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“El misterio del vuelo 3″: arrasaban en pantalla y vivieron una historia de amor que terminó en tragedia por culpa de una moneda

En la época dorada de Hollywood, ...

“El misterio del vuelo 3″: arrasaban en pantalla y vivieron una historia de amor que terminó en tragedia por culpa de una moneda

En la época dorada de Hollywood, ...

En la época dorada de Hollywood, Clark Gable y Carole Lombard protagonizaron un romance apasionado que capturó al mundo. Su historia de amor se convirtió en leyenda no solo por la química entre dos de las figuras más importantes del cine, sino por su final devastador que marcó para siempre la vida del “rey de Hollywood”.

Un encuentro poco prometedor

La primera vez que Gable y Lombard se conocieron fue en 1932, durante una filmación. Él era un galán de 31 años en pleno ascenso, mientras que ella arrasaba como una estrella prometedora con un talento especial para la comedia. Sin embargo, ese primer encuentro distó mucho de ser amor a primera vista. Según relatos de la época, se toleraban apenas en el set. A Gable le molestaba el carácter escandaloso de Lombard, mientras que ella consideraba que su coprotagonista era demasiado serio y reservado.

Ambos estaban casados entonces y al finalizar el rodaje cada uno volvió a su vida sin imaginar que el destino les tenía preparado un reencuentro inolvidable. “Hicimos todo tipo de escenas de amor y nunca logré que temblara en absoluto”, confesaría Lombard años después.

La química que cambió el destino

Cuatro años después, en enero de 1936, ambos se reencontraron en el baile White Mayfair de Beverly Hills. Lombard, quien presentaba el evento, llegó con su característico sentido del humor: descendió de una ambulancia, en una broma típica de su personalidad. Las circunstancias habían cambiado. Lombard estaba divorciada y Gable se encontraba separado de su segunda esposa, Ria Langham. La atracción fue inmediata y poderosa.

Gable intentó seducirla con la confianza de quien está acostumbrado al éxito, pero Lombard lo frenó con una respuesta que se volvería legendaria: “¿Quién te crees que eres, Clark Gable?”. Esa noche terminó en tensión, pero la mañana siguiente Carole decidió hacer las paces con un gesto tan memorable como ella: sobornó a un empleado del hotel de Gable y llenó su habitación con palomas mensajeras. El actor despertó con el aleteo de las aves y una nota pegada a una de sus patas: “¿Qué te parece? Carole”.

Ese fue el inicio de un cortejo lleno de humor, travesuras y una conexión profunda que sorprendió a ambos. Gable, conocido por sus numerosas aventuras, encontró en Lombard algo diferente: una mujer que no se dejaba impresionar por su fama, que lo desafiaba y lo hacía reír como nadie.

La espera y la boda secreta

El camino hacia el altar no fue sencillo. Ria Gable se negaba a conceder el divorcio, lo que extendió el proceso legal durante más de tres años. Finalmente, en marzo de 1939, Gable obtuvo su libertad. Apenas unas semanas después, durante un receso en la filmación de Lo que el viento se llevó, Clark y Carole escaparon a Kingman, Arizona, para casarse en secreto el 29 de marzo de 1939.

La ceremonia fue íntima y sencilla, con el reverendo, su esposa y otro invitado como testigos. Al día siguiente, la pareja enfrentó a la prensa en Los Ángeles, donde Gable respondió casi todas las preguntas con un escueto “sin comentarios”, mientras Lombard reía nerviosa pero radiante de felicidad.

La vida en el campo

Los recién casados se instalaron en un rancho en el Valle de San Fernando, una propiedad que Lombard compró con su propio dinero. Allí, lejos del glamour de Hollywood, construyeron su refugio. Se dedicaban a criar pollos y caballos, cultivaban alfalfa y avena y se llamaban con cariño “Mamá” y “Papá”, soñando con el día en que esos apodos adquirirían su verdadero significado con la llegada de hijos que no llegaron a concebir.

Lombard, la actriz mejor pagada de Hollywood en aquel momento, declaró en una entrevista que planeaba retirarse pronto del cine para dedicarse completamente a su familia: “Dejaré que papá sea una estrella y me quedaré en casa, zurciré calcetines y cuidaré de los niños”.

Su relación no estaba exenta de problemas. Los celos de Lombard eran conocidos en Hollywood, especialmente cuando Gable trabajaba con actrices hermosas. Además, las infidelidades ocasionales de él generaban tensiones que ambos intentaban resolver con humor, aunque no siempre lo conseguían. Aun así, Gable confesó alguna vez: “Puedes confiarle a esa pequeña chiflada tu vida, tus esperanzas o tus debilidades y ni siquiera sabría cómo pensar en decepcionarte”.

El deber patriótico

El 7 de diciembre de 1941, el ataque japonés a Pearl Harbor cambió el curso de la historia y también el destino de los Gable. Hollywood se movilizó para apoyar el esfuerzo bélico y Lombard aceptó realizar una gira por el país para vender bonos de guerra.

En enero de 1942 viajó a su Indiana natal, acompañada por su madre, Elizabeth Peters, y Otto Winkler, publicista y amigo cercano de Gable. La gira fue un éxito extraordinario: Carole recaudó más de dos millones de dólares.

El último evento fue una cena en Indianápolis el 15 de enero. Carole estaba ansiosa por volver con Clark. El plan original era regresar en tren, un viaje de tres días, pero Lombard insistió en tomar un avión para llegar más rápido a casa. Su madre, creyente en la numerología, presintió el peligro y le suplicó que no tomara ese vuelo. Winkler tampoco quería volar. Finalmente, Lombard propuso lanzar una moneda al aire. Como tantas veces en su vida, ganó, pero esa victoria sería la última.

La tragedia aérea

El 16 de enero de 1942, alrededor de las 3 de la madrugada, Lombard, su madre y Winkler abordaron el vuelo 3 de TWA en Indianápolis. El avión hizo paradas en Albuquerque y Las Vegas. Lo que sucedió después se conoce como “El Misterio del Vuelo 3”. Tras el reabastecimiento de combustible en Las Vegas, el piloto despegó sin alcanzar la altitud necesaria para superar el Monte Potosí.

Alrededor de las siete de la tarde, el avión se estrelló contra la ladera de la montaña, a solo 56 kilómetros de Los Ángeles. Las 22 personas a bordo murieron instantáneamente.

El dolor inconsolable

Gable estaba en casa, preparando una fiesta para recibir a su esposa. Cuando llegó la noticia del accidente, corrió a Las Vegas con la esperanza desesperada de encontrarla con vida. Intentó escalar la montaña para llegar hasta Carole, pero los rescatistas lo detuvieron. Eddie Mannix, agente de la MGM, encontró entre los restos de Lombard un rubí, lo único que quedaba del broche que Gable le había regalado en Navidad.

El funeral conjunto de Lombard y su madre se celebró el 21 de enero. Gable rechazó la oferta del gobierno de un funeral militar con honores. Carole nunca habría tolerado tanta solemnidad.

La vida después de Carole

El dolor transformó a Gable. Se refugió en el alcohol y en largas conversaciones nocturnas con Joan Crawford. Fiel al deseo de Lombard, ingresó en el Cuerpo Aéreo del Ejército en agosto de 1942. Durante la guerra voló varias misiones de combate, desafiando el peligro con una actitud que preocupaba a sus compañeros.

Se casó dos veces más después de la guerra. Su quinta esposa, Kay Williams, se parecía notablemente a Lombard y le dio el hijo que tanto había deseado, pero Gable no llegó a conocerlo. Murió el 16 de noviembre de 1960, a los 59 años, poco después de terminar la filmación de The Misfits junto a Marilyn Monroe.

Su última voluntad fue clara: quería ser enterrado junto a Carole Lombard en Forest Lawn Memorial Park. Aunque habían pasado casi 20 años desde su muerte, Gable eligió descansar eternamente junto a la mujer que había sido su gran amor.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/el-misterio-del-vuelo-3-arrasaban-en-pantalla-y-vivieron-una-historia-de-amor-que-termino-en-nid19122025/

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