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El ejercicio, un aliado del cerebro para procesar traumas, según la ciencia

No todo lo que se recuerda se quiere recordar. Existen memorias que no solo persisten, sino que condicionan. El TEPT (trastorno por estrés postraumático) es una afección de salud mental que pued...

El ejercicio, un aliado del cerebro para procesar traumas, según la ciencia

No todo lo que se recuerda se quiere recordar. Existen memorias que no solo persisten, sino que condicionan. El TEPT (trastorno por estrés postraumático) es una afección de salud mental que pued...

No todo lo que se recuerda se quiere recordar. Existen memorias que no solo persisten, sino que condicionan. El TEPT (trastorno por estrés postraumático) es una afección de salud mental que puede desencadenarse al experimentar o presenciar un evento traumático que pone en peligro la vida, como un desastre natural, un accidente grave o un ataque; afecta a alrededor del 3,9% de la población mundial y sus síntomas incluyen reviviscencias vívidas (flashbacks), cambios en el estado de ánimo, reacciones físicas y conductas de evitación, como mantenerse alejado de ciertos lugares o distanciarse de personas que les recuerdan el evento traumático.

Actualmente, el tratamiento más común para este tipo de trastornos es terapia o medicación y, sin embargo, muchas personas no responden de manera efectiva.

En este contexto, un estudio realizado por la Universidad de Kyushu (Japón) en conjunto con la Universidad de Toronto (Canadá), encontró que el ejercicio físico podría ser un aliado en estos procesos de sanación.

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Realizado en ratones y publicado en la revista científica Molecular Psychiatry (2024), el experimento encontró que el entrenamiento aumenta la creación de nuevas neuronas (neurogénesis) en el hipocampo, una región del cerebro vinculada con la memoria y las emociones, y que disminuye los fenotipos conductuales relacionados con el TEPT, como por ejemplo ansiedad, irritabilidad y aislamiento.

A su vez, demostró que el ejercicio funciona para debilitar los recuerdos asociados con el consumo de cocaína, lo cual sugiere que el enfoque también podría resultar útil para el tratamiento de los trastornos por abuso de sustancias.

Dichos efectos se observaron utilizando múltiples métodos para manipular la neurogénesis hipocampal y observar cómo responde el cerebro cuando se activan memorias asociadas al miedo o al consumo de sustancias.

“La neurogénesis es importante para formar nuevos recuerdos, pero también para olvidar recuerdos. Creemos que esto sucede porque cuando nuevas neuronas se integran en los circuitos neuronales, se forjan nuevas conexiones y se pierden conexiones más antiguas, lo que interrumpe la capacidad de recordar memorias”, explica Fujikawa. “En nuestros experimentos, el ejercicio tuvo el impacto más poderoso en la reducción de los síntomas de TEPT y dependencia a las drogas en ratones, y los estudios clínicos en humanos también muestran que es efectivo“.

Otras investigaciones recientes tuvieron resultados similares.

Un metaanálisis de 12 estudios realizados sobre humanos con TETP, también publicado en 2024, concluyó que la actividad física puede mejorar significativamente los niveles de ansiedad, depresión y calidad del sueño, indicadores típicos de este trastorno.

”El ejercicio tiene efectos que van mucho más allá de reparar un tejido. Promueve resiliencia cerebral y emocional: aumenta el brain-derived neurotrophic factor (BDNF) y favorece la neuroplasticidad en el hipocampo, lo que facilita el proceso de ‘reaprender’ y extinguir recuerdos de miedo“, sostiene Lucas Korosec, médico traumatólogo (M.N. 157110) que recomienda programas de ejercicio sostenido —incluso de baja intensidad— en pacientes con traumas, como parte central de un tratamiento multidisciplinario. Entre los beneficios del ejercicio, Korosec destaca la mejora del ánimo, el sueño, la autoestima y la función cognitiva; la reducción de la ansiedad y la hipervigilancia corporal y la restauración de la autonomía funcional.

En la misma línea, Klaus Boueke, psícologo y entrenador físico, argumenta que, al liberar neurotransmisores como endorfinas, serotonina y dopamina -asociados con el aumento en la capacidad atencional, la motivación, la regulación del sueño y del apetito y, en definitiva, con la sensación de bienestar- el entrenamiento físico es una herramienta poderosa para acompañar cualquier proceso mental complejo.

“Aunque todavía hay mucha investigación en curso, ya sabemos que el ejercicio regular contribuye a un estado emocional, atencional y de capacidad operativa que promueve una mayor capacidad para elaborar recuerdos traumáticos y construir nuevas interpretaciones de los mismos. En otras palabras: contribuye a una mayor capacidad de afrontamiento”, indica Boueke.

Mente-cuerpo

Para Boueke, es la imposibilidad del cuerpo de procesar un evento, lo que hace de este un trauma y es por esto que el trabajo de ambos no es solo positivo, sino necesario.

“La mente y el cuerpo son un mismo ser. Los fenómenos psicosomáticos nos cuentan que aquello que no encuentra lugar vía la palabra, lo encontrará a través del cuerpo”, observa. “El vínculo directo entre la salud mental y el ejercicio físico nos indica que, para poder atravesar cualquier tipo de desafío psicológico, es importante cuidar el cuerpo“. Para el psicólogo

“Cuando la mente no puede avanzar, es el cuerpo el que comienza el proceso de reparación”, argumenta Sol Candotti, entrenadora personal y health coach. Para ella, en contextos de trauma la mente suele bloquear, fragmentar o reprimir memorias difíciles, que quedan alojadas en el cuerpo como tensiones, dolores o alteraciones del sueño, entre otras formas.

“El cuerpo tiene una inteligencia propia y el ejercicio tiene un efecto catártico y profundamente reparador en muchos procesos emocionales”, plantea Candotti. La especialista explica que, en etapas de trauma o pérdida, es común sentir que el cuerpo deja de responder. “No se trata, solo, de descargar energía, sino de transformarla en movimiento. Al liberar tensión y angustia acumulada se puede reconstruir una sensación de control sobre lo físico. A través de movimiento, respiración y transpiración, se pueden desbloquear zonas rígidas y reactivar circuitos neuronales que facilitan la integración emocional. El cuerpo no olvida, pero sí tiene la capacidad de reienvtarse y perdonar; el movimiento es una vía concreta para lograrlo".

Formas de implementación

A la hora de hablar de tipos de ejercicio y su utilidad para asistir traumas, aunque algunas investigaciones han encontrado que el yoga ayuda a aliviar los síntomas en personas con TEPT más que otros deportes, todas coinciden en que cualquier tipo de entrenamiento -de baja o alta intensidad- funciona.

“Lo más importante es que sea cíclico, consciente y regular”, dice Candotti.

Para la entrenadora física, la clave está en el ritmo interno. “Si el ejercicio es demasiado agresivo, puede generar más tensión; si es demasiado pasivo, no produce cambio. Hay que encontrar ese punto ideal donde el cuerpo se activa y la mente se alinea. Varía en cada persona y no hay una formula mágica. Las caminatas al aire libre, rutinas funcionales suaves, yoga o series de fuerza con foco en la respiración son excelentes para activar cuerpo y mente sin sobrecargar el sistema”.

En cuanto al momento del día, Candotti recomienda el ejercicio matutino, puesto que tiende a ser especialmente efectivo para limpiar la mente y regular el sistema nervioso. “Al entrenar por la mañana, ayudás a modular los niveles de cortisol, la hormona del estrés, a equilibrar tu estado de ánimo y a generar claridad mental para el resto del día”, señala.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/salud/fitness/el-ejercicio-un-aliado-del-cerebro-para-procesar-traumas-segun-la-ciencia-nid17112025/

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