El sueño de Lando Norris en Silverstone, el enojo de Oscar Piastri y el día que idealizó durante 15 años Nico Hulkenberg
El cine, la espectacularidad y el brillo que impone Hollywood a una película, no logrará reflejar la adrenalina, el drama y la gloria que ofrece un gran premio de Fórmula 1. El Gran Circo disfru...
El cine, la espectacularidad y el brillo que impone Hollywood a una película, no logrará reflejar la adrenalina, el drama y la gloria que ofrece un gran premio de Fórmula 1. El Gran Circo disfruta de un momento impactante, de altísima popularidad y con audiencias que se multiplican en los cinco continentes.
El film F1 The Movie, que protagoniza Brad Pitt, agita desde la pantalla grande a los nuevos espectadores que atrapó la máxima categoría del automovilismo mundial, mientras que en las pistas los pilotos, fecha tras fecha, enseñan nuevas aventuras y superan la grandiosidad que transmite el celuloide.
Con el Gran Premio de Gran Bretaña empezó hace 75 años la fantástica historia de la F.1, y la cita, con el paso del tiempo, regala un aura y un magnetismo irrepetible. Los pilotos británicos se desvelan por ganar en el autódromo que se levantó en una pista abandonada de aviación de la Segunda Guerra Mundial: Lando Norris escribió su propia página dorada al vencer, por primera oportunidad, en el trazado que de niño le quitaba el sueño.
Es una alegría que se manifestó en su rostro, ese que combina los rasgos delicados, angelicales, de piloto que no tiene intención de enterrar el costado amable que es blanco de críticas, como si con esas características no tuviera chances de pulsear por la corona: cuarta victoria en el calendario, la octava de su trayectoria, y puntos que lo empujan a achicar a ocho unidades la brecha en el Mundial de Pilotos con Oscar Piatri, que se clasificó segundo, tras recibir una penalización de 10 segundos. Con el nuevo 1-2, McLaren aplasta y el título entre los Constructores asoma juzgada en la temporada.
“Es maravilloso, es todo lo que soñaba, lo que quería conseguir. Además de un campeonato, ganar esta carrera es por el logro, por el orgullo, lo mejor que uno puede sentir. Una carrera estresante, pero increíble. Con todo el apoyo de los aficionados, a los que miraba en la última vuelta, disfrutando el momento, tratando de absorber todo: espero que sí, pero quizás no vuelva a suceder y son recuerdos que guardaré siempre”, expuso Norris, que recibió la bandera a cuadros de parte del actor Damson Idris, que representa a un rookie y comparte pantalla con Pitt en el film de F.1.
El caos que desató el clima sumó emotividad a la película, porque la lluvia generó múltiples desafíos a los equipos –elección de neumáticos, de puesta a punto de los autos- y expuso la jerarquía de los pilotos para entender la situación de la pista en cada pasaje, en particular en los momentos críticos de curvas anegadas que convertían a los autos en potros desbocados al momento de acelerar. No es llamativo que de los rookie o aquellos nombres que apenas tienen un puñado de carreras en la F.1, solo Oliver Bearman cruzó la meta.
En condiciones adversas, Norris expuso el temple que tanto se le achaca porque no florece en las situaciones extremas: el británico dibujó una carrera perfecta, sin errores, administrando los momentos y tomando rédito de un castigo a Piastri que invitará al debate. Los criterios diversos que toman los comisarios deportivos para sancionar o absolver a los pilotos de un gran premio a otro o dentro del mismo fin de semana entre las carreras de las categorías teloneras –F.2 y F.3- y la F.1 remarcaron el fastidio, el enojo, que envolvió a Piastri.
El australiano hizo lucir el MCL39 para superar a Max Verstappen (Red Bull Racing) y dominar la escena, hasta que el relanzamiento en el giro 21 –los Virtual Safety Car y el ingreso de Auto de Seguridad le quitaron ritmo a la carrera en el inicio- provocó un quiebre: Piastri desaceleró apenas el Safety Car apagó las luces y los comisarios deportivos determinaron que la maniobra “del auto N°81 provocó una acción evasiva de colisión; el coche pasó de 218 a 52 km/h entre las curvas 14 y 15”, puntualizaron, y bajaron el martillo con una sanción que modificaría el rumbo, el orden del primero y segundo del clasificador.
“No quiero decir mucho para no meterme en líos. Aparentemente, ya no se puede frenar detrás del coche de seguridad. Lo hice cinco vueltas antes, pero bueno… mejor no decir mucho más”, la breve alusión de Piastri a la maniobra. El enojo, el tedio, se evidenció hasta en la ceremonia de premiación, con gestos apagados, sin efusividad.
Verstappen, que después de ese manejo que los comisarios deportivos calificaron de peligroso dibujó un trompo y cayó desde el puesto dos al undécimo -con su talento llevó a un auto indómito hasta la 5ta posición, rescatando puntos que lo sostienen en el tercer escalón en el campeonato- avaló en cierta medida la actuación del australiano y se sorprendió con el castigo.
“El que viene adelante lo ha hecho en otras oportunidades, pero Oscar es el primero al que le dieron 10 segundos de penalización. Algo extraño”, apuntó MadMax, que esquivó a Piastri al igual que lo hizo con George Russell (Mercedes) en Canadá, aunque esa baja de velocidad que expuso el británico en Montreal no significó una multa.
El resumen del Gran Premio de Gran BretañaCon los McLaren en otra sintonía, apabullantes en condiciones de pista húmeda y altamente competitivos en piso seco –solo la genialidad de Verstappen los doblegó a una vuelta en la qualy-, descubrir si Lewis Hamilton (Ferrari) lograría extender la serie de podios en Silverstone que inicio en 2014 era un eje de atracción. Pero el podio lo completó Nico Hulkenberg, que firmó una carrera brillante: largó 19no y último en la grilla –Franco Colapinto lo hacía desde el pitlane, no llegó a completar un giro por problemas en la caja de velocidades-, tomó todos los bonus que ofreció el desarrollo –el equipo Sauber acertó con los compuestos de neumáticos, las llamadas a boxes, la estrategia…- e hizo historia con el tercer puesto.
Nunca antes el alemán ocupó posición de podio en 238 grandes premios. “Llevaba tiempo esperándolo, sabía que podía llegar. Venir desde prácticamente la última posición… es bastante surrealista. No estoy seguro de cómo sucedió, con condiciones de pista y de carrera alocadas… Sobrevivimos a las batallas de la carrera”, relató Hulkenberg en la charla con Jenson Button, excampeón de F.1 y entrevistador para la transmisión oficial. De fondo, el grito de “Nico, Nico”, de los mecánicos, adornaba la escena para un equipo que desde 2012, con Kamui Kobayashi, en Japón, no era parte de la ceremonia de premiación de un gran premio. Cuarta carrera consecutiva en los puntos de Sauber, que es sexto en el mundial de equipos.
Un premio para el piloto que necesitó de mayor cantidad de carreras para marcar un podio -debutó en Bahrein, en 2010-, para quien este año se convirtió en el líder del garaje que eligió Audi para su incursión en la F.1 en 2026 y para quien en el pasado se consagró campeón, entre otras categorías, de la GP2 Series –ahora F.2- en 2009 como debutante y que, en 2015, en su única participación, ganó con Porsche las 24 Horas de Le Mans.
Silverstone regaló, una vez más, una verdadera película de F.1.