El papel relevante del campo argentino
Las reducciones introducidas en los derechos de exportación sobre productos agrícolas han dejado la carga tributaria total para los propietarios y arrendatarios de la zona núcleo entre el 53% y ...
Las reducciones introducidas en los derechos de exportación sobre productos agrícolas han dejado la carga tributaria total para los propietarios y arrendatarios de la zona núcleo entre el 53% y el 70%, y entre el 68% y el 112%, para los de las áreas extra pampeanas, según estudios dignos de crédito.
Esto quiere decir que el gesto del presidente Milei, hecho en la Exposición Rural de Palermo, y sin duda valorado por el campo, ha sido poco, muy poco en términos directos. Nada se diga, entonces, en comparación con las ventajas acordadas a las empresas acogidas al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Estas cuentan, entre otros beneficios que regirán por tres décadas, con deducciones al impuesto sobre las ganancias, devolución de IVA y amortización acelerada de bienes.
Se explica perfectamente esa situación especialísima establecida para nuevas inversiones en un país al que se rehúye por su historia de impagos reiterados en sus compromisos financieros, defaults en toda la letra en nueve ocasiones, y ruptura inesperada de normas de todo calibre institucional de un día a otro.
Para colmo, hombres como el gobernador de Buenos Aires, Axel Kiciloff, continúan en el centro de la escena política de la provincia de Buenos Aires, con su decisivo 37% del padrón electoral nacional, en lugar de haberse retirado hace tiempo a cuarteles de invierno. ¿Qué pueden esperar los inversores extranjeros o nacionales de un político que en el ejercicio de altas funciones públicas se atrevió a decir que eso de “la seguridad jurídica es un concepto horrible”? ¿Quién podría decir algo equivalente en su sano juicio?
De modo que hay situaciones excepcionalísimas que no admiten comparación en un país que esté dispuesto seriamente a rehacerse después de los estragos hechos aquí por el populismo de izquierda. No serán nunca suficientes las veces en que se señale a esa índole de populismo por lo delirante de sus propuestas económicas; también por la desvergüenza con la que actúa en sus proposiciones políticas a pesar de hechos gravísimos de corrupción como los que llevaron a la condena de la expresidenta Cristina Kirchner.
A esta altura no basta con que pueda decirse de un político que no roba. Debe también probarse que es ajeno a un mundo en el que funcionarios, legisladores, intendentes y concejales han saqueado sistemáticamente en su provecho las arcas fiscales de una provincia.
Los anuncios del Presidente en la Rural de Palermo trajeron algún alivio, no más que eso. Se había llegado al absurdo de que en muchas partes del país los márgenes de rentabilidad del campo fueran negativos, a menos de que se obtuvieran rendimientos por encima de los promedios ordinarios. Esto es algo que no suele depender del hombre, sino de las variaciones de la naturaleza.
Piénsese, además, que no menos del 65% de las tierras cultivadas están sometidas a algunos de los regímenes posibles de arrendamiento, con lo cual se potencian las exigencias en productividad a fin de no perder el dinero que se aplica al emprendimiento. Los números siguen apremiando para quienes quieran producir.
Aun así, la siembra de soja, maíz y trigo inyectará en el mercado durante la campaña 2025/26, según reflexiones de Néstor Roulet, exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, alrededor de 24.600 millones de dólares en concepto de siembras, insumos y labores. Si a eso se agrega el llamado costo de oportunidad de la tierra, esa suma se elevaría en otros 3000 millones de dólares.
Los riesgos de trabajar e invertir a cielo abierto están asumidos por los productores agropecuarios desde tiempo inmemorial; incluso, con los riesgos de hacerlo bajo las condiciones más extremas, de un tiempo a esta parte, provocados por un cambio climático cuyas consecuencias finales sobre la humanidad no parecen haber sido comprendidas por algunas potencias dominantes en el mundo. Lo que es imposible de asumir para los productores es la continuidad de un destrato de décadas y que se prolonga, más allá de los discursos, en la presidencia de quien ha descalificado en durísimos términos la existencia de retenciones sobre las exportaciones agropecuarias.
El costo fiscal de la reducción de los DEX para la soja del 33% al 26%, y para el maíz, el trigo, la cebada y el sorgo del 12 al 9,50%, ha sido del 0,2% del PBI. No parece ser un costo excesivo para el Estado: recaudó 7728 millones de dólares por retenciones al campo en 2024, y recaudará, según estimaciones bastante generalizadas, unos 8000 millones de dólares al final de la campaña en curso.
La Bolsa de Cereales de Rosario ha considerado que, con solo las módicas reformas hechas semanas atrás –eso sí, con carácter permanente, y no provisional, como había sucedido este año con algunos cultivos–, la producción agroindustrial crecerá para 2035 el 8%. Ese aumento determinará que, con relación a la cosecha de 2024/25, que fue de 105,6 millones toneladas de granos, en diez años más sea de 115,71 millones de toneladas.
Las entidades agropecuarias han dicho hasta el cansancio que no quieren subsidios ni compensaciones como los que reclaman con una constancia digna de otros objetivos los relacionistas públicos de industrias que no saben, o no pueden, resolver cuestiones propias que atañen a su rentabilidad sin auxilio del Estado. El campo solo pide que no se levanten obstáculos insalvables contra su creatividad e innovaciones tanto en materia agrícola como ganadera; no más que eso.
Según datos del Indec, los tres principales cultivos –por dar un ejemplo– generaron en 2024 divisas por 29.650 millones de dólares. Es un número más que destacado en el conjunto de la economía nacional. La soja, al tope del ranking de ingresos por exportaciones, batió el record, con 19.624 millones de dólares.
Casi a las puertas de dos elecciones importantes para el futuro inmediato y a mediano plazo del país, como serán las del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, y las del 26 de octubre en el orden nacional, la radiografía que dejamos expuesta procura obrar como un recordatorio: no puede, no debe haber en esas jornadas un espacio venturoso para quienes han conspirado siempre en desmedro del sector con más relevantes contribuciones al interés general de los argentinos.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/el-papel-relevante-del-campo-argentino-nid16082025/