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“Desastre”: un feroz temporal arrasó el pulmón verde de un pueblo rural

Una importante tormenta azotó la localidad de Intendente Alvear, ubicada en el noroeste de la provincia de La Pampa, el fin de semana, donde dejó importantes destrozos en el casco urbano y rural....

“Desastre”: un feroz temporal arrasó el pulmón verde de un pueblo rural

Una importante tormenta azotó la localidad de Intendente Alvear, ubicada en el noroeste de la provincia de La Pampa, el fin de semana, donde dejó importantes destrozos en el casco urbano y rural....

Una importante tormenta azotó la localidad de Intendente Alvear, ubicada en el noroeste de la provincia de La Pampa, el fin de semana, donde dejó importantes destrozos en el casco urbano y rural. No hubo víctimas. De acuerdo con los vecinos de la localidad, ese lugar está habituado a los fenómenos de alta intensidad, habiendo vivido un desastre climático en 2017. No obstante, el sábado último la zona se enfrentó a una de las tormentas más veloces y destructivas, que dejó un “desastre climático”.

Según relató Pablo Suárez, integrante del grupo La Pampa, tierra de tormentas, la localidad se encontraba bajo una alerta naranja del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) por fuertes tormentas.

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Si bien la comunidad Tierra de Tormentas fue notificada de ráfagas fuertes en Ceballos (a 20 km), el fenómeno, que trae el 99% de las veces desde el oeste y suroeste, llegó mucho más rápido de lo habitual. La tormenta tuvo ráfagas de 120 km/h, un dato corroborado por la estación meteorológica, y dejó al pueblo a oscuras en cuestión de minutos.

Suárez señaló que el saldo de los vientos fue importante para la infraestructura y el entorno natural. Contó que el pueblo se caracteriza por ser el “pulmón verde de la pampa” debido a la magnitud y cantidad de su forestación, pero la tormenta “hizo estragos” en sus árboles. Así, calificó las precipitaciones como “nunca vista” e “histórica”. A primera vista y según los informes, dijo que las consecuencias inmediatas incluyeron la caída de árboles arrancados de raíz que arrastraron columnas de luz y cables de servicio eléctrico.

La localidad de Intendente Alvear quedó 24 horas sin suministro eléctrico y también se cortó el agua, sumado a los daños en techos y estructuras, a partir de este fenómeno.

Por otra parte, Suárez, quien aclaró que se dedica a la fotografía, comparó la situación con el desastre de enero de 2017, cuando una intensa granizada nocturna causó destrozos en vidrios y autos, pero enfatizó que esta vez el daño se centró en la arboleda y la infraestructura de servicios. A pesar del destrozo impresionante y el panorama desolador, destacó que “por suerte no hubo que lamentar víctimas más allá del daño en las estructuras".

Flavio Dellacasa Schröder, quien maneja 200 hectáreas productivas se refirió al impacto del temporal en la zona rural, a 20 kilómetros al noroeste de Intendente Alvear, casi en el límite provincial. El frente de tormenta, que abarcó al menos 10 kilómetros de ancho y golpeó con fuerza desde Ceballos hasta General Villegas, causó daños estructurales significativos en los establecimientos. Dellacasa confirmó que “se volaron algunos silos, algún tinglado”, así como las casillas rurales, por la intensidad de las ráfagas, que afectaron gravemente las estructuras edilicias.

En el ámbito agrícola, el daño no fue total, pero generará un costo de inversión adicional en los productores que ya hicieron la siembre. Explicó que la campaña de cultivos es aún muy pequeña, con las plántulas de los cultivos con solo “dos hojitas”. Si bien esto mitigó el impacto del viento en su campo —que “no tenía rastrojo” en ese momento—, sí hubo consecuencias: el rastrojo de los campos vecinos fue afectado.

La preocupación se centra ahora en el granizo, que pudo afectar las pequeñas plantas en crecimiento. El panorama productivo es claro: la inversión total no se pierde, pero “todo se puede resembrar,” lo que implica un “nuevo costo” para retomar el ciclo y mitigar la pérdida.

Dellacasa alertó sobre la inusual fecha del fenómeno: noviembre “no es esa época de tormentas”, ya que históricamente se esperan en agosto. La aparición de este tipo de eventos a finales de la primavera resulta particularmente riesgosa para el sector: “Cada vez que pasa en noviembre significa un desastre” porque puede generar helada tardía o, como en este caso, “piedra en estadio 2 o 3”, que obliga a los productores a resembrar. La única expectativa a corto plazo es que “aflojen los vientos” para poder continuar con las tareas de campo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/desastre-un-feroz-temporal-arraso-el-pulmon-verde-de-un-pueblo-rural-nid18112025/

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