“Impredecible”: por qué hay cautela sobre los resultados del nuevo reglamento que revolucionó a los médicos residentes
En las provincias, predomina la reserva sobre los resultados que tendrá el cambio en la forma de contratar a los residentes para las vacantes con financiamiento nacional en sus instituciones. En l...
En las provincias, predomina la reserva sobre los resultados que tendrá el cambio en la forma de contratar a los residentes para las vacantes con financiamiento nacional en sus instituciones. En los hospitales e institutos que dependen del Ministerio de Salud de la Nación, las autoridades se alinean a la actualización del reglamento que rige ese sistema de formación de posgrado que se publicó esta semana en el Boletín Oficial.
Con ese cambio, a partir de este año, los profesionales de la salud que ingresen o ya estén cursando la residencia podrán optar entre dos formas de remuneración. Una, abonada por la institución donde ejerzan sus funciones, y otra, a cargo de la cartera nacional, como hasta ahora. Ambas seguirán financiándose con fondos nacionales, pero en el caso de las instituciones podrán mejorar la oferta del Estado con recursos propios. Esta actualización reglamentaria, desde ayer, no deja de acumular críticas y reserva por igual.
“Hace solo diez días hubo una reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) y en ningún momento se mencionó esta reforma. Las reglas se cambian de un día para el otro, con total desprecio por los miles de profesionales que acaban de rendir su examen de ingreso al sistema de residencias”, sostuvo Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires. La decisión del Ministerio de Salud de la Nación, según continuó el funcionario de Axel Kicillof, “habilita un régimen en el que los residentes pueden trabajar sin aportes jubilatorios ni cobertura social a cargo del Estado. Esto no es libertad, es flexibilización laboral encubierta. ¿Cómo puede ser opcional tener aportes jubilatorios después de cinco años de formación y trabajo?”.
En Río Negro, desde el Ministerio de Salud provincial refirieron a este medio ante la consulta que las autoridades provinciales ratificaron que a los 122 residentes de programas de formación en el sistema de salud local se les garantizó la continuidad de la remuneración y los beneficios que vienen gozando hasta ahora. En ese distrito, la Nación financia seis cupos de residencia básica y uno de posbásica. “Los residentes médicos y enfermeros seguirán percibiendo el mismo salario y gozando de las condiciones laborales vigentes”, expresó públicamente Demetrio Thalasselis, ministro de Salud rionegrino, al conocerse el cambio del reglamento de residencias.
En el Ministerio de Salud de Santa Fe, aguardaban precisiones sobre los alcances y la implementación de esta resolución “dado que es muy reciente”, respondieron a LA NACION. Esa jurisdicción cuenta dentro de su programa de residencias con más de un centenar de cupos nacionales habilitados para el ingreso este año.
“Para la provincia -señalaron- el sistema de residencias es una prioridad para la formación en servicio de nuestros profesionales de la salud y para brindar una atención de calidad a los santafesinos”. Explicaron que pagan un suplemento con fondos provinciales “para mejorar los haberes de los residentes”. Indicaron, a la vez, que este año garantizaron cargos de terapia ocupacional y trabajo social, “profesiones que no estaban contempladas en la planificación nacional y que permitirán sostener un abordaje integral de la atención en salud mental”.
En otras seis provincias, con vacantes que financia la Nación, predominaba la misma reserva frente a los alcances y también los resultados que tendrá esa nueva modalidad, más allá de que en hospitales se llevó tranquilidad interna con respecto a los ingresos percibidos y las condiciones de los programas de residencias locales.
“Con el sistema propuesto por el gobierno nacional, un médico que curse una residencia va a tener su primer sueldo en blanco a los 35 años y a partir de allí serán sus aportes. Definitivamente, la intención es desalentar la formación en los hospitales públicos”, opinó Marcelo Melo, director del Hospital de Clínicas, que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
DiagnósticoMarcelo García Dieguez es profesor asociado de la Universidad Nacional del Sur y exdirector de Talento Humano del Ministerio de Salud de la Nación. Afirmó a este medio que “el diagnóstico es claro: necesitamos más y mejores residencias”, más allá del debate que abrió la decisión oficial.
Aun así, recordó que gran cantidad de los egresados en la Argentina no eligen esa formación aun cuando quedan cargos vacantes a lo largo del país, sobre todo de especialidades priorizadas, como pediatría.
En este contexto, para él, ¿qué aporta la nueva resolución ministerial? “Por un lado, introduce algunos avances en acercar el sistema de residencias al ámbito universitario –dijo–. La mayoría de las residencias en el país dependen del sistema asistencial y carecen de articulación formal con las universidades, por lo que este intento de integración podría resultar positivo. No obstante, estas medidas llegan acompañadas de disposiciones preocupantes: el aumento de la carga horaria en guardias y cambios significativos en las condiciones contractuales. Existen múltiples estudios que advierten sobre la relación entre jornadas excesivas y el deterioro en la calidad de la atención, la seguridad del paciente y el bienestar de los residentes”.
Sobre la oferta de una beca institucional, consideró “posible” que residentes elijan esa opción “en busca de una mejor remuneración y que algunas provincias intenten mejorar condiciones dentro del nuevo marco”, aunque insistió en que eso “está lejos de ser una solución estructural porque, al desregular el sistema, en algún punto lo torna impredecible”.
En definitiva, esta nueva norma, para García Dieguez, no se ocupa de lo que definió como “problemas estructurales” del sistema de formación de posgrado: la falta de incentivos para ingresar a las residencias, el desinterés por las especialidades prioritarias y el alto número de profesionales sin formación de posgrado dentro del sistema de salud, según enumeró.
“En un contexto de alta sensibilidad y debate en torno a la formación médica, la implementación de un cambio como este sin una consulta amplia con expertos, universidades y provincias, transmite la idea de una decisión unilateral –consideró–. Lejos de revitalizar el sistema, puede profundizar la pérdida de vocación que, durante décadas, caracterizó a quienes eligen hacer una residencia”.
Dos conveniosEn el ministerio a cargo de Mario Lugones defienden en que el nuevo reglamento “recupera el concepto de beca de formación, al excluir cualquier encuadre como empleo público, relación laboral o contratación de obra o servicio”. Tras el anuncio, dos funcionarios de Salud se reunieron con el Consejo de Administración del Hospital Garrahan –epicentro de los reclamos– sobre ambos convenios de asignación de un cupo a través de una Beca Ministerio o de una Beca Institución.
Por la primera, según surge del texto de ese convenio, un residente de primer año cobrará unos $810.000 de bolsillo –que son los $998.000 de la beca actual, menos los aportes jubilatorios y la cobertura a través de la Obra Social de los Trabajadores del Estado Nacional–, con ART y seguro de mala praxis a cargo de la institución y sin incentivos extras que esa dependencia pueda otorgar.
Por la segunda beca, cobrará el monto neto de $998.000 que paga el Estado, con ART, cobertura de salud y seguro de mala praxis según ofrezca la institución, además de que podrá recibir incentivos extra. En ambos casos, siempre de acuerdo con el texto del convenio, tendrán tres semanas de licencia anual, con licencia por maternidad, paternidad, matrimonio y enfermedad. La dedicación contempla 45 horas de trabajo semanal, con al menos una guardia semanal de hasta 24 horas corridas y no más de ocho guardias por mes, con media jornada de tareas al día siguiente de una guardia.
Esto se aplica a las vacantes financiadas por el gobierno nacional en hospitales, centros de salud o institutos de jurisdicción nacional y provinciales. Son, en total, 3175 cargos de las residencias básicas de primero a cuarto año, las residencias posbásicas (de subespecialidad, una vez completada la básica) y jefaturas de residencias. Este año, por ejemplo, la Nación financia 1155 de los 7687 cupos disponibles para primer año de las residencias básicas y posbásicas a cubrir a partir de septiembre en centros de todo el país (son los postulantes que esta semana rindieron el Examen Único de Residencias).