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En flotación, ¿quién le teme al déficit de cuenta corriente?

Soy una “autoridad” en balanza de pagos porque José María Dagnino Pastore (UCA, 1963) y Gottfried Haberler (Harvard, 1967) me metieron en la sangre la anatomía del documento que refleja la i...

En flotación, ¿quién le teme al déficit de cuenta corriente?

Soy una “autoridad” en balanza de pagos porque José María Dagnino Pastore (UCA, 1963) y Gottfried Haberler (Harvard, 1967) me metieron en la sangre la anatomía del documento que refleja la i...

Soy una “autoridad” en balanza de pagos porque José María Dagnino Pastore (UCA, 1963) y Gottfried Haberler (Harvard, 1967) me metieron en la sangre la anatomía del documento que refleja la interacción económica que, durante un período (flujos), ocurre entre los residentes de un país y los del resto del mundo. Es un hecho que, durante el primer semestre de 2025, la cuenta corriente de la balanza de pagos fue deficitaria. ¿Debe preocupar? La respuesta debe darse en un contexto de régimen cambiario de flotación como el que hoy rige en la Argentina.

Al respecto, conversé con la norteamericana Rachel Mc Culloch (1942 – 2016), quien estudió matemática en las universidades de Chicago y Pensilvania, y economía en Chicago y el MIT; y enseñó en Chicago, Harvard, Wisconsin y Brandeis. Reflexionando sobre sí misma, dijo lo siguiente: “Nunca esperé casarme tres veces, lo cual implica el triunfo del optimismo sobre la experiencia. Fui a Chicago a pesar de que en el MIT había una fuerte opinión en contra, porque Miguel Sidrauski me convenció de que Chicago era una opción mejor. En el MIT aprendí la intervención óptima del Estado, en Chicago que la referida intervención rara vez era óptima. Me volví ecléctica, pero con los años me recosté más sobre la posición de Chicago”. En 2013 recibió el premio Carolyn Shaw Bell que la Asociación Americana de Economía otorga a personas que contribuyen a la mejora del estatus de la mujer dentro de la profesión.

–¿Por qué los economistas nos acordamos de usted?

–Porque me gusta juntar las piezas que parecen dispersas, y esto me lleva a ocuparme de la historia de las ideas. Si bien me baso fuertemente en los trabajos de mis colegas, mis monografías no son reseñas. La descripción precisa es un elemento esencial del análisis. Mirando retrospectivamente, me llama la atención lo ignorante que era cuando me gradué en la universidad. Dentro de la profesión son mis héroes Warner Max Corden, Albert Otto Hirschman, Harry Gordon Johnson y Charles Poor Kindleberger. Un día, Robert Alexander Mundell dijo en clase lo más importante que escuché en mi carrera: que cada una de sus principales monografías había sido rechazada por alguna revista especializada antes de ser finalmente publicada. ¡Qué información vital para un estudiante graduado!

–¿Debe ser un motivo de preocupación que la cuenta corriente de la balanza de pagos sea deficitaria?

–Comencemos por entender la “anatomía” de la balanza de pagos. Las transacciones entre los residentes de un país y los del resto del mundo se sistematizan en cuentas. Una primera división muestra la cuenta corriente por un lado, y la cuenta de capital por el otro. Dentro de la cuenta corriente aparecen la cuenta de mercaderías (que el Indec publica como balanza comercial), la cuenta de servicios reales (gastos en turismo), la cuenta de servicios financieros (pago y cobro de intereses) y la cuenta de transferencias internacionales (remesas a familiares que viven en el exterior). Además de lo cual hay que hacer una aclaración importante.

–¿Cuál es?

–Que, conceptualmente, la balanza de pagos se construye bajo el principio de la partida doble, inventado por Luca Pacioli. Cada transacción tiene su contrapartida, por lo cual no existe tal cosa como desequilibrio de la balanza de pagos. Pueden existir déficits en algunas cuentas que se compensan con superávits en otras cuentas.

–¿Por qué dice conceptualmente?

–Porque en la práctica los distintos ítems se estiman por separado, y por eso aparece una cuenta denominada “errores y omisiones”.

–La Argentina es sistemáticamente deficitaria en las cuentas de servicios, lo cual implica que el equilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos exige que la cuenta de mercaderías sea superavitaria.

–Es así. Déjeme poner un granito de duda sobre la estimación oficial de los ingresos por intereses, porque de repente están subestimados. Pero de cualquier manera es cierto que, comparando los cuatro primeros meses de 2024 y de 2025, el superávit de la cuenta mercaderías no desapareció pero se redujo de manera sustancial, producto de la recuperación de las importaciones, consecuencia de la revaluación del peso con respecto al dólar, y la reactivación de la actividad económica.

–¿Qué significa que, durante cierto período, la Argentina tuvo déficit en la cuenta corriente de su balanza de pagos?

–Que se financió con un superávit de la cuenta de capital, por ingreso de capitales o por pérdida de reservas por parte del Banco Central.

–Pero mientras el tipo de cambio no llegue a $ 1000, o a $ 1400, ajustados 1% mensual, resulta del libre juego de la oferta y la demanda privadas, más las compras que realiza el Tesoro para pagar los intereses de la deuda pública.

–Efectivamente, ustedes están en régimen de flotación cambiaria, de manera que el déficit de cuenta corriente no compromete las reservas del Banco Central.

–Pero si esto es así, se está financiando con ingreso de capitales.

–Así es. A primera vista esto sorprende, porque parecería que no están ingresando capitales a la Argentina. Lo que ocurre es que no hay que adoptar una definición estrecha, o parcial, del referido ingreso “de capitales”. Tomemos el ejemplo del turismo: usted viaja al exterior y paga con los dólares que tenía en el famoso “colchón”. Pues bien, aunque usted no se dé cuenta, al hacerlo está ingresando “capitales” (en terminología de la balanza de pagos) para financiar el referido déficit.

–Pero, entonces, ¿no hay nada de qué preocuparse?

–Yo nunca diría tanto, pero es importante entender el contexto en el cual se plantea cada cuestión. Cuando el tipo de cambio está fijado por el Banco Central, como ocurrió durante los ministerios de Adalbert Krieger Vasena, José Ber Gelbard o José Alfredo Martínez de Hoz, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos era una cuestión, por las dudas que plantea cualquier régimen cambiario en el cual, finalmente, el Banco Central tiene que financiar con pérdida de reservas la demanda excedente de divisas por parte del sector privado.

–Pero ahora estamos en régimen de flotación cambiaria.

–Lo cual implica que, dentro de la banda cambiaria, los desequilibrios de unas cuentas se financian con desequilibrios contrarios en otras.

–Algunos economistas sostienen que el actual tipo de cambio no es sostenible.

–El tipo de cambio es una variable nominal, y por consiguiente está sujeto a todas las vicisitudes propias de los valores nominales de las variables. Las dudas internacionales y nacionales sugieren la conveniencia de seguir centrando la política económica en el equilibrio fiscal, dejando que el mercado de cambios absorba el impacto de las referidas dudas.

–Estimada Rachel, muchas gracias.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/en-flotacion-quien-le-teme-al-deficit-de-cuenta-corriente-nid06072025/

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