Evidencia sorprendente: humanos prehistóricos ya usaban fuego hace 400.000 años
Científicos del Museo Británico de ...
Científicos del Museo Británico de Londres anunciaron este miércoles el hallazgo de la evidencia más antigua conocida de uso intencional del fuego por parte de humanos prehistóricos. Se trata de un hogar, aparentemente construido por neandertales, que data de unos 415.000 años. Hasta ahora, las pruebas más antiguas disponibles apenas se remontaban a 50.000 años, en un yacimiento al norte de la actual Francia.
El nuevo hallazgo -revelado en la revista Nature- ocurrió cerca de la aldea de Barnham, en un sitio paleolítico excavado durante décadas en el condado inglés de Suffolk, al noroeste de Londres. Los científicos investigaban un antiguo pozo de arcilla para fabricar ladrillos cerca de un abrevadero donde los humanos prehistóricos acampaban. Fue entonces que hallaron una mancha de barro calentado, hachas de mano de sílex destrozadas por el calor intenso y dos fragmentos de pirita de hierro.
Este es un mineral que crea chispas cuando se lo golpea contra una piedra -sílex- para encender yesca y que no está de forma natural en Barnham, lo que sugeriría que los neandertales que vivían ahí lo recolectaron con el objetivo de hacer fuego.
“Creemos que los humanos trajeron pirita al lugar con la intención de hacer fuego. Y esto tiene enormes implicaciones a la hora de hacer retroceder la más temprana fabricación del fuego”, explicó el arqueólogo Nick Ashton, conservador de las Colecciones Paleolíticas del Museo Británico y responsables de la investigación que fue publicada este miércoles en Nature.
Aunque hay rastros de uso del fuego por pate parte de humanos prehistóricos de hasta un millón de años en África, la realidad es que se considera que ese fuego surgió de forma natural. En cambio, en esta ocasión, la evidencia muestra un uso intencional del mismo.
Este descubrimiento es de suma importancia por la extrema dificultad que representa encontrar pruebas sólidas de la fabricación de fuego: los trazos suelen desaparecer con el paso del tiempo. La ceniza se dispersa, el carbón se descompone y los sedimentos alterados por el calor se pueden erosionar. Sin embargo, en el caso de Barnham, los depósitos quemados estaban sellados dentro de sedimentos de antiguos estanques.
Los investigadores pasaron los últimos cuatro años analizando la muestra para descartar que se tratara de un fuego generado por un incendio natural. Las pruebas geoquímicas demostraron que las temperaturas superaron los 700°C, además de evidencia de quemas repetidas en el mismo lugar; un patrón que es consistente con un hogar construido en lugar de un rayo.
Así lo afirma el arqueólogo paleolítico del Museo Británico Rob Davis, que dice que la combinación de altas temperaturas, la quema controlada y los fragmentos de pirita muestran “cómo realmente estaban haciendo el fuego y el hecho de que lo estaban haciendo”.
El hallazgo resulta fundamental debido a que la capacidad para hacer fuego representa uno de los giros cruciales de la historia de la humanidad. Permitió que los humanos prehistóricos pudieran calentarse y protegerse de los depredadores, pero también cocer alimentos.
Esto último contribuyó a la evolución del cerebro, ya que los alimentos eran más tiernos y digeribles, liberando energía corporal del intestino al cerebro para alimentar su desarrollo. Esto facilitó la supervivencia y permitió alimentar a grupos humanos más numerosos. El calor también ayudó a que los cazadores-recolectores prosperen en entornos más fríos, como Gran Bretaña, y que socialicen alrededor del fuego, incentivando la comunicación y el lenguaje.
“La hoguera se convierte en un centro social. Somos una especie que ha usado el fuego para dar forma al mundo que nos rodea“, señaló Davis. Para el científico, estos hallazgos muestran una relación entre nuestra especie Homo sapiens y nuestros primos evolutivos, los neandertales. Los investigadores creen que son ellos los que hacían el fuego, lo que demuestra inteligencia de parte de una especie normalmente denostada en la cultura popular.
Aunque no se hallaron restos humanos en el yacimiento de Barnham, sí se encontraron trozos de un cráneo humano de un neandertal a menos de 160 kilómetros al sur, en la localidad de Swanscombe, a mediados del siglo XX. El cráneo tiene 400.000 años de antigüedad y coincide con los fósiles neandertales hallados en un yacimiento cerca de Burgos, España, que data de hace unos 430.000 años.
El coautor del estudio y especialista en evolución humana del Museo de Historia Natural, Chris Stringer, explicó que esto implicaría que los fogoneros de Barnham son neandertales primitivos como los de Swanscombe y Burgos.
Con información de Reuters, AP y AFP