Del surf a las grandes ligas del cine. Tiene 39 años, es hijo de una leyenda y asegura: “Mi padre no me dio un centavo”
Hijo del mítico Clint Eastwood (95) y Jacelyn Reeves (73), Scott (39) nació en Carmel, California, pero su infancia transcurrió entre la serenidad de la costa californiana y la energía salvaje ...
Hijo del mítico Clint Eastwood (95) y Jacelyn Reeves (73), Scott (39) nació en Carmel, California, pero su infancia transcurrió entre la serenidad de la costa californiana y la energía salvaje de Hawái. “Viví pescando, buceando, surfeando… Tuve una infancia sencilla y feliz”, confesó en una entrevista con Route Magazine. Aquellos años, lejos del glamour de Hollywood, marcaron su carácter aventurero y deportivo y su amor por la naturaleza. A los 17, decidió mudarse con su padre, un cambio que no fue fácil. “Viví con mi mamá hasta que se pudrió todo… y luego me vine con mi padre y también lo hice enojar”, recordó con humor. Sin embargo, detrás de esa relación exigente había una profunda admiración. “Él es mi héroe”, dijo una vez.
Con el tiempo, Scott entendió que el apellido Eastwood no era un pasaporte al éxito, sino una responsabilidad. “Mi padre no me dio un centavo. Me hizo ganarme todo”, declaró a Woman’s World. Y en otra entrevista agregó: “Papá es muy a la antigua… Me enseñó integridad: ser puntual, trabajar y esforzarme”. Antes de conquistar la gran pantalla, Scott se abrió camino en el modelaje con campañas para firmas internacionales como Ralph Lauren, ediciones como GQ Australia y su cara y su cuerpo trabajado protagonizaron en 2015 la campaña del perfume Davidoff Cool Water. Su salto al cine llegó con papeles en Flags of Our Fathers y Gran Torino (ambas dirigidas por Clint), pero siempre bajo una premisa clara que su padre le repetía: “Si hay alguien mejor que vos, no vas a conseguir el papel”. También protagonizó el film La ola perfecta, donde pudo combinar grandes amores: el cine y el surf.
VARIOS ROMANCES Y UNA TRAGEDIA
En lo personal, Scott prefiere la discreción, aunque su vida amorosa dio que hablar. Se lo vinculó con la actriz y cantante Jana Kramer, la modelo y actriz Charlotte McKinney y con Ana de Armas cuando trabajaron juntos en la película Overdrive (2017).
Pero también vivió una tragedia que lo marcó a fuego: la muerte de Jewel Brangman, en septiembre de 2014, su novia en aquel entonces, en un accidente automovilístico causado por un airbag defectuoso. “Fue una de las llamadas más duras que recibí en mi vida”, confesó con dolor.
SUS OTRAS PASIONES
Fuera del set, Scott es un hombre al que le gusta el golf, la pesca, pilotear helicópteros y practicar pickleball. “El océano es donde más me siento en casa”, confesó a GQ, recordando su pasado hawaiano.
Además, impulsa su marca Made Here, que no es sólo moda, sino también un homenaje a la gente que fabrica cosas con sus manos en Estados Unidos y apoya iniciativas sociales, destinando parte de sus ganancias a programas que fomentan el empleo en la industria textil estadounidense. Hoy, Scott se consolida como mucho más que el “hijo de…”. Con su carisma, su espíritu libre y su compromiso con la autenticidad, hace de las suyas. Como él mismo se lo resumió al New York Post: “No se trata de ser Clint Eastwood, se trata de ser Scott Eastwood y encontrar mi propio camino".