El emprendedor argentino detrás del nuevo videojuego FIFA y que fue recibido por Milei
WASHINGTON.- El argentino Andy Kleinman, presidente de Delphi Interactive, la empresa que desarrolló el ...
WASHINGTON.- El argentino Andy Kleinman, presidente de Delphi Interactive, la empresa que desarrolló el nuevo videojuego de la FIFA que será accesible a través de Netflix Games, desde muy chico tuvo un espíritu emprendedor. Cuando solo tenía nueve años, recuerda, compraba golosinas en un mayorista y las vendía fuera del colegio más baratas que en el kiosko escolar. “Le sacaba una pequeña diferencia, los del colegio me querían matar”, cuenta, entre risas. “Siempre tuve esa idea de cómo tener mi independencia”, añade.
También cuando estaba en la escuela primaria coleccionaba películas y videojuegos, y se los alquilaba a amigos. “Era como mi propio Blockbuster”, rememora. “Viajábamos a Estados Unidos porque tenía familia allá, y quería tener mis propios ahorros para poder comprar el videojuego que me gustara, películas en VHS y después los DVD, y música en CD", dice en una entrevista con LA NACION este empresario de 44 años, radicado en Los Ángeles.
Kleinman, quien en septiembre pasado fue recibido por Javier Milei en una visita del presidente a la ciudad californiana, es el argentino detrás del videojuego FIFA que estará disponible a través de Netflix Games, la plataforma que debutó hace un lustro y con la que la compañía está yendo más allá del streaming.
“Es un videojuego digno del deporte más grande del mundo, en el que todos pueden participar, desde todos los rincones del planeta”, dijo sobre la presentación que se realizó este miércoles en Doha. Según Netflix, se lanzará a tiempo para la Copa del Mundo que comenzará el 11 de junio próximo en Estados Unidos, México y Canadá. El propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, participó del anuncio.
View this post on Instagram-¿Cómo fue tu camino hasta llegar a este momento de la asociación de Delphi Interactive con la FIFA y Netflix?
-Mi hermano, Pablo Kleinman, tuvo el primer BBS de la Argentina, en 1986, y aprendí mucho de los inicios de Internet a través de él. Me fascinó y empecé a hacer páginas web y varias cosas. Por ejemplo, hicimos un acuerdo con una compañía norteamericana que vendía servicios de web hosting y los revendía en la Argentina cuando la gente quería tener página internet. Eso era cuando estaba en el secundario. Después, en 1999, último año de la secundaria, empecé una página de música, Emepe3, que tenía mucha audiencia. Era una tienda de música digital en América Latina. Y cuando terminé el colegio lo convencí a mi papá de que quería estar en Estados Unidos, porque Miami en esa época era como el Silicon Valley latino, había un montón de compañías .com, y las discográficas latinas también estaban ahí. Fui solo con 18 años, en un viaje experimental para ver qué pasaba, y me terminé quedando. Nunca volví a vivir en la Argentina, aunque hasta hace unos años tuve oficinas y equipos en el país, hasta que la situación no era tan viable para emprendedores. Pero ahora tenemos la intención de abrir un estudio en la Argentina porque vemos mucha promesa de cambio.
-¿Y cómo siguió tu carrera en Miami?
-Llegamos a tener equipos en la Argentina y en Miami, unos 50 empleados. Hicimos acuerdos con discográficas. También fui un tiempo a la Universidad Internacional de Florida (FIU) y me fui. Tomé clases de business, para aprender cosas básicas de negocios, pero me daba cuenta de que estaba aprendiendo más en el día a día de laburar armando la empresa que lo que aprendía en la universidad. Entonces durante un año y medio fui bastante, y después dejé, nunca más volví tampoco. Terminamos vendiendo la empresa a un grupo alemán, entre 2004 y 2005. Y me quedó esa experiencia. Mi educación fueron seis años en esa compañía y esta idea de que me encantaba el mundo del entretenimiento. Quería tener un trabajo corporativo en un estudio de cine, quería ser como Bob Evans que en su época que manejaba Paramount, pero lo que me di cuenta es que la disrupción tecnológica era el camino. No era tratar de entrar por la vía tradicional, sino meterme en eso. Tuve un paso en la producción de cine independiente y después empecé con los videojuegos.
-¿Cómo fue ese desembarco?
-Me encantaban los videojuegos, y yo nunca sabía la parte técnica, pero siempre encontraba la forma de conocer a las personas adecuadas y decirles “yo te ayudo con lo que sea que falte”. Entonces encontré la oportunidad de hacer un juego Bob Esponja. Después con nuestra compañía Three Melons empezamos a hacer juegos con LEGO y con Disney. Y era esa conexión que quería lograr entre el mundo de Hollywood con el de los videojuegos. Con Vostu, que fue una de las primeras compañías que hicimos en América Latina, nos fue bien, y yo después me fui. Three Melons se vendió, y también trabajé en una época en Disney, aunque nunca fui una persona muy corporativa. Después me reclutó Mark Pincus, un empresario de Internet estadounidense que fundó Zynga, en una época en que la compañía estaba creciendo mucho. Teníamos unas 300 personas y en un año y medio llegamos a casi 4000 o más, salimos a la bolsa... Esa fue mi educación. Experiencias de estar en esos lugares y ver el crecimiento. Después ayudé a empezar una empresa que se llama Scopely, que fue una de las pioneras en el mundo de mobile gaming y también hice acuerdos para Walking Dead, para Star Trek, hicimos juegos con marcas muy grandes también, más móviles.
-Delphi Interactive también está ayudando a crear un juego de James Bond llamado “007 First Light”. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Nuestro objetivo es hacer como un blockbuster de juegos afuera del sistema tradicional. Lo de James Bond fue un muy buen experimento, y nos propusimos replicarlo con más proyectos. Eso es lo que estamos haciendo ahora y en lo que yo estoy enfocado.
-¿Crees que hay un gen del emprendedor argentino?
-Creo que sí. Me acuerdo de que cuando yo empecé, cuando estaba terminando el secundario a fines de los 90, era el primer boom de las .com. Había muchas startups en la Argentina, se estaba innovando más que en cualquier otro país de la región, sin dudas, casi equivalente a los países más grandes del mundo. Muchos de esos proyectos, por diferentes situaciones del país en 2001 y la crisis de internet en esa época, no sobrevivieron esa ese momento, pero otros sí. En la Argentina el entusiasmo y la energía de empezar cosas y de pensar ideas creativas de cosas que hacen falta para el mundo está. Lo que no había era la estructura económica, el capital, y a la tecnología todavía le faltaba. Entonces, si activamos la economía de una forma que nos convirtamos en un negocio rentable, las compañías van a querer también ser parte de eso.
-¿Qué es lo que más se destaca en ese gen del emprendedor argentino?
-La Argentina siempre tuvo muy buen capital humano en cuanto a creatividad, tenemos premios de publicidad, de cine, muy buena creatividad, y tenemos el espíritu emprendedor. Eso siempre estuvo. Pero siempre creo que nos pasó eso con recursos limitados, con políticas y regulaciones de gobiernos que por ahí le jugaban al contra al emprendedor. Entonces me parece que por un gobierno que apoya eso y con los avances de tecnología, con la inteligencia artificial, te da un turbo que aunque no tengas los recursos o la cantidad de gente de una compañía grande, podés salir a hacer cosas y a competirles.
-¿Cómo fue su encuentro con Milei en Los Ángeles en septiembre y cómo se gestó?
-En muchas de mis empresas tuvimos oficinas en Buenos Aires y tratamos de hacer proyectos con la Argentina, pero siempre fue como un tema tabú porque cuando querías levantar capital, los inversores en Silicon Valley no le daban mucho crédito al país. No les gustaba que estés tan lejos. Entonces, siempre estuvo esa dinámica que ahora creo que, por primera vez en la historia, está cambiando. Veo un interés genuino y que el país está yendo hacia otro lugar. El encuentro con Milei surgió un poco por eso, y el contacto con el embajador argentino, Alec Oxenford. Le conté sobre lo que estábamos trabajando y le dije que me encantaría conocerlo al Presidente y mostrarle los proyectos. Están muy alineados con la filosofía del Gobierno en cuanto a la innovación, la tecnología y cómo hacer las cosas en el futuro.
-¿Cómo se desarrolló la conversación con el Presidente?
-Fue una charla muy interesante, a solas junto al embajador. La verdad que mi plan era conocerlo y pensé que iban a ser unos 15 minutos, pero terminó siendo hace más de una hora que estuvimos charlando. Y después también tuve una charla similar con Luis Caputo, que también fue muy interesante. Para mí, siempre hubo una conexión muy extrema entre el mundo emprendedor en el que vivo yo y el mundo político. Mucha gente por primera vez está interesada en la Argentina, en qué está pasando en el país y qué inversiones hay. Hay que abrir esas puertas. Nunca me pasó en 25 años que llevo acá de ver un interés genuino en entender qué oportunidades hay. El potencial está.