de Carbon Neutral+ y presidente de BIO4 Argentina, declaró que este es el caso de su firma. “Asesoramos a las empresas grandes para medir su cadena de valor y que puedan ir trackeando las emisiones que tienen las compañías proveedoras asociadas a las operaciones”, dijo. “De esta forma, pueden implementar planes de mitigación que ayuden a bajar la huella o compensar con bonos de carbono para llegar a la carbono neutralidad”, continuó.

Hacer partícipe a la comunidad

“Hacemos un gran trabajo de transformación cultural, porque la sustentabilidad exige un cambio en el mindset (mentalidad), en el liderazgo y en los procesos”, desarrolló María Constanza Ferrer, gerente de Sustentabilidad de Telecom Argentina, que dio detalles de la estrategia de sustentabilidad que existe desde hace 17 años en la compañía.

Según informó, la empresa lanzó “Academia digitalers”, una plataforma abierta, diseñado con sus principales partners (como Google, Huawei, Salesforce, Microsoft), que ofrece cursos gratuitos y propuestas de formación en habilidades digitales. “Dentro de la estrategia sostenible, el pilar más importante tiene que ver con desarrollar programas de inversión en la comunidad que nos permiten acercar tecnologías a las personas y capacitarlas en cómo hacer un uso positivo”, señaló.

Por su parte, Carola Mc Garrell, jefa de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Compañía de Cervecerías Unidas (CCU, que reúne marcas como Schneider, Heineken, Miller e Imperial, entre otras) reveló que si bien han diseñado distintos programas corporativos de capacitación, no se limitaron a la virtualidad: “En alianza con los municipios, empezamos a diseñar varias masterclass en ciudades donde tenemos plantas productivas. En mayo hicimos cinco en Santa Fe, Salta, Luján, Chascomús y Mendoza, en las que participaron más de 1000 personas”, recordó. La idea detrás, explicó, es acercarse a los vecinos para que sepan que la compañía tiene interés en que crezcan.

Desde otro esquema más asociado a la protección y conservación de especies la bióloga Paula González Ciccia, quien hoy ejerce el cargo de vicedirectora general y directora de Conservación, Educación, Ciencia y Salud de Fundación Temaikèn, habló de la labor de la entidad con la comunidad. Así pasó a contar la historia del aguará guazú, el canido más grande de América del Sur, del cual desde 2014 se han reportado numerosos registros en la provincia de Buenos Aires. Hoy, reveló, se encuentra amenazado principalmente por la acción humana y la pérdida y degradación de su hábitat.

“Desarrollamos un programa de trabajo con la comunidad que incluye vecinos, alumnos y maestros de escuelas locales para generar mayor conciencia y sensibilidad con la naturaleza”, dijo.

La sustentabilidad no conoce de fronteras y exige hoy en día ser una prioridad en la vida de las personas. Ash Mateu, fundadora de la consultora especializada en moda Inside Studios, reveló que la industria textil es una de las que más transformaciones está viviendo: “Hoy repensamos la economía de la moda a partir de las prendas y materiales que ya están en circulación. No hay nada más sustentable que algo que ya existe”.

Respecto de las grandes ciudades y la migración hacia espacios más verdes, Nicolás Gallardo, coordinador del Programa de Ciudades de Jóvenes por el Clima, explicó que esto no solo atenta contra el ambiente, sino también contra la calidad de vida. ¿La solución que propone? Las “ciudades de 15 minutos”: barrios donde todo (trabajo, escuela, salud) esté a una distancia caminable o en bicicleta.

Candela Castro, directora de Áreas Naturales del municipio de Escobar, coincidió y propuso repensar las ciudades desde un concepto clave: la conexión y el reconocimiento de las plantas nativas.

“Son nuestras, están adaptadas a nuestro clima y forman parte de nuestra historia”, explicó. Estas especies, dijo, al ser incorporadas en balcones, jardines, veredas o espacios públicos, pueden convertirse en nodos esenciales de biodiversidad. “Es hora de volver a conectar. La sensibilidad por la naturaleza está en nosotros, solo hay que despertarla”, concluyó.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/de-la-narrativa-a-la-accion-para-afrontar-la-urgencia-climatica-nid06072025/

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