Dolor de espalda. Los mitos más frecuentes que perjudican la recuperación
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Frente al creciente sedentarismo de nuestros tiempos, el dolor de espalda es cada vez más común. La doctora Meghan Murphy, neurocirujana en el Sistema de Salud de Mayo Clinic en Mankato, y el doctor Jesse Bracamonte, médico de familia de Mayo Clinic Phoenix, refutan algunos mitos y aconsejan cómo abordar el dolor de manera efectiva.
Mito: Levantar objetos pesados es la principal causa del dolor de espaldaSi bien levantar peso con una mala postura es un factor que contribuye al dolor de espalda, las principales causas suelen estar asociadas a otros motivos. Según Meghan Murphy, los principales responsables de este dolor son un estilo de vida sedentario, una mala postura corporal, la obesidad y los factores genéticos.
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“La obesidad aumenta la carga mecánica sobre los discos, articulaciones y ligamentos, acelerando el desgaste”, explica Bracamonte. “El sobrepeso promueve la inflamación sistémica, lo que empeora la percepción del dolor y el daño de los tejidos. Además, la obesidad debilita la postura y la fuerza del core (conjunto de músculos que envuelve la zona entre la base de las costillas y la pelvis), generando inestabilidad”, agrega.
Por otro lado, según Bracamonte, el rol de la genética es fundamental: “Por ejemplo, ciertos genes afectan la integridad del colágeno y los cartílagos, haciendo que los discos sean más propensos a la degeneración”.
Mito: El reposo absoluto mejora el dolor de espaldaSi se trata de un desgarro, tomarse las cosas con calma durante unos días puede ayudar. No obstante, según Murphy, “el reposo en cama también puede prolongar o incluso agravar, el dolor de espalda”.
“Si el dolor se debe a una compresión nerviosa, un problema de disco o una degeneración articular, la inactividad puede provocar rigidez muscular, mayor dolor, pérdida de condición física y aún más discapacidad”, aclara.
Para la neurocirujana, en estos casos se recomienda modificar las actividades: “Optar por ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar y evitar movimientos como agacharse, torcerse o levantar peso”.
“Incluso unos pocos días de inactividad debilitan el core y los músculos paravertebrales, reduciendo el soporte de la columna. Además, las articulaciones sinoviales dependen del movimiento para su lubricación: la inactividad causa rigidez y pérdida del rango de movimiento. Por otro lado, el movimiento nutre los discos intervertebrales por difusión y la inmovilidad dificulta este proceso, al tiempo que aumenta la rigidez.
A su vez, la inactividad prolongada reduce el flujo sanguíneo, retrasando la curación y aumentando la inflamación. Por último, la inmovilidad puede aumentar la percepción del dolor debido a una hipersensibilización del sistema nervioso”, describe Bracamonte.
Mito: El dolor de espalda siempre se debe a un problema de salud grave subyacenteGran parte de los dolores de espalda se resuelven por sí solos. En la mayoría de los casos, el dolor de espalda es causado por distensiones o esguinces musculares y no por una patología subyacente severa.
“Muchas distensiones leves se resuelven en un período de dos a cuatro semanas”, explica Bracamonte. Según el doctor, se debe buscar atención médica antes cuando el dolor es intenso o empeora después de una semana; cuando el dolor se irradia hacia la pierna (ciática); cuando hay adormecimiento, hormigueo o debilidad; cuando hay pérdida de control de la vejiga o los intestinos; cuando hay fiebre, pérdida de peso inexplicable o cuando hay antecedentes de cáncer. Más allá de estos casos, si pasadas las cuatro semanas, el dolor persiste, se justifica una evaluación médica”, indica.
Mito: Se debe evitar el ejercicio cuando se tiene dolor de espaldaLa actividad física suele recomendarse para controlar y prevenir el dolor de espalda. En este sentido, fortalecer los músculos del core, mejorar la flexibilidad y mantener un peso corporal saludable, puede contribuir a una espalda más sana.
“Dependiendo del dolor, es posible que uno deba adaptar sus ejercicios. Cada uno conoce su cuerpo mejor que nadie, así que lo mejor es escucharse. Si algo no mejora o empeora progresivamente, conviene consultar a un profesional de la salud”, advierte Murphy.
Mito: La cirugía es la única solución para el dolor de espalda crónicoEn la mayoría de los casos, el dolor de espalda se debe a causas que no se resuelven con cirugía.
Tratamientos no quirúrgicos como la fisioterapia, los medicamentos, las inyecciones y las modificaciones del estilo de vida suelen ser más eficaces para controlar y reducir el dolor de espalda crónico que someterse a una cirugía.
Mito: Un colchón firme es lo mejor para aliviar el dolor de espaldaLa firmeza ideal del colchón varía de una persona a otra. Algunas personas pueden encontrar alivio con un colchón firme, mientras que otras prefieren uno medio o blando.
“Al comprar un colchón nuevo, se debe buscar uno que proporcione soporte y comodidad de acuerdo con las preferencias y necesidades de cada uno”, aclara Murphy. “Dormir de lado con una almohada entre las rodillas puede aliviar la presión”, sugiere Bracamonte.
Mito: Una mala postura no contribuye al dolor de espaldaMuchas personas pasan horas encorvadas frente a la computadora o mirando su teléfono móvil, lo que les obliga a bajar la vista y curvar el cuello. “Estos hábitos pueden sobrecargar los músculos y las articulaciones, provocando dolor corporal con el tiempo. Adoptar buenos hábitos posturales y utilizar equipos ergonómicos puede ayudar a prevenir y aliviar el dolor de espalda”, asegura Murphy.
Tres ejes para trabajarAlgunos problemas de espalda no pueden evitarse, como los provocados por lesiones, artritis o factores genéticos. Pero hay tres ejes sobre los que se puede trabajar para conservar la salud de la espalda, según los especialistas:
Mantener el peso corporal ideal. El exceso de peso ejerce más presión sobre todas las articulaciones, incluida la columna vertebral. “Incluso una pérdida de peso modesta reduce la carga sobre la columna y los músculos de soporte”, explica Bracamonte.Fortalecer el core. Músculos más fuertes, incluidos los abdominales y los músculos profundos de la espalda, ayudan a reducir la sobrecarga de la columna. Un core fuerte estabiliza la columna y reduce el estrés mecánico.Mantenerse activo. Moverse habitualmente es esencial para mantener el cuerpo en buen funcionamiento. A su vez, “el estrés crónico aumenta la tensión muscular, especialmente en la espalda y el cuello. El yoga, el mindfulness o los ejercicios de respiración pueden reducirla”, concluye Bracamonte.