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El abrazo de los libros: una gran movida solidaria para reconstruir las bibliotecas de Bahía Blanca

En la memoria de los...

El abrazo de los libros: una gran movida solidaria para reconstruir las bibliotecas de Bahía Blanca

En la memoria de los...

En la memoria de los habitantes de Bahía Blanca, el 7 de marzo pasado quedó grabado como el día en que el agua se llevó los puentes, los techos y el silencio. Pero también, en ese arrebato de la naturaleza, se perdieron los refugios de papel: las bibliotecas escolares y los libros que habitaban las casas quedaron aniquilados por el barro. Meses después, cuando el tiempo del secado y la urgencia edilicia dieron paso a la necesidad de reconstruir lo simbólico, una caravana de cajas cargadas de historias desembarcó en la ciudad para ofrecer, como dice la escritora Liliana Cinetto, “el consuelo de la literatura”.

La iniciativa, que comenzó a gestarse a mitad de año con el impulso de Mario Méndez (presidente de ALIJA) y la ilustradora Myrian Bahntje (presidenta de ADA), logró una cifra que conmueve: 6.000 libros nuevos que ya descansan en manos de sus lectores en Bahía Blanca, Cerri e Ingeniero White.

Una logística de afectos

No fue solo una donación; fue un tejido de voluntades que involucró a los sectores público y privado. Participaron la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina (ALIJA), la Asociación de Dibujantes Argentinos (ADA), el Plan Provincial de Lecturas y Escrituras (PPLyE) de la Provincia de Buenos Aires, las bibliotecas Juanito Laguna y Roffo y muchas editoriales entre las que se cuentan Penguin Random House -que aportó alrededor de 4000 ejemplares de los 6000 que finalmente fueron donados-, Abran Cancha, Amauta, Calibroscopio, Edelvives, Letra Impresa, Nazhira, El Ateneo, Bambalí. También, particulares como la familia de Carlos Schlaen, que donó 800 ejemplares de La maldición del virrey, uno de los libros más leídos del recordado autor. Entre todos, llevaron adelante una serie de encuentros entre escuelas, estudiantes y autores, narradores y titiriteros en Bahía Blanca, Cerri e Ingeniero White.

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Entre los miles de títulos donados llegaron clásicos como Tutú Marambá, de María Elena Walsh; Irulana y el ogronte, de Graciela Montes y La torre de cubos, de Laura Devetach y otros muchísimos títulos, (solo por nombrar algunos) como Las canciones de Constanza, de Antonio Santa Ana; Patucha Rentes, la leyenda olvidada, de Istvansch; ¿Un hermanito?, de Margarita Mainé; ¿Qué vas a llevar?, de Pablo Bernasconi; Vacaciones de dinosaurio, de Mónica Weiss; Secretos, de Teresa Prost y Myrian Bahntje; Cacería, de Mario Méndez y Hola neurona, de Lilia García Bazterra.

La intensa campaña comenzó a mitad de año y culminó a finales de noviembre. Este proyecto tuvo, desde su inicio, la idea de que los libros llegaran a las escuelas, a los estudiantes, acompañados por los talleres que varios autores (escritores e ilustradores), narradores y titiriteros ofrecerían al momento del desembarco de los ejemplares.

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La articulación fue fina y precisa. De la clasificación se ocupó el Plan Provincial de Lecturas y Escrituras, mientras que las bibliotecas Juanito Laguna y Roffo funcionaron como centros de recolección. “Nos repartimos el trabajo”, explicó el autor e ilustrador Istvansch, “para que la ayuda llegara a través de todos los canales posibles, desde Provincia hasta CoNaBiP”.

El desembarco: de la caja a la voz

El 19 de noviembre, el clima en las escuelas cambió. Ya no era la humedad del desastre, sino el aroma a tinta fresca. La entrega de los libros se transformó en una fiesta de mediación cultural. No llegaron cajas cerradas y mudas; llegaron autores, narradores y titiriteros dispuestos a ponerle el cuerpo al reencuentro.

Escritores e ilustradores como Lilia García Bazterra, Teresa Prost, Maryta Berenguer, Laura Forchetti y Nehuén Costa (recientemente premiado en la Feria del Libro Infantil) compartieron talleres y lecturas. En la Escuela Mosconi de Ingeniero White, los adolescentes se olvidaron por un momento de las pantallas para sumergirse en las imágenes de Bahntje y los textos de García Bazterra. “Fue un abrazo de libros”, resume Lilia con la sensibilidad de quien sabe que la palabra repara.

Voces de la reconstrucción

“Esta maravillosa movida solidaria surge gracias a Mario Méndez, presidente de ALIJA, quien ante el desastre de la inundación, me escribió para organizar algo conjuntamente con ADA -contó a LA NACION Myrian Bahntje, ilustradora bahiense, presidenta de ADA-. En ese momento le dije que era muy pronto para traer libros a la ciudad, había que reparar edificios y mobiliario, pero igual nos fuimos organizando para, con el tiempo, sumar esfuerzos. Desde ADA armamos la campaña, ALIJA y las Bibliotecas Juanito Laguna y Roffo recopilaron las donaciones y Paola Davico coordinadora del PPLyE, con sus compañeros, retiró y clasificó los libros teniendo en cuenta las instituciones a las cuales iban destinados. Con todo el material organizado, salieron a la ruta camino a Bahía Blanca para acompañarnos en la entrega de libros, con la colaboración de autores de la ciudad y la zona que se sumaron con charlas, narraciones, poesías y dibujos”.

Teresa Prost, escritora y narradora, también bahiense, cuenta en primera persona su experiencia: “El 7 de marzo pasado, la ciudad de Bahía Blanca amaneció inundada. Casi todo destruido por el agua y su fuerza. Cuando logramos ver, supimos que se habían perdido puentes, casas, techos, maquinarias, muebles, colchones, ropa, autos, documentos, fotos… No entendíamos. Nos mirábamos en silencio, sin saber qué decir. Una pregunta flotaba sobre el barro: ¿y ahora cómo seguimos? Se habían ahogado también las ganas de jugar. Y de leer. Se habían destrozado los juguetes. Se habían aniquilado los libros. De inmediato apareció la solidaridad; la misma que caracterizó siempre a nuestro pueblo. Aparecieron las palabras buenas, las campañas solidarias, los “¿cómo podemos ayudar?. La llegada de estos libros es una señal concreta de que la comunidad está presente”.

Desde Buenos Aires, Istvansch, uno de los impulsores de esta movida, contó a LA NACION: “Así como de la entrega/reparto en Bahía Blanca nos ocupamos nosotros junto al Plan de Lecturas de Provincia de Buenos Aires, también se hicieron donaciones a CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), que responde a la nación, y a entidades de la ciudad de Buenos Aires vía Fundación Leer, para que de esta manera, estratégicamente, todos los colores políticos fueran canales de donación por igual (todas estas ideas salieron de una reunión excelente que tuvimos en Penguin Random House en agosto)”.

Laura Forchetti, poeta de Coronel Dorrego: “Recuerdo la alegría de sacar los libros con curiosidad, de sentir el olor de la tinta fresca. Un gesto mínimo en el que ponemos toda la esperanza”.

Paola Davico, coordinadora del Plan de lecturas: “Tras la inundación, el Estado actuó en lo edilicio, pero sabíamos que era necesario recuperar lo simbólico. Los libros son semillas de esperanza”.

Maryta Berenguer, bahiense también, escritora, narradora y editora: “Los alumnos y alumnas, acompañados de sus docentes, nos recibieron con alegría. Ser miembro de este grupo me enorgullece porqué sé qué cada uno de nosotros siempre va apostar y aportar lo mejor de cada uno”.

La movida solidaria por Bahía Blanca demuestra que, aunque el agua arrase con lo material, la cultura tiene una capacidad de flotación envidiable. Como bien señala Romina Salto, del Plan Provincial, este encuentro fue un homenaje a esos docentes que son “abrigo” para sus estudiantes cuando la vida parece desmoronarse. Hoy, en Bahía, el barro finalmente ha cedido su lugar a la ficción.

Marea de páginas: otros refugios para las bibliotecas bahienses

La campaña liderada por ALIJA y ADA se sumó a una red de voluntades que, desde el primer día tras el temporal, intentó mitigar la pérdida de los acervos bibliográficos en la ciudad. Aquí, algunas de las iniciativas que ayudaron a reponer el patrimonio cultural local.

Biblioteca Rivadavia: Lanzó una convocatoria abierta a la comunidad para recibir libros de literatura infantil y juvenil en buen estado. Los repartieron en bibliotecas populares de la zona y escuelas periféricas afectadas por las filtraciones.

Fundación Leer: Donó “Módulos de Lectura” con títulos nuevos de autores nacionales contemporáneos a instituciones educativas de los barrios más vulnerables de Bahía Blanca y alrededores.

Red de Bibliotecas Populares (Conabip): Activó un fondo de emergencia para la compra directa de ejemplares y la restauración de mobiliario dañado para Bibliotecas Populares con personería jurídica que sufrieron daños edilicios graves.

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Campaña “Un libro por un abrazo”: Movida de escritores independientes y librerías locales que organizaron lecturas a beneficio para recaudar fondos para Escuelas rurales y jardines de infantes de Ingeniero White.

Universidad Nacional del Sur (UNS). A través de su editorial (Ediuns), realizó entregas de material pedagógico y manuales escolares para Estudiantes de nivel secundario cuyas familias perdieron sus pertenencias en el temporal.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/el-abrazo-de-los-libros-una-gran-movida-solidaria-para-reconstruir-las-bibliotecas-de-bahia-blanca-nid27122025/

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