Giorgio Armani. Así fue el funeral de tres días del rey italiano de la moda: todos los famosos que asistieron y las mejores fotos
Un cajón sobrio, rodeado de flores blancas y una foto suya en blanco y negro con una frase que dijo alguna vez y que definía la ética de Giorgio Armani: “El legado que espero dejar está marca...
Un cajón sobrio, rodeado de flores blancas y una foto suya en blanco y negro con una frase que dijo alguna vez y que definía la ética de Giorgio Armani: “El legado que espero dejar está marcado por el compromiso, el respeto y la atención hacia las personas y la realidad. Es ahí donde todo comienza”.
Por esa capilla ardiente que se instaló en el Teatro Armani, en Milán, desfilaron hombres de negocios, modelos, deportistas y artistas que lo conocieron y trabajaron con él, pero también cientos de personas anónimas que lo admiraban y que formaron fila frente a Via Bergognone 59, desde el 6 temprano hasta el 7, para despedirse del genial modisto que murió el 4 a los 91 años y que, a lo largo de su vida, hizo de su nombre una marca, y de su marca un imperio.
APLAUSOS Y PÉTALOS BLANCOS
“Ha sido un privilegio que me eligiese para ser una de sus modelos. Ha sido un día triste, pero estoy contenta de haber podido darle el último adiós”, expresó, conmovida, Valeria Mazza, la top model argentina que fue musa del diseñador y que asistió al homenaje público a Armani. Entre quienes desfilaron por la capilla ardiente, estuvieron la diseñadora calabresa Donatella Versace (que hace unos meses abandonó la dirección creativa de la marca que fundó su hermano, Gianni), el ex primer ministro Matteo Renzi, el productor de cine Aurelio de Laurentiis (dueño del Napoli), los gemelos Dan y Dean Caten (creadores de la marca canadiense Dsquared), Giuseppe Tornatore (director de la película Cinema Paradiso) y el actor español Miguel Ángel Silvestre.
También asistió Silvana Armani, sobrina del modisto, aunque la familia y los más allegados tuvieron una oportunidad de despedirse en un marco más íntimo el lunes 8. Ese día, sólo sesenta y dos personas ingresaron a la capilla de San Martino en Rivalta, el pueblo natal de Armani; entre ellos, Pantaleo “Leo” dell’Orco, pareja de Giorgio y su mano derecha en la compañía, Rosanna Armani –hermana del modisto– y los sobrinos.
A medida que el auto fúnebre avanzaba por las calles de Rivalta hacia la iglesia, los vecinos de esa localidad medieval lanzaban pétalos blancos al aire y otros irrumpían en aplausos que quebraban el silencio de todos. Tras el responso que ofició el párroco Giuseppe Busani y, siguiendo los deseos del propio Giorgio, será cremado y sus cenizas serán depositadas en la misma capilla de San Martino, donde descansan sus padres, María y Ugo Armani, y su hermano Sergio.
SU LEGADO
Giorgio Armani era un perfeccionista. Así como dejó instrucciones para su funeral, aseguran que el destino de su imperio está escrito en una serie de reglas que estableció a través de una fundación que lleva su nombre. Y, si bien no tuvo hijos, Armani tiene herederos que deberán acatar su voluntad: por un lado, su pareja, Leo, el responsable de diseño masculino de Giorgio Armani, Emporio Armani y Armani Exchange, que trabajó junto a él desde la década de los 80, y sus sobrinos Roberta, Silvana y Andrea, que cumplieron diversos roles en la compañía que Giorgio creó en 1975, tras dejar su empleo en la firma masculina Nino Cerrutti, junto a quien entonces era su amor, el arquitecto Sergio Galeotti.
La casa italiana no paró de crecer y llegó a facturar 2.300 millones de euros al año a través de diversas líneas de prêt-à-porter, alta costura, anteojos, cosmética, productos para la casa y hasta hoteles. El valor de la compañía, actualmente, se estima en 12 mil millones de euros y se asegura que ya hay ofertas de los grandes conglomerados de lujo para adquirirla, aunque él dejó expresado que, después de su muerte, sus herederos deben esperar al menos cinco años para venderla.