En la niebla
No están las llamaradas de fuego, ni los autos voladores, ni los acordes de Vangelis. Pero Buenos Aires, en esta imagen, es una Buenos Aires-Blade Runner, pura belleza tecno diluida entre la bruma...
No están las llamaradas de fuego, ni los autos voladores, ni los acordes de Vangelis. Pero Buenos Aires, en esta imagen, es una Buenos Aires-Blade Runner, pura belleza tecno diluida entre la bruma. Esta semana, el día en que la ciudad pareció disolverse en la niebla, todo tendía a oscilar entre el fastidio –¿cómo seguir la vida con tan poca visibilidad?– y el encanto –¿qué tienen algunos fenómenos meteorológicos que son capaces de convocar tanto misterio?–. Los acuarelistas chinos y japoneses lo sabían; Turner y Friedrich, también. Cuando la luz se disipa emerge o bien lo sutil, o bien lo sublime. A su modo, la posmodernidad tomó el guante: la niebla puede ocultar monstruos de otra dimensión (véase algún film de Carpenter) o, más frecuentemente, develar el costado tenue de nuestras ásperas ciudades de cemento, hierro y líneas eléctricas.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/en-la-niebla-nid11072025/