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Diego Giacomini: “Milei se metió en un callejón sin salida”

Tras dos años de gestión, el plan económico de Javier Milei sigue generando adhesiones en los mercados financieros y fuertes cuestionamientos en la economía real. En una entrevista con LA NACIO...

Diego Giacomini: “Milei se metió en un callejón sin salida”

Tras dos años de gestión, el plan económico de Javier Milei sigue generando adhesiones en los mercados financieros y fuertes cuestionamientos en la economía real. En una entrevista con LA NACIO...

Tras dos años de gestión, el plan económico de Javier Milei sigue generando adhesiones en los mercados financieros y fuertes cuestionamientos en la economía real. En una entrevista con LA NACION, el economista Diego Giacomini, examigo y coautor del Presidente en varios libros, señala inconsistencias del esquema antiinflacionario basado en el ancla cambiaria, advierte sobre la fragilidad del frente externo y alerta por la caída de la inversión, el empleo y la credibilidad del Gobierno de cara a la segunda mitad del mandato.

–¿Qué balance hace de los dos primeros años de gobierno de Milei?

–El plan económico me parece inconsistente en términos dinámicos, tanto en lo fiscal como en lo monetario y lo cambiario. Hay un pecado original: sin dolarizar —rompió su principal promesa electoral— eligió correctamente bajar la inflación como objetivo central, pero se equivocó gravemente en el instrumento. Utilizó el tipo de cambio como ancla antiinflacionaria y lo hizo, además, sin abrir el cepo para empresas y personas ni liberalizar la economía desde el inicio. Ese error inicial condiciona todo el esquema.

–¿Por qué es un error usar el tipo de cambio como ancla?

–Porque en la Argentina el dólar es un bien escaso. La relación de los argentinos con el dólar es completamente distinta a la del resto del mundo. En otros países se demandan dólares básicamente para pagar importaciones. En la Argentina, además, se ahorra en dólares. Entre dólar ahorro y dólar tarjeta se demandan unos US$5000 millones por mes, es decir, US$60.000 millones al año. A eso se suma que el Estado emite deuda en dólares y enfrenta vencimientos muy elevados. Solo en intereses hay que pagar unos US$10.000 millones anuales en los próximos años, y en capital entre US$20.000 y US$25.000 millones. En total, entre US$30.000 y US$35.000 millones por año. Si agregamos importaciones por unos US$70.000 millones anuales y la demanda de dólares para ahorro, que ronda entre US$50.000 y US$60.000 millones, tenemos una demanda potencial muy superior a la oferta. Las exportaciones este año rondarán los US$83.000 millones y, siendo optimistas, podrían superar los US$95.000 millones el año próximo. El problema es evidente: el único proveedor genuino de dólares no alcanza para cubrir esa demanda.

–El Gobierno asume que podrá refinanciar la deuda y que ingresarán inversiones.

–Todos los gobiernos asumen que pueden refinanciar… hasta que no pueden y caen en default. Mi punto es que, con esta estructura, el dólar tiende a subir en el mediano y largo plazo. Cuando eso ocurre, desaparece el ancla cambiaria y la inflación vuelve a acelerarse. Esa inconsistencia se refleja en que el Gobierno recurre de manera permanente a ofertas transitorias de dólares para mantener el tipo de cambio bajo control. Primero hizo que la gente y las pymes “escupieran” ahorros para afrontar tarifas, salarios y aguinaldos. Después vinieron el blanqueo, el carry trade, los US$20.000 millones del FMI, la baja de retenciones que adelantó liquidaciones por US$7000 millones, la intervención de Scott Bessent por más de US$2000 millones, y, finalmente, el swap con Estados Unidos. Son todas medidas temporales para aumentar artificialmente la oferta y reprimir la demanda de dólares.

–¿Este modelo es sostenible con el tipo de cambio actual?

–No. Con este nivel de tipo de cambio el modelo va a fracasar en el mediano y largo plazo en su principal objetivo, que es sostener una inflación baja. Cuando eso ocurra, la reputación y la credibilidad del Gobierno se van a deteriorar fuertemente. De hecho, el dólar se contuvo artificialmente y la inflación mostró una dinámica en forma de “U”: dejó de bajar y luego se aceleró levemente. Para evitarlo, el Gobierno aplicó un fuerte apretón monetario entre agosto y diciembre. Y aun así, desde el lado de las empresas, los microfundamentos tampoco cierran.

–¿Por qué?

–Porque este tipo de cambio eleva fuertemente los costos en dólares, lo que erosiona la rentabilidad y encarece los productos tanto para exportar como para competir con importaciones en el mercado interno. El exportador está complicado, y el que produce para el mercado doméstico también. Eso se traduce en un nivel de actividad muy débil, salvo en sectores con ventajas comparativas como el agro, la energía y la minería. Pero esos sectores no generan suficiente empleo. Según el Indec, los rubros más afectados —comercio, industria, construcción y turismo— concentran casi la mitad del empleo. El resultado es claro: se perdieron más de 200.000 puestos de trabajo privados y cerraron unas 15.000 empresas.

–¿Qué espera hacia adelante?

–Hoy hay un desacople: un sector financiero con expectativas positivas, incluso exultantes, y una economía real deprimida. Eso no puede sostenerse indefinidamente. O la economía real alcanza a la financiera, o la financiera termina ajustando a la baja. Para que la economía real haga “catch up” se necesita inversión, y ahí el Gobierno tiene un problema serio. Milei registra la peor relación de inversión bruta sobre PBI de los últimos siete presidentes, alrededor del 13,5%.

–¿Por qué ocurre eso?

–Porque no le creen, ni los inversores locales ni los internacionales. De hecho, es el único de los últimos siete presidentes que acumula un saldo negativo de inversión extranjera directa en sus primeros 23 meses.

–¿Tiene que ver el cepo?

–Desde Cristina Fernández de Kirchner, la inversión bruta no alcanza para amortizar el capital existente. Pero en este gobierno el problema se intensificó, pese a que es un programa que depende más que ningún otro de la inversión privada.

–¿Dónde pueden invertir?

–Básicamente en energía y minería, sectores intensivos en capital, de maduración lenta y bajo impacto en empleo. Son talones de Aquiles del modelo. A eso se suma el problema fiscal.

–¿Cuál es?

–El ajuste fiscal tiene una contabilidad creativa enorme. No se contabilizan intereses que deberían pagarse y se asume un optimismo extremo: que se va a refinanciar todo el capital y también los intereses, como si fuéramos un país normal, cuando tenemos ocho defaults.

–¿Por qué entonces los mercados le creen al Gobierno?

–Porque tienen ganas de creerle. La alternativa es el peor peronismo de la historia. Aun así, le creen menos que a Macri: le ponen menos plata.

–¿Pese a todo, el Gobierno puede tener éxito?

–Milei se metió en un callejón sin salida. No le queda otra que insistir con el plan original: bajar la inflación usando el tipo de cambio como ancla. En 24 meses cambió cuatro veces la política monetaria y cambiaria, un promedio de un cambio cada seis meses, lo que erosiona reputación y credibilidad.

–¿Qué debería hacer el Gobierno para aumentar sus chances de éxito?

–La segunda mitad del mandato será más difícil que la primera, aunque algunos indicadores muestren mejoras. El camino elegido para bajar la inflación es dinámicamente inconsistente. El ajuste fiscal no es sostenible y la apertura comercial, con este tipo de cambio, asfixia a muchos sectores: los ahoga por el dólar barato y luego los liquida con importaciones. Estoy a favor de abrir la economía, pero con el cepo totalmente levantado, dejando que el tipo de cambio se determine libremente, sin organismos internacionales ni asistencia externa. Solo así invertirán las empresas que pueden competir y exportar. El mayor problema es la inversión: no hay modelo que dependa tanto de ella como este. Y hoy la inversión va a sectores primarios, sin valor agregado, poco empleo y precios que no controlamos. Es un modelo que necesita, como dice Milei, que “las fuerzas del cielo” se alineen perfectamente durante ocho años, algo muy poco probable.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/diego-giacomini-milei-se-metio-en-un-callejon-sin-salida-nid28122025/

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