Javier Milei, en vivo: las últimas medidas del Gobierno
El empresario y conductor Mario Pergolini se refirió este domingo al debate que se originó a partir de la entrega por parte de la AFA -liderada por Claudio “Chiqui” Tapia- de un ...
El empresario y conductor Mario Pergolini se refirió este domingo al debate que se originó a partir de la entrega por parte de la AFA -liderada por Claudio “Chiqui” Tapia- de un trofeo a Rosario Central por haber quedado en la primera posición de la tabla anual. En Comunidad de Negocios (LN+), ciclo conducido por José Del Rio, evaluó que el clima dentro del fútbol argentino se enrareció al punto de convertirse en “las inferiores de la política”.
“El equipo venía todo bien, con gente que se quiere. Y le entregaron un premio a oscuras, algo extraño. No es claro, no es nada”, opinó Pergolini y agregó: "Y otra cosa que asusta también es el silencio de la dirigencia en Boca o River, que son los grandes. Hoy el fútbol son las inferiores de la política argentina. Arreglemos esto y vamos a tener una buena escuela para cuando asciendan a la otra política”.
La impugnación al pliego de la senadora electa por La Libertad Avanza (LLA), Lorena Villaverde, reabrió un debate histórico que el Congreso revisita cada vez que un nombre llega cuestionado al recinto. El PJ de Río Negro la acusa de tener un “pasado y presente delictivo, narcotraficante y defraudador”, lo que −según el planteo− configura “inhabilidades morales, éticas y constitucionales” que impedirían su asunción el 10 de diciembre.
Villaverde fue detenida en 2002 en Estados Unidos por tenencia de drogas, pero ese expediente ya se cerró. Se la acusa, además, de estar vinculada a Claudio Ciccarelli, primo de Federico “Fred” Machado, extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por presuntos nexos con el narcotráfico.
El Gobierno se encamina a convertir el primer gol de la segunda y última etapa de su mandato, para empezar a ilusionarse con el objetivo de competir por el campeonato de la reelección dentro de dos años.
Después de haber transcurrido la primera mitad de la gestión sin un presupuesto propio y habiendo exprimido las ventajas del obsoleto cálculo hecho ya hace tres años por Sergio Massa, el oficialismo confía en contar con el número de manos en el Congreso que voten sin demasiados cambios el proyecto elaborado para 2026.
En Misiones, la recaudación dejó de ser un instrumento para financiar al Estado y pasó a convertirse en un sistema de confiscación lisa y llana. Las empresas que operan en la provincia pagan, en los hechos, impuestos miles de veces superiores a los que realmente deberían.
La maquinaria misionera de retenciones, percepciones y pagos a cuenta engorda saldos a favor imposibles de recuperar. El resultado: capital de trabajo evaporado y un régimen tributario que se sostiene, paradójicamente, por la imposibilidad de salir de él.
Con la “mesa política” del poder acelerando la marcha, y a veinte días del recambio parlamentario, el Gobierno suma aliados en el Congreso y se aproxima a la mayoría necesaria para aprobar la ley de presupuesto 2026 durante las sesiones extraordinarias. Nadie quiere, en los pasillos de Balcarce 50, pecar de suficiencia, pero el consenso entre los responsables de conseguir el apoyo de diputados y senadores es que el número está allí, al alcance de la mano.
En el fárrago de negociaciones diarias, la coincidencia entre los referentes del oficialismo, gobernadores aliados y espacios dialoguistas sobre la necesidad de definir el esquema de gastos e ingresos del próximo año fortalece la posibilidad de un acuerdo. El objetivo: tener el presupuesto antes de que finalice 2025.