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Exterminio: la ingeniosa vuelta de tuerca para un enemigo olvidado que catapultó la carrera de un joven irlandés

Allá por comienzos de los 2000, el cine de terror pasaba por un momento muy ecléctico. Maestros consagrados como Dario Argento o John Carpenter entregaban piezas irregulares (aunque de un encanto...

Exterminio: la ingeniosa vuelta de tuerca para un enemigo olvidado que catapultó la carrera de un joven irlandés

Allá por comienzos de los 2000, el cine de terror pasaba por un momento muy ecléctico. Maestros consagrados como Dario Argento o John Carpenter entregaban piezas irregulares (aunque de un encanto...

Allá por comienzos de los 2000, el cine de terror pasaba por un momento muy ecléctico. Maestros consagrados como Dario Argento o John Carpenter entregaban piezas irregulares (aunque de un encanto innegable), también aparecían nuevas franquicias como El juego del miedo o Destino Final, a la vez que Hollywood jugaba a remakear Ring, un título japonés emblema de aquel ascendente fenómeno que fue el denominado J Horror.

Mientras tanto, un director británico que venía de una pésima experiencia en Hollywood, decidió refugiarse en un apocalipsis zombi, y casi sin proponérselo revolucionó las bases de un subgénero que ya tenía varias décadas a cuestas. Pasados poco más de veinte años del estreno de Exterminio, el director Danny Boyle regresa a ese universo con el lanzamiento de una nueva entrega, que amplía una de las franquicias más impactantes del cine de terror actual.

Por amor al género

Cuando George Romero estrenó La noche de los muertos vivos en 1968, la figura del zombi cinematográfico entró en un nuevo apogeo. Romero utilizaba a los no muertos como telón de fondo para una fábula social, proponiendo una mirada política en la que luego profundizó con El amanecer de los muertos vivientes, de 1978, y El día de los muertos vivientes, de 1985.

Como era de esperar, los zombis se convirtieron en los grandes mimados del cine de terror, y decenas de directores en Estados Unidos, España e incluso Italia (¡cómo olvidar a Lucio Fulci!) hicieron sus propias épicas zombis, muchas veces con más inventiva que presupuesto. Y a pesar de la creatividad de muchos realizadores (como es el caso de la icónica El regreso de los muertos vivientes, de Dan O´Bannon), ninguno parecía desviarse demasiado de los lineamientos propuestos por Romero, que había hecho de los zombis la amenaza más imponente del terror.

Porque los zombis no eran un monstruo en sí mismo, no eran inteligentes y ni siquiera demasiado fuertes, pero su condición de masa irreductible terminaba por torcerle el brazo a cualquier héroe improvisado, cuyo destino era el de ser convertido en aperitivo. Y cuando el género apocalipsis-zombi parecía oscilar entre el olvido y las producciones de muy baja línea, desde Inglaterra apareció Exterminio, y los zombis nuevamente estuvieron de moda.

Luego del fracaso comercial que le supuso La playa, Danny Boyle leyó el guion de Exterminio (escrito por Alex Garland, responsable de la reciente Guerra Civil) y se entusiasmó con la posibilidad de dirigir ese proyecto. Si bien ese libreto le permitía homenajear a la trilogía de los muertos de Romero, de la que Boyle se declaraba un gran admirador, la idea de la humanidad al borde de la extinción también le resultaba atractiva. Al realizador inglés le gustaba la posibilidad de jugar con un apocalipsis que tuviera un pie anclado en un escenario pandémico, en el que una suerte de virus tipo ébola lograra diezmar a la raza humana.

Un futuro ganador del Oscar

Para imprimirle a su película un tono de verdad, con un escenario en el que no hubiera rostros famosos, Boyle quería intérpretes no muy conocidos. Y así llegó a su camino Cillian Murphy.

Este intérprete irlandés venía principalmente del teatro, mientras que su experiencia en la pantalla grande y chica era más bien nula. Al realizador le gustó el estilo de Murphy, y vio en él un rasgo de ciudadano común y corriente que era el ideal para la épica de un hombre cualquiera que despertaba en medio de un apocalipsis zombi.

En Exterminio, Murphy construye con el público una empatía inmediata, una sensación de “esto también te puede pasar a vos y estarías tan perdido como yo”, que conectó de manera clara con los espectadores. Y gracias a esa naturalidad, el irlandés continuó luego con una carrera que lo llevó a ser uno de los nombres más sólidos del cine actual.

Después de Exterminio, Cillian Murphy llevó adelante una carrera inmensa, con grandes trabajos como el visto en la serie Peaky Blinders. Pero sin lugar a dudas, la sociedad que conformó con Christopher Nolan a partir de Batman inicia fue enormemente fructífera, e incluso le valió un Oscar como Mejor actor por su protagónico en Oppenheimer.

El zombi que corre

En el 2003, Exterminio se convirtió en un éxito muy sostenido, fácilmente representado en números: una inversión de 8 millones de dólares dio por resultado una taquilla mundial de poco más de 70 millones. La mirada de Boyle sobre el género zombi resultó inesperadamente fresca. Por un lado, estos zombis estaban lejos de las criaturas lentas y torpes que solían aparecer desde el nacimiento del subgénero, porque acá los muertos corrían a gran velocidad y podían alcanzar con facilidad a sus víctimas. La idea del zombi maratonista, capaz de aguantar extensas corridas a lo largo de varios metros, era un verdadero problema para cualquier sobreviviente.

Pero por sobre el espectáculo de vísceras y tripas, la óptica de Danny Boyle que planteaba al hombre entre la desesperanza y el instinto de supervivencia, con escenarios despojados de artificios y personajes atravesados por sus miserias, puso nuevamente de moda a los no muertos.

En épocas de alquiler de DVDs, y gracias a un boca a boca entusiasta, Exterminio tuvo una prolongada vida en el mercado doméstico, que dio pie a un renovado apetito por los zombis. De ese modo, el propio George Romero terminó por dirigir en 2005 el largometraje Tierra de los muertos, una maravillosa cuarta parte de su saga, mientras que en Inglaterra se estrenó Shaun of the Dead, una verdadera obra maestra y seguramente una de las tres mejores películas de zombis jamás filmadas. Y por último, resulta imposible no mencionar a un producto de culto que capitalizó como ninguno, esa renovada moda de los no muertos.

En octubre de 2003, muy pocos meses después del estreno de Exterminio, el guionista Robert Kirkman lanzó The Walking Dead, un cómic que también transcurría durante un apocalipsis zombi, y que llamativamente comenzaba igual que la película de Boyle, con el protagonista despertando en una cama de hospital sin tener idea sobre qué le esperaba.

Frente al sostenido interés del público por el género y teniendo en cuenta el éxito del cómic, en 2009 llegó a la televisión la serie basada en The Walking Dead, que se convirtió también en un verdadero furor, gracias a su manera de comprender el género y poner el acento en el hombre como el lobo del hombre. Con 11 temporadas a cuestas y numerosos spin offs, The Walking Dead todavía es un producto altamente rentable, que resulta imposible no reconocerlo como un hijo directo de Exterminio.

La vuelta del hijo pródigo

En 2007 se estrenó Exterminio 2, una secuela que exploraba en profundidad qué sucedía en ese mundo atravesado por el apocalipsis zombi. Se trataba de una continuación temática, que se sumergía nuevamente en esa continuidad, pero a través de distintos personajes. Esta vez, el director Danny Boyle le dejó su lugar al español Juan Carlos Fresnadillo, quien logró una muy buena película pero sin la contundencia de su antecesora. Claro que el nombre Exterminio vendía entradas por sí mismo: el film recaudó un total de 65 millones de dólares, con una inversión de 15 millones.

Sin perder tiempo, en 2008 Danny Boyle confirmó que tenía una idea sobre cómo concluir la trilogía zombi. Nuevamente junto al guionista Alex Garland, el realizador quería ocuparse él mismo de darle un punto final a su universo zombi, con un cierre que expandiera aún más las fronteras de la historia. Pero el tiempo comenzó a pasar y el film no se podía concretar por distintos motivos.

De tanto en tanto, Boyle y Garland expresaban en distintas entrevistas su interés por llevar adelante la nueva película, y revelaron que tenían no uno, sino dos guiones terminados que podían servir para el largometraje. Y entre muchas idas y vueltas, pasaron poco menos de 15 años, hasta que finalmente en enero de 2024 se anunció que dos nuevas entregas estaban en marcha.

Exterminio: La evolución es la tercera parte de esta serie de películas ancladas en ese universo zombi. Aquí la historia transcurre 28 años después del primer brote pandémico, para contar de qué modo logran sobrevivir algunos grupos de humanos que aún resisten al virus zombi. Con Danny Boyle otra vez en la dirección, este nuevo episodio de la franquicia regresa de la mano de sus creadores, quienes ya tienen lista una cuarta parte titulada Exterminio: The Bone Temple, que llegará en enero del 2026 y que cuenta como plata fuerte con la vuelta de Cillian Murphy a la saga.

Aunque el chiste sea fácil, resulta evidente que este universo zombi se niega a morir, y que como las criaturas que la protagonizan, Exterminio está más viva que nunca.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/exterminio-la-ingeniosa-vuelta-de-tuerca-para-un-enemigo-olvidado-que-catapulto-la-carrera-de-un-nid19062025/

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