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Entre hormigón, arte y naturaleza, así es la casa en el desierto que borra los límites entre la arquitectura y el paisaje

Para los japoneses, shakkei es tomar prestado el paisaje para que una casa se integre con su entorno y su jardín encaje en el terreno donde se implanta. Al otro lado del mundo, en el desierto de N...

Entre hormigón, arte y naturaleza, así es la casa en el desierto que borra los límites entre la arquitectura y el paisaje

Para los japoneses, shakkei es tomar prestado el paisaje para que una casa se integre con su entorno y su jardín encaje en el terreno donde se implanta. Al otro lado del mundo, en el desierto de N...

Para los japoneses, shakkei es tomar prestado el paisaje para que una casa se integre con su entorno y su jardín encaje en el terreno donde se implanta. Al otro lado del mundo, en el desierto de Nevada y pegada a la ciudad de Las Vegas, esta casa de Faulkner Architects encuentra una interpretación a aquella idea oriental.

Esta obra no se posa, se desliza dentro del terreno árido hasta confundirse con el cañón Red Rock, con sus tonalidades y su materialidad rocosa; participa al desierto y a la ciudad en el reflejo de un gran espejo de agua, y se hermana con la naturaleza gracias a estrategias sostenibles.

El cuidado de los recursos es un fuerte compromiso del estudio estadounidense: gran parte de la casa está semienterrada para permanecer en sombra iluminada y ventilada por patios, hay masa térmica, aire que circula por todos lados, parasoles, paneles fotovoltaicos y un entorno de plantas nativas que aumenta su densidad mientras se aleja de lo construido.

Entramos

Puertas adentro, lo palpable: pinturas y muebles de diseño que introducen la escala íntima, ese gesto humano que vuelve hogar incluso a un refugio nacido del desierto.

Como el living-comedor es pasante y se abre a lado y lado del terreno, el espejo de agua alcanza a reflejar tanto el paisaje desértico como la artificialidad urbana, dos características indisociables de Las Vegas.

“La casa soporta inviernos fríos y secos, veranos híper calurosos, vientos y tormentas monzónicas. El reparo, la solidez y la sostenibilidad fueron las directrices formales y materiales del proyecto”.

Arqs. Gregory Faulkner, Owen Wright, Jenna Shropshire y Breanne Penrod de Estudio Faulkne

Los arquitectos lograron darles protagonismo individual y un carácter casi sacro a cada uno de los cuatro elementos de la naturaleza: el agua, con una pileta elevada que refleja el paisaje y que se recorre en su largo desde el acceso; el fuego, en el sector aislado de la chimenea y en el living exterior; el aire, en la ventilación cruzada de todos los ambientes, y la tierra, en los colores del interiorismo y en la rusticidad del jardín.

En un interior donde materia y color se diluyen sin inercia hacia el paisaje, las obras de arte y los objetos de iluminación restituyen la escala y la cuota doméstica, al tiempo que anclan focos de sorpresa y de ruptura de la paleta.

“El interior es una mezcla de arquitectura contemporánea minimalista con un toque ecléctico, cálido y humano que a través de textiles y obras de arte, consigue suavizar la robusta estructura de hormigón sin desconectarse del paisaje desértico”.

Las obras de arte se trasladan al exterior en forma de esculturas. Las piezas de acero patinado del pasillo (una vez más, integradas tanto al paisaje como al revestimiento metálico del sector) llevan la firma del artista británico Antony Gormley.

“El enriquecimiento del resultado final, con piezas de arte y mobiliario que mezclan las costumbres familiares de nuestros clientes y su herencia, fue absoluto mérito de ellos”.

“A medida que debatíamos con los dueños la intención de pensar la casa como un paisaje construido en hormigón, su participación y entendimiento técnico fue creciendo notablemente”, comparten los arquitectos.

“La mezcla de arena, grava y cenizas de origen local da forma a los pisos y paredes de concreto, que adquieren un tono beige bajo la intensa luz del desierto, evocando junto al metal cobrizo, las montañas lejanas del cañón Red Rock”.

Por las noches, cuando las persianas pueden abrirse sin temor al calor en los ambientes iluminados, la casa cobra un aspecto distinto, liviano.

           

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/entre-hormigon-arte-y-naturaleza-asi-es-la-casa-en-el-desierto-que-borra-los-limites-entre-la-nid20122025/

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