Debate en la Cámara de Diputados sobre el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo
La revolución de la inteligencia artificial (IA) como tecnología emer...
La revolución de la inteligencia artificial (IA) como tecnología emergente se debate en diferentes ámbitos de la sociedad casi a la misma velocidad que su adopción. Legisladores, expertos y profesionales de diferentes campos participaron esta semana del seminario “Futuro Inteligente: IA, la aceleración de la transformación tecnológica y su impacto en el ámbito laboral”, que se realizó en el Anexo C de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Impulsado por la diputada Silvana Giudici, el encuentro convocó a referentes de distintos ámbitos -empresarial, académico y bioético- para reflexionar sobre cómo la IA está transformando el empleo, los perfiles profesionales y los dilemas éticos que surgen con la adopción de estas tecnologías.
Giudici planteó la necesidad de establecer “presupuestos mínimos de regulación en la IA” y anunció un proyecto para reformar la Ley de Protección de Datos Personales. Su objetivo es garantizar derechos como la transparencia, el consentimiento y el derecho a la revisión en decisiones automatizadas con impacto en la vida cotidiana.
En el panel sobre el impacto de la IA en el mundo corporativo, expusieron el Dr. Gonzalo Zarza (Globant), el licenciado Tomás G. Castagnino (Accenture Research) y el licenciado Gastón Roitberg (Secretario de Redacción de LA NACION e integrante del IA Lab). Cada uno expuso sobre cómo la inteligencia artificial impacta en los procesos de trabajo, en el entrenamiento de los recursos humanos de las organizaciones y en las competencias profesionales.
El otro tramo del seminario, dedicado a la ética y la IA en el trabajo, hablaron los bioeticistas Fishel Szlajen (UBA) y María Isabel Iñigo Petralanda (UCA). El rabino Szlajen advirtió que la IA no solo automatiza tareas, sino que “redefine la propia ontología del trabajo”, desplazando funciones cognitivas y poniendo en riesgo la identidad profesional. Propuso una regulación basada en justicia distributiva y subsidiariedad, y destacó la importancia de evitar que decisiones clave sean dejadas en manos de algoritmos.
Asimismo, recomendó implementar mecanismos como trazabilidad algorítmica, auditorías permanentes, fondos de reconversión laboral y protocolos de educación tecnológica inclusiva, inspirándose en modelos de Finlandia, Alemania y España: “Ya no se trata de qué puede hacer la IA, sino qué debe permitírsele hacer, equilibrando eficiencia y responsabilidad”.
Por su parte, Iñigo Petralanda advirtió sobre la creciente incorporación de la IA en el campo de la salud —desde diagnóstico hasta cuidados paliativos—, aunque advirtió que esa adopción exige “protocolos rigurosos y un marco ético, jurídico y operativo sólido” para resguardar la dignidad y seguridad del paciente.
El cierre del debate unificó una conclusión clara: la IA puede optimizar procesos y potenciar productividad, pero también amenaza con profundizar desigualdades y provocar desplazamientos laborales si no existe una regulación clara y consensuada, tal como indicó Giudici junto a sus pares Karina Banfi y Martín Yeza, diputados nacionales que también participaron del debate.