El gobierno de Córdoba deberá pagar un resarcimiento a la familia del adolescente asesinado por su mejor amigo
CÓRDOBA.-La Justicia cordobesa condenó al Estado provincial a pagar una cifra muy importante a la familia de ...
CÓRDOBA.-La Justicia cordobesa condenó al Estado provincial a pagar una cifra muy importante a la familia de Joaquín Sperani, el chico de 13 años asesinado por su mejor amigo y compañero de escuela, en Laboulaye, crimen ocurrido en junio de 2023.
Se trata de la sentencia por la demanda civil presentada por la familia de la víctima contra el gobierno provincial y, subsidiariamente, contra los padres del homicida, que es inimputable.
La condena es al Estado Provincial y los jueces rechazaron el reclamo contra los padres de L., como se conoce al homicida.
El plazo de pago es de diez días, pero seguramente el fallo sea apelado. La suma de dinero que deberá pagar la provincia es importante, pero no alcanza al reclamo presentado.
En el fallo, se subrayó la “especial función que ejerce la escuela como agente educativo” por lo que es ”exigible que la institución garantice la seguridad de los alumnos a su cargo y que para lograr tal cometido, tome las precauciones y decisiones pertinentes conformes su conocimiento en la materia y la función social que desempeña, restringiendo las eximentes legales en estos casos solo a la hipótesis de caso fortuito´´”.
En esa línea determina que el “peso de la responsabilidad debe recaer sobre el Superior Gobierno de la Provincia de Córdoba (...), ya que esta es propietaria del establecimiento en donde asistía el alumno que produjo el hecho dañoso, como así también el alumno que sufrió el daño, por lo que corresponde imponerle la obligación de resarcir los daños causados”.
El 29 de junio de 2023, Sperani no regresó a su casa desde la escuela. Lo buscaron durante tres días hasta que unos primos suyos encontraron el cuerpo en una casa abandonada, a 100 metros del establecimiento educativo. Le habían destrozado la cabeza con un caño. En ese momento, su compañero y amigo declaró “yo maté a Joaquín”.
Los investigadores determinaron que el adolescente premeditó el crimen. Después de actuar en soledad regresó a la escuela. Testimonios de unas compañeras permitieron reconstruir que se había comportado de manera “normal”, que “jugó y se rio”. Incluso participó de la búsqueda y de las marchas por su amigo y durante casi tres días aportó pistas falsas para confundir a la policía.
Según la reconstrucción que hizo la Justicia, ese día L. salió del Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) N°278 Malvinas Argentinas a las 9.21 y se dirigió a una casa abandonada, donde 72 horas después, el domingo 2 de julio, fue encontrado el cuerpo de Joaquín. Llevó un pedazo de hierro con punta que usó para golpear a su amigo, además de unos pedazos de hormigón. Regresó al IPEM a las 9.56.
Sperani había ido a clase de educación física esa mañana y se retiró a las 10, a pesar de que tenía que cursar otra materia. Su madre había avisado a la escuela que su hijo, después de gimnasia, se iba a retirar. Regresó a la hora de la siesta y dejó la bicicleta en el patio del escuela, pero no entró en la clase.
A las 14.50, los dos amigos salieron de la escuela. Fueron filmados por una cámara de seguridad instalada en una casa vecina. Según se ve en esas imágenes, Joaquín llevaba su mochila y L. no tenía nada. En la casa abandonada, el confeso asesino le asestó 18 golpes. La víctima murió en el acto por traumatismo de cráneo y pérdida de masa encefálica.
Como el asesino, por su edad, es inimputable la causa fue archivada. En octubre del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia dispuso que L. regresara a vivir con sus padres. La familia se fue de Laboulaye.