La ciudad donde Argentina se consagró campeona se transformó en la nueva meca del arte
Los argentinos tenemos una conexión emocional con Qatar. Fue la sede del Mundial de Fútbol 2022 y el lugar donde nos consagramos campeones por tercera vez. Y en este último tiempo, las relacione...
Los argentinos tenemos una conexión emocional con Qatar. Fue la sede del Mundial de Fútbol 2022 y el lugar donde nos consagramos campeones por tercera vez. Y en este último tiempo, las relaciones de Argentina con Qatar se han consolidado, a tal punto que en 2025 nuestro país fue invitado a participar de la iniciativa “Years of Culture” (Años de Cultura), un programa de intercambio cultural que insta a formar relaciones de diversos sectores, incluyendo negocios, educación y arte. Esta propuesta de colaboración mutua se lanzó en 2012 y está dirigido por la jequesa Al Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani, integrante de la Familia Real de Qatar y una apasionada por la cultura y las artes.
El 2025 el intercambio cultural se centró en Argentina y Chile. En los primeros meses del año, el MALBA desembarcó en Doha con una exhibición de obras latinoamericanas de artistas como Frida Kahlo, Antonio Berni, Diego Rivera, Wilfredo Lam, entre otros de la colección de Eduardo Costantini, incluso “La escultura de los sueños” de Marta Minujín que fue montada en el Museo Nacional de Qatar. Lo que siguió fue la presentación de la orquesta Filarmónica de Qatar en el Teatro Colón y el lanzamiento de la nueva edición de Qatar Reads en la Biblioteca Ricardo Güiraldes en Argentina. Además, destacados artistas cataríes como Abdulla Alemadi y Abdulla Alsallat presentaron obras de arte callejeras en Buenos Aires junto al artista local Lucho Olivo. El intercambio prosiguió en Doha con el homenaje al artista Víctor Grippo en el que su colega tailandés Rirkrit Tiravanija recreó en los jardines del Museo de Arte Islámico de Doha el famoso horno de pan concebido en 1972 en Buenos Aires, y la monumental obra de arcilla “Autorretrato” creada por el tucumano Gabriel Chaile en el Museo Árabe de Arte Moderno (Mathaf), entre otras acciones.
Un lugar que sorprendeQatar Airlines ofrece vuelos directos a Doha desde San Pablo. Ya al llegar al Aeropuerto Internacional Hamad, ubicado en la capital catarí, el viajero intuye la suntuosidad y el propósito de la ciudad. Se trata del complejo de terminales aéreas más lujoso del mundo, y transitar por él es una experiencia placentera. Por sus pasillos se ven árabes con túnicas blancas, mujeres escondidas en sus burkas negras, pasajeros con carry on Louis Vuitton entrando a las tiendas de lujo. Lo que impresiona, además de su arquitectura, es el despliegue artístico, con una veintena de instalaciones curadas por Qatar Museums. La obra más icónica y fotografiada es “Untitled (Lamp/Bear) del artista suizo Urs Fischer, un oso de peluche de 7 metros de altura de bronce fundido y color amarillo que se ha convertido en un símbolo de Doha.
Al salir del aeropuerto –por un camino jalonado por palmeras– aparece el skyline, el horizonte urbano de edificios futuristas con algunas proezas diseñadas por los arquitectos más audaces del mundo. Este despliegue vanguardista se contrapone con la arquitectura tradicional de esencia islámica, lo que hace de esta una ciudad de contrastes.
Qatar se encuentra en la desértica Península Arábiga (Golfo de Pérsico) en Asia Occidental. El país es pequeño; en sólo un par de horas en auto se puede llegar a la frontera con Arabia Saudita. Durante siglos el país estuvo habitado gran parte por tribus beduinas y pueblos pescadores que vivieron bajo el dominio de tribus árabes. El destino de Qatar cambió por completo en 1940, cuando se descubrió petróleo en Dukhan Field (y en tiempos más recientes, gas natural).
En 1968, cuando los británicos manifestaron su intención de retirarse de la región del Golfo Pérsico, sus antiguos protectorados, que incluían a Qatar y Baréin y los llamados Estados de la Tregua, consideraron la Federación de Emiratos Árabes. Sin embargo, en 1971, tanto Qatar como Baréin se retiraron y declararon su independencia. Seis de los Estados de la Tregua formaron los Emiratos Árabes Unidos ese mismo año, a los que Ras Al Khaimah se unió en 1972.
Doha comenzó a escribir su historia como ciudad futurista en ese mismo instante, sin descuidar sus orígenes y tradiciones.
Arquitectura y arteA través de la arquitectura de autor y la millonaria inversión en arte, la ciudad se ha convertido en un destino ineludible para el viajero cultural que busca entrelazar el arte, la arquitectura vanguardista y el legado milenario de las tradiciones islámicas.
Una verdadera maravilla es el Museo Nacional de Qatar (NMoQ) con su estructura arquitectónica diseñada por el arquitecto francés, ganador del Premio Pritzker, Jean Nouvel, inspirada en la historia del país y en su geología. El museo fue inaugurado en 1975 y estuvo cerrado un tiempo para su reconstrucción. En 2019 reabrió con el nuevo diseño arquitectónico que recrea “la rosa del desierto”, una roca natural típica de la región que se forma por la interacción del viento, la arena y el mar. La imponente fachada cuenta con cientos de discos entrelazados de diferentes diámetros y curvaturas y abarca casi 40.000 m2.
Recorrer el museo es una experiencia inmersiva exquisita. Cada uno de los espacios impacta visualmente. En su colección permanente se destacan piezas arqueológicas y patrimoniales, manuscritos, fotografías, joyas y trajes. Un elemento singular es la alfombra de perlas de Baroda (1865) con más de 1.5 millones de perlas marinas, esmeraldas, rubíes y zafiros engarzados en oro y tejidos sobre una base de seda y fina piel de ciervo. El NMoQ alberga, además, exposiciones temporales de artistas de distintas partes del mundo.
Otro de los grandes hitos locales es el Museo de Arte Islámico (MIA) diseñado por otro arquitecto ganador del Premio Pritzker I.M. Pei, mismo autor de la pirámide vidriada del Museo de Louvre, y de otras tantas obras emblemáticas. El edificio, inaugurado en 2008 cuando Pei tenían más de 90 años, está ubicado en una isla artificial junto al paseo marítimo en la bahía de Doha y rodeado del verde del MIA Park. Su diseño evoca la arquitectura islámica clásica con sus cúpulas, arcos, motivos geométricos y elementos de agua fusionada con la arquitectura moderna y la mirada minimalista de su autor.
En el MIA se encuentra una de las colecciones más importantes del mundo del arte islámico. Con más de 800 piezas en exhibición, resguarda catorce siglos de arte e historia de esta parte del mundo. Entre sus colecciones se encuentran manuscritos de Coranes, azulejos, alfombras tradicionales, jarrones y vasos medievales, así como armaduras de caballería. También hay salas con exposiciones temporales y una biblioteca patrimonial. En su quinta planta se ubica el restaurante IDAM del reconocido chef Alain Ducasse.
El MIA Park, por su parte, es un oasis natural con fantásticas vistas a la bahía que se ha convertido en punto de encuentro de los cataríes para actividades recreativas. Allí se encuentra la Al Riwaq Gallery, con exposiciones temporales de artistas vanguardistas. Su muestra principal por estos días recorre la historia profesional de I.M.Pei, una retrospectiva extensa y detallada que se exhibe hasta febrero de 2026.
A unos 15 minutos a pie, un antiguo molino está en proceso de convertirse en el Art Mill Museum (Museo Molino de Arte), futura sede del arte moderno y contemporáneo que incluirá el período desde 1850 hasta la actualidad no sólo a través de la pintura y la escultura, sino también del diseño, el cine y la moda. El proyecto está dirigido por el estudio Elemental, del arquitecto chileno Alejandro Aravena, quien también obtuvo el premio Pritzker. La inauguración está prevista para 2030, y formará el tercer punto de un “triángulo de museos” junto al MIA y el NMoQ, consolidando a Doha como epicentro de arte mundial.
“Este lugar tiene una infraestructura existente y la queremos respetar”, dice Aravena. “La fábrica de harinas forma parte de la historia local, entonces lo que hicimos fue tomar los silos como el ADN del proyecto y usarlos para formar con ella una suerte de bosque sin techo para proyectar sombras, algo que se utilizaba en la arquitectura antigua del desierto”.
Otros puntosHay otros puntos relevantes para interesados en el arte. El Mathaf está especializado en el arte árabe moderno. La colección permanente cuenta con más de nueve mil obras y también alberga a importantes artistas actuales. En el marco del programa Years of Culture, el argentino Gabriel Chaile (de ascendencia afroárabe) acaba de inaugurar una instalación: “Autorretrato”, una escultura de arcilla inspirada en el lenguaje formal y material de las comunidades indígenas del noreste argentino.
El Museo Olímpico y Deportivo 321 invita a sumergirse en la historia y el patrimonio de los deportes en Qatar. Un edificio cilíndrico de vidrio con cinco anillos entrelazados que está conectado al estadio Khalifa, uno de los estadios utilizados en la Copa Mundial de la FIFA. Fue diseñado por el arquitecto español Joan Sibina y actualmente exhibe una muestra sobre la evolución del calzado deportivo: “Sneakers Unboxed” (Zapatillas sin caja).
Por su parte, el M7 funciona como un centro de innovación en moda y diseño. El edificio fue creado por el arquitecto Ibrahim Al Jaidah y sus exhibiciones permiten explorar el universo creativo de distintas disciplinas (indumentaria, joyería, rituales de belleza).
Más décontracté es la Fire Station, una vieja estación de bomberos convertida en centro de exhibición que alimenta el talento emergente a través del programa de artistas residentes.
Otro de los edificios de Doha que fusiona el interés cultural con el arquitectónico es la Qatar National Library. Está ubicada en la zona universitaria y es guardiana de la riqueza cultural escrita. Más de un millón de libros, todos expuestos en estanterías escalonadas hechas de mármol blanco al igual que los pisos, forman parte de un deslumbrante paisaje interior. La fachada de vidrio permite la entrada de luz natural y también conectar con el mundo exterior. La colección patrimonial de libros antiguos se sitúa en el centro de la biblioteca, en un espacio subterráneo de seis metros de profundidad revestido de travertino beige. La Biblioteca Nacional de Qatar fue diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhaas y es un centro de cultura e innovación. Allí funciona un laboratorio de digitalización de libros, salas de estudio (fotografía, música, diseño, etc), un auditorio, cafetería, entre otros espacios.
En medio del desiertoEl desierto es parte de la identidad de Qatar, y en las afueras de Doha dos instalaciones artísticas conectan la esencia del país con el proyecto cultural. Una de las obras se encuentra en la Reserva Natural de Brouq, cerca de Zekreet, a 80 km de Doha. Cuatro placas de acero de más de 14 metros de altura perpendiculares en el piso y separadas entre sí conforman “East-West / West-East” (Este-Oeste / Oeste-Este), la obra del artista estadounidense Richard Serra. La escultura se convirtió en un hito en el paisaje estéril.
Otra de las excepcionales obras en el desierto se encuentra al norte de Doha. Es la instalación del artista danés Olafur Eliasson: “Shadows travelling on the Sea of the Day” (Sombras que viajan en el mar de día). Espejos circulares apoyados sobre semicírculos de acero –como si fueran anillos– crean un efecto muy especial.
Ciudad de contrastesLa verdadera maravilla de Doha reside en la capacidad por integrar la tradición y la vanguardia. Una ciudad que mira al futuro pero que mantiene un anclaje profundo con su origen. Distrito Mina es un barrio pintoresco que se ha formado como parte del plan de desarrollo de Doha. Se encuentra en el antiguo puerto y está lleno de casitas de colores, murales, tiendas, restaurantes y un magnífico mercado de pescado fresco.
Pero lo que verdaderamente nos hace conectar con la cultura catarí es el Souq Waqif, con su arquitectura tradicional (el lugar fue renovado en 2006) y su vibrante vida, especialmente al anochecer. Es el sitio ideal para hacer compras. Recorrer las callecitas del zoco es una experiencia en sí misma. Puestos coloridos, talleres de artesanías, aroma a especias, el sonido de las conversaciones y el regateo constante, todo sucede en el zoco. El arte en este lugar no está ausente. Una de las obras más llamativas es “Le Pouce” del escultor francés César Baldaccini, una escultura de bronce basada en el molde del pulgar del mismo artista que se ha convertido en el punto de referencia dentro del mercado.
La riqueza de atracciones culturales de Qatar ha contribuido a fortalecer su liderazgo como destino turístico global. Ahora, el país se prepara para uno de los eventos más prestigiosos del arte moderno y contemporáneo: Qatar Art Basel. Será en febrero 2026 y proporcionará una plataforma sin precedentes para exhibir el talento artístico de 87 galerías de Medio Oriente, el norte de África y el sur de Asia.
Datos útilesEtiqueta Como buen centro de negocios y cultural, la mayor parte de la población de Doha es extranjera. Se estima que entre un 10% y un 15% es catarí. Sin embargo, las normas de vestimenta de Doha reflejan la tradición islámica. Los hombres suelen llevar el thobe blanco, mientras que las mujeres visten la abaya negra y cubren la cabeza y el cuello con un hiyab. El uso de estos atuendos tiene un significado cultural y religioso, y son usados a diario por algunas personas, aunque hay quienes sólo lo utilizan en ocasiones especiales y han adoptado tendencias de moda occidentales. Camisas ligeras y pantalones sastreros de telas livianas y tonos neutros para los hombres, vestidos largos y sueltos, pantalones anchos y blusas ligeras en tonos pasteles o estampados suaves para las mujeres, quienes suelen sumar el hiyab en señal de respeto. Los viajeros deben cumplir ciertos códigos: hombros y rodillas cubiertos, evitar escotes pronunciados y ropa demasiado ajustada. Dónde dormirHotel Sheraton Al Corniche Street, West Bay Area. Es uno de los íconos arquitectónicos del skyline de Doha y se destaca del resto por ser el único edificio en forma de pirámide. Fue el primer hotel de Qatar (abrió en 1979) y fue construido por Jean Nouvel. Dispone de habitaciones amplias y confortables con vista a la ciudad o al mar, piscina exterior, playa privada y espacios gastronómicos. Desde u$s 220 la doble.Qabile Westbay Hotel Diplomatic Street, West Bay Area. Está ubicado en la zona de West Bay, cerca de atracciones principales de Doha. Cuenta con habitaciones amplias, modernas y vistas panorámicas. Desde u$s 90 la doble.Paseos y excursionesDescubrir el desierto Desde Doha hay tours para montar un camello sobre las dunas. Al sureste de Qatar, al límite con Arabia Saudita, se encuentra Khawr al Udayd. Es el mar interior, un punto mágico donde tres imponentes líneas de dunas se unen con el mar.Msheireb Downtown Un moderno barrio con galerías de arte, tiendas de ropa, cafeterías y excelentes restaurantes. Imperdible el patio Barahat, una plaza enorme con techo retráctil y un sistema de piscinas de agua fría que refrigeran el ambiente. En las inmediaciones está el M7, centro de diseño, moda y tecnología.Al Corniche Un paseo costero a lo largo de 7 km desde West Bay hasta el MIA donde aparecen las embarcaciones de madera sobre el agua. Este es el punto ideal para observar el skyline de la ciudad. Hay obras de arte públicas en los alrededores como el Monumento a la Perla (en homenaje a la extracción de perlas en Qatar) frente al zoco.La Perla Es la versión qatarí de Palm Jumerah de Dubai. Una isla artificial repleta de tiendas y restaurantes de lujo y canales inspirados en Venecia.Dónde comerDelicias cataríes La comida en Qatar lleva a un viaje de descubrimiento único, desde los deliciosos dátiles hasta la cocina de sabores y aromas intensos, con influencias de la India, Persia y el norte de África. Entre los platos más representativos está el Majboos (foto), también conocido como Kabsa: un arroz especiado que se sirve con cordero, pollo o pescado. El Balaleet es una preparación que lleva fideos tipo vermicelli, huevos, cardamomo y azafrán. El Margoog es un delicioso y sustancioso estofado de cordero con verduras y variedad de especias. En cuanto a los dulces, los Luqaimat (buñuelos fritos con aroma a azafrán y cardamomo bañados en miel o jarabe de azúcar). El té karak es representativo de la región: se elabora con té negro, leche, azúcar y cardamomo (aunque se le pueden añadir otras especias). Un dato para tener en cuenta es que en Qatar no hay alcohol debido a las restricciones del Islam, aunque su consumo está permitido en los bares de hoteles internacionales con licencia. Profiles En Msheireb Downtown. Está ubicado en la entrada del centro de diseño e innovación M7, con acceso directo desde Barahat Msheireb. Ofrece una cocina saludable contemporánea con sabores del Medio Oriente.Desert Rose En el NMoQ. Este espacio es perfecto para un momento de relax durante la visita al Museo Nacional de Qatar. Está ubicado en la planta baja del edificio y posee mención en la Guía Michelin. Al mando está la chef Noof Almarri, reconocida en la cocina qatarí.Berenjak En Souq Waqif. Un restaurante de comida persa en el corazón del zoco qatarí. Con una ambientación llena de mosaicos, vajilla vintage y objetos antiguos de la región, el espacio propone una cocina donde las brasas son protagonistas. Preparaciones con sabores complejos y aromáticos.Baron En Distrito Mina. El chef armenio Sako Sevadjan fue reconocido en la categoría Bib Gourmand de la Guía Michelin 2026. Una cocina con influencias mediterráneas fusionadas con los sabores tradicionales de la región arábiga. Buenas vistas del puerto de Doha.Curiosa En West Bay Area. En el centro de Doha, a orillas del Golfo de Pérsico, el restaurante Curiosa by Jean Georges invita a una experiencia exquisita en los jardines del Four Seasons. Una cocina inspirada en la tradición latina con platos innovadores y productos de la región. Espacio seleccionado en 2025 por la Guía Michelin.ComprasVendôme Mall En este imponente centro comercial inspirado en la arquitectura clásica francesa, 580 tiendas de marcas de todo el mundo. Además, hay cafés, restaurantes y experiencias culinarias en todos los rincones. De 19 a 23 horas hay show de aguas danzantes en las instalaciones.