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El “viaje de egresados” con David Byrne, la coincidencia que propició la vuelta de La Portuaria y la amistad que empezó en el colegio

Siempre está volviendo La Portuaria. Al menos esa es la imagen que tiene este cronista, aunque ellos cuentan que en la historia de la banda se pueden citar dos etapas bien marcadas. El resto fuero...

El “viaje de egresados” con David Byrne, la coincidencia que propició la vuelta de La Portuaria y la amistad que empezó en el colegio

Siempre está volviendo La Portuaria. Al menos esa es la imagen que tiene este cronista, aunque ellos cuentan que en la historia de la banda se pueden citar dos etapas bien marcadas. El resto fuero...

Siempre está volviendo La Portuaria. Al menos esa es la imagen que tiene este cronista, aunque ellos cuentan que en la historia de la banda se pueden citar dos etapas bien marcadas. El resto fueron solo juntadas momentáneas que derivaron en shows aislados pero no en proyectos completos como el que los volvió a reunir este año: una, dos canciones nuevas, un álbum entero por salir, dos shows en Niceto Club (el segundo este viernes 5, a las 21)

–¿Cómo se produjo esta nueva reunión?

Sebastián Schachtel: –Nuestras respectivas mudanzas a un barrio de la ciudad tuvieron mucho que ver. Ahora vivimos a dos cuadras de distancia y aunque parezca medio ridículo eso fue una especie de reencuentro. En realidad, en todos estos años nosotros seguimos haciendo temas pero nunca los terminábamos. Hicimos un recital muy lindo durante la pandemia, en Niceto, del que sacamos un disco y ya veníamos trabajando antes en temas nuevos, pero cada uno estaba abocado a su proyecto y la reunión se venía postergando. Este reencuentro barrial...

PORTUARIA

–¿Dónde viven ahora?

Schachtel: –En Agronomía. La vida hizo que este reencuentro posibilitara que termináramos esos temas e hiciéramos otros nuevos y tuviéramos ganas de tocar. Diego quizás toca algunos temas de La Portuaria en sus shows solista, pero yo no lo hago y siempre tengo muchas ganas de tocar las canciones históricas de la banda. Es algo que es mío, es mi música y está ahí latiendo.

–Se conocen de memoria y cuando se dan los tiempos y tienen ganas de volver lo hacen, no hay tanta estrategia de por medio, ¿no?

Diego Frenkel: –En realidad, La Portuaria tiene en su existencia como banda dos etapas. En el 95 nos separamos con Christian Basso y la formación original después de hacer cuatro discos: Rosas rojas, Escenas de la vida amorosa, Devorador de corazones y Huija, todos ellos con temas muy muy conocidos como “Selva”, “El bar de la calle Rodney”, “Nada es igual”, “Ruta”, y recién en el 2000 retornamos. Al principio estaba Basso pero se fue, quedamos Sebas y yo, rearmamos con un combo de gente querida e hicimos 10.000 kilómetros, Río, el EP Me mata la vida. Es decir, una serie de discos que representaron la segunda etapa.

Schachtel: –Con Diego, El Colo y yo como pilares más otros músicos.

Frenkel: –Después, lo que sucedió fue que cerramos esa etapa en 2009, yo hice discos como solista, cada uno hizo lo suyo. Nos volvimos a reencontrar varias veces, pero nunca como si fuera una continuidad del grupo sino para tocar puntualmente. Como decía Seba, recuperando el material que habíamos compuesto, porque sí nos juntábamos para componer, pero sentíamos que el material fracasaba. Todo empezó con una idea de Seba para una canción que es el corte que va a salir pronto y eso disparó la idea de otro tema que es el que ya salió. Después hurgamos en el material que teníamos y terminamos de componer, regrabamos prácticamente todo y se armó el proyecto del álbum. PopArt se copó, nos ayudó a producir y ahora estamos en el proyecto de terminar el álbum. Es la primera vez desde 2009 que sacamos material nuevo y tenemos una continuidad de shows.

Schachtel: –El sustrato de todo esto es la comunión que tenemos Diego y yo después de tantos años. Ahora es barrial la conexión pero antes fue escolar: nos conocimos en el colegio secundario. Hay una vida musical en común aparte de lo personal. Son muchos años y muchos proyectos que no solamente se vieron reflejados en La Portuaria. Hicimos música para teatro, para danza. Otro grupo que se llamó Bel Mondo, con Fernando Samalea; Clap.

Frenkel: – Y nuestra primera banda en el colegio que se llamó Madre Noche.

Corte 1 Portuaria

–¿No eran del mismo curso, no? Hay un par de años de diferencia...

Frenkel: –Claramente hay un montón.

Schachtel: –Sí, se nota.

Frenkel: –Además se sumó Samalea a la batería. En realidad él se sumó a todos estos conciertos que hubo, en el Emergente, en Aquí y allá y él empujó mucho. Él, que se había ido de Clap, después formó parte de Bel Mondo y grabé con él dos de mis discos de solista. Él estaba con muchas ganas de reencontrarse con ese grupo humano que habíamos formado en Clap y al regresar La Portuaria se convirtió naturalmente en el baterista de la formación actual.

–Cuando repasás los nombres de los que estuvieron, dejaron de estar, volvieron, tienen muchas cosas en común: inquietos, de proyectos múltiples, inclasificables, gente como vos, Sebastián, o Samalea, que por más que durante años hayan tocado ,él con Charly vos con Las Pelotas, La Portuaria los debe completar como artistas...

Schachtel: –Yo toco en Las Pelotas que amo y que adoro, pero La Portuaria precede a Las Pelotas y mi vida musical es más amplia. Son dos familias que tengo. Me gusta tocar con gente que siento próxima, que le tengo cariño. Son familias musicales. A veces hay intersecciones y a veces no. Con Sama y con Diego nos conocemos desde los 16, 17 años. Nos conocimos más o menos en la misma época.

–Diego, en tu caso, en los últimos años, últimos 15 años, hiciste de todo, desde música para bebés, cuando tenías uno...

–Eso fue hace 19 años, ¡guau!

–Me quedé corto, desde ese álbum hasta proyectos electrónicos, experimentales y discos de canciones...

Frenkel: –A mi me pasa, pero me pasó siempre, solo que con la edad se diversifica más el deseo, pero porque se expande. Siempre me gustó desarrollar varias facetas de mi quehacer artístico, en general. También cuando escribí el libro, que para mí es como un disco más, es otro canal de expresión. Me sucede que, por ejemplo, con el mundo de la electrónica, un coqueteo mío que me apareció en 2018, fue una necesidad, un deseo pulsional de meterme con ese mundo. Hice todo un álbum que después devino en una performance, no es que era un álbum para ser todo cantado. Con Seba compartimos eso y ahora también tenemos un proyecto instrumental y ambient aparte de La Portuaria. Con Terán también tuvimos experimentos, música para obras de teatro.

Corte 2

–¿Cómo se produjo el nacimiento de La Portuaria?

Frenkel: –Empezó de un modo muy raro, después de que se separó Clap, dos tres años después...

Schachtel: –Yo me había ido a tocar con La Zimbabwe y participé de un pre Portuaria con Sama. Ahí hicimos un ensayo, yo con el acordeóny había un par de temas que después fueron a parar al primer disco, a Rosas rojas. Después me fui a tocar con la Zimbabwe Reggae Band y ellos hicieron La Portuaria.

–¿Y hubo algo llamado Trío Eléctrico?

Frenkel: –Ese fue el grupo previo a La Portuaria. Hubo un momento de impasse y búsqueda cuando se separó Clap. Éramos muy jóvenes, yo tenía 23 años y en el medio de esa bajada energética de dejar una banda con la que habíamos logrado mucho, Christian , que regresó de girar con Charly me propuso hacer algo y eso devino en lo que se llamó Trío Eléctrico. Queríamos hacer algo que fuera todo lo contrario a Clap, que no tuviera que ver con lo anglosajón exagerado, con la electrónica, con lo dark y se nos dio por conectar con los ritmos del mundo, las raíces de nuestra vida, la raíz étnica, hasta nuestro folklore; todo en un universo lúdico, sin solemnidad. De ahí surgió Rosas rojas, que es un disco particular. Y así empezó, como un juego, que incluso tenía bastante de actuación. Al igual que en Clap, yo estaba muy montado en un personaje. Tenía mucha impostación en la voz porque era la manera en la que entendía que podía cantar y después se consagró como una banda de rock argentino llena de misceláneas en Escenas de la vida amorosa, donde Sebastián retoma su relación natural con nosotros, entra el acordeón, con el que tocábamos al principio en nuestro grupo escolar.

Corte 3

–¿Se acuerdan cómo se dio el vínculo con David Byrne?

Frenkel: –Yo lo había conocido por La Portuaria. Yo estaba en Nueva York y él estaba interesadísimo en editar unos temas del disco Huija en un compilado norteamericano que él sacaba con su sello, Luaka Bop. Las compañías le hicieron tanto quilombo que no pudo hacerlo. Eso era la entrada al rock latino en Estados Unidos.

Schachtel: –Quiso poner a los Cadillacs, a los Decadentes, a La Portuaria, pero las compañías no lo dejaron.

Frenkel: –No pudo hacerlo pero quedó el vínculo. Lo conocí personalmente a través de Andrés Levin, productor artístico de Huija. Yo estaba como solista ya, el vínculo siguió por años de manera espoprádica. Vino a tocar al Luna Park, nos conectramos con su producción, nos propusieron abrir el show e hicimos un set acústico. Compartimos toda una noche, fue alucinante y a partir de ahí se gestó que participara de nuestro disco Río, del video , que viajáramos juntos a Bariloche y tocáramos allá con él.

Schachtel: –Después vino especialmente a Buenos Aires a grabar el video y a tocar con nosotros.

Frenkel: –Con él tocamos en La Trastienda, hicimos dos temas de Talking Head, “And She Was” y ”Road to Nowhere", además de que él participó en “Yo no le tema a la muerte” y “Explorador”, que no se acordaba la letra y la bardeó muy simpáticamente. Fue una fiesta inolvidable, como la película de Peter Sellers.

–Y después se fueron a Bariloche...

Frenkel: –Eso fue un viaje de egresados...

Schachtel: –Ahí también subió a cantar, me acuerdo que hacía mucho frío y después nos fuimos a pasear a La Angostura a unas cabañas que nos había prestado Roberto Costa. Hicimos caminatas por el bosque, asados, charlas y después, cada vez que vino a Buenos Aires lo vimos.

–Hoy uno ve los cruces artísticos que se dan, que son muchos, uno muy reciente es el de Trueno con Gorillaz, en esa época, cuando llegaban noticias como que ustedes se habían juntado con Byrne, eran milagrosas

Schachtel: –Nosotros fuimos muy admiradores de una etapa de Talking Heads y estuvimos muy influenciados por ellos.

Frenkel: –Talking Heads es un grupo ejemplar para La Portuaria. Hay algo de su diversidad, de la puerta abierta, de la falta de solemnidad para mezclar géneros y jugar y la relación con lo afroamericano. Todo eso es común a nosotros, incluso como forma de pensar. Y la historia no marca muchas bandas que tengan una sonoridad tan abierta. En los 90 hay algunas, como Mano Negra; obviamente más atrás están los Beatles.

Schachtel: –Algo que tuvimos en común desde el principio con Diego fueron los Beatles. Era: “a vos te gustan los Beatles? Seamos amigos”.

–Diego, te iba a preguntar por qué un hijo tuyo se llama Ringo...

Frenkel: –(Risas) Igual no creas que fue un homenaje . O sí. Se le ocurrió a la mamá. Tengo una remera que me regalaron para un Día del padre con la foto de Ringo. Los Beatles son formacionales no solo por la música sino porque representan, simbolizan un sentido de la libertad, de la expansión en todos los aspectos: geográficos, culturales, étnicos, psicodélicos, poéticos. Es un ADN alucinante.

–En la canción nueva, “El animal humano” y en buena parte de las letras de su historia, la temática que más se da es la del amor. ¿Están de acuerdo?

Frenkel: –Es un tema ese, me genera cierta contradicción, porque siempre que se habla de letras de amor me cae el lugar de lo romántico en el sentido sentimentalista y banal. Pero en realidad puede ser que yo haya abusado del concepto y de la palabra, pero siempre se refiere al concepto vital que atraviesa las cosas. En ese sentido los Beatles son el alma de ese pensamiento. El no amor, es decir la distancia, la frialdad, el cinismo, que se pusieron de moda como una postura arrogante y canchera en el rock, de alguna manera es la masculinización de los sentimientos. No quiero rivalizar, me encantan los Stones, pero se decía que los Beatles eran gente que hablaba del amor desde el amor y de una mujer de una manera, y los Stones siempre tenían una postura más lastimada y distante.

Schachtel: –Pero también más ambigua. Jagger es muy ambiguo en lo sexual. A veces en las canciones el amor es una excusa para hablar de otra cosa. No estás hablando solo de las relaciones personales, del amor a otro, puede abarcar muchas cosas. Esa palabra y esa sensación amorosa ligada al mundo sonoro es muy fuerte. Por eso existe la música romántica, por eso está dicha muchas veces la palabra amor, porque esa palabra más sonido es una película.

–¿Después de esta canción va a venir otro corte?

Frenkel: –Sí, que se llama “Amor artificial”. Y el disco completo el año que viene.

–Encontraron y relanzaron la grabación del show del 94 en Obras, en el que presentaron Devorador de corazones. ¿Cómo apareció?

Schachtel: –Ese fue el show más grande que hicimos con La Portuaria en la primera etapa. Es un show que tiene el plus que lo hicimos con De la Guarda, hay intervención del teatro aéreo, tiene unas imágenes impactantes. Diego vuela por Obras, el escenario se rompe con un palo... En su momento salió un disco en vivo con ese recital pero habíamos perdido las imágenes. Hace un tiempo encontramos los Beta y ahora lo sacamos a la luz.

La Portuaria. Este viernes 5, a las 20, en Niceto Club, N. Vega 5510. Entradas desde 45.000 pesos.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/musica/el-viaje-de-egresados-con-david-byrne-la-coincidencia-que-propicio-la-vuelta-de-la-portuaria-y-la-nid04122025/

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