El sueño americano que terminó en pesadilla: la historia de los cubanos deportados por el ICE
Un vuelo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) aterrizó días atrás en La Habana con ...
Un vuelo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) aterrizó días atrás en La Habana con 161 cubanos deportados. Para muchos de ellos, era la primera vez que pisaban la isla en años, tras haber emigrado a Estados Unidos en busca de un “sueño americano” que se truncó por la ofensiva migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump.
Un vuelo a Cuba con récord de deportadosEl chárter 767 que llegó a Cuba recientemente transportó la mayor cantidad de deportados recibidos por la isla hasta el momento. Funcionarios de inmigración y sanidad esperaban a los pasajeros en la pista para iniciar los controles de reingreso. Algunos de los retornados se mostraron confundidos al reencontrarse de manera abrupta con su país.
La teniente coronel Lourdes Gil Robaina, funcionaria de migración de Cuba, le explicó a CNN que “son cubanos” que vuelven a su tierra y con sus familias. Además, destacó que no enfrentarán “un problema de inmigración para reinsertarse en la sociedad”.
El fin de las políticas favorables para los cubanos en EE.UU.La expulsión de estos 161 migrantes cubanos se dio tras la decisión del gobierno de Trump de modificar el trato preferencial que por décadas recibieron los isleños en Estados Unidos, una condición que se mantuvo desde los tiempos de la Guerra Fría.
Durante gran parte del siglo XX, quienes salían de Cuba fueron considerados refugiados políticos, con un camino rápido hacia la residencia permanente en EE.UU. Esa política favoreció a decenas de miles de familias que se radicaron en el país norteamericano. Sin embargo, hoy el escenario cambió: muchos de los que ingresaron en los últimos años enfrentan procesos de deportación.
El drama de las familias cubanas separadas por las deportaciones“Este presidente se está deshaciendo de todos los inmigrantes, de todos los países”, expresó Tania Carbonell Cruz, una de las deportadas, al medio citado. La mujer contó que vivió más de tres años en Texas junto a sus hijos, que emigraron antes y obtuvieron la residencia legal, pero ella no logró regularizar su situación y fue deportada.
Su expulsión dividió aún más a su familia. “Mis hijos están allá y mi esposo está aquí”, relató con angustia. Además, resaltó que vivió una “separación dolorosa” que le provocó “sentimientos encontrados”.
Este drama se reflejó aún con mayor crudeza en el caso de Yudierquis Reyes Merino. Al llegar a la Terminal 5 del Aeropuerto Internacional José Martí comenzó a llorar desconsolada: “Dejaron atrás a mi hija de dos años. La perdí”.
La mujer contó que dio a luz a la niña en EE.UU. tras cruzar la frontera desde México en 2022. En junio, mientras cumplía con una cita migratoria en Nebraska, agentes del ICE la detuvieron y le informaron que sería deportada por una condena relacionada con un cargo de agresión.
Reyes pidió llevar a su hija con ella a Cuba, pero le respondieron que no era posible porque la niña era ciudadana estadounidense.
Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) le afirmó a CNN: “Yudierquis Reyes Merino, una inmigrante indocumentada con antecedentes penales de Cuba, cruzó ilegalmente la frontera en 2022 cerca de Eagle Pass, Texas.
El fin del sueño americano para cientos de cubanosEl caso de Reyes se suma a otros testimonios de deportados, que relataron semanas de encierro en condiciones duras y marcadas por la incertidumbre sobre el futuro de sus familias.
Muchos habían vendido sus casas en Cuba para financiar el viaje a Estados Unidos. Al regresar, quedaron obligados a vivir con familiares o conocidos. En el caso de Reyes, después de ser procesada nuevamente, intentó hablar con su hija por videollamada, pero la pequeña no quiso acercarse al teléfono. “La niña no creía que fuera su madre quien la llamaba”, contó.
Con dolor, la mujer también recordó su travesía hasta Estados Unidos: cruzó el tapón del Darién, evitó secuestradores en México y subió al “tren de la muerte” para llegar a la frontera. Aun así, afirmó que repetiría ese recorrido para volver a reunirse con su hija. “Donald Trump solo tiene tres años más, yo tengo el resto de mi vida. Voy a ir a buscarla. No me importa si me dan 20 años de cárcel”, dijo.