Generales Escuchar artículo

La historia del pigmeo y el patagón inmortalizados en una foto

La imagen se transformó en una postal que los visitantes llevaron como un recuerdo de las curiosidades que ofrecía la Feria Internacional de Saint Louis de 1904.Venían de tierras remotas ...

La historia del pigmeo y el patagón inmortalizados en una foto

La imagen se transformó en una postal que los visitantes llevaron como un recuerdo de las curiosidades que ofrecía la Feria Internacional de Saint Louis de 1904.Venían de tierras remotas ...

La imagen se transformó en una postal que los visitantes llevaron como un recuerdo de las curiosidades que ofrecía la Feria Internacional de Saint Louis de 1904.

Venían de tierras remotas y exóticas para “la cultura blanca” euro-centrista y norteamericana; uno de la selva africana, el otro de la meseta patagónica.

Aiwak (o Bonifacio) el adolescente tehuelche de 16 años había sido incorporado a la delegación argentina de “Los Gigantes de la Patagonia” por el tamaño de su cuerpo a sugerencia de un comisario de Santa Cruz.

Ota Benga había sido traído del Congo a la exposición de Missouri por el famoso explorador Samuel Verner, quien lo había comprado en el mercado de esclavos que auspiciaba el rey belga Leopoldo II.

La estampa de Aiwak, llamó la atención no solo de los turistas, también de los integrantes del Departamento de Antropología de la Feria, y de varios empresarios de circos que le ofrecieron trabajo luego de terminada la muestra. Ota Benga, o “Bi” que en la lengua africana benga significa “amigo”, medía 135 c. Después de Saint Louis, fue exhibido en una jaula con monos en el zoológico del Bronx en Nueva York.

En 1910, Ota, gracias a la presión que realizan los sectores religiosos neoyorquinos recuperó su libertad en forma condicional, y fue a parar a un orfanato. Tiempo después trabajó como operario en una fábrica de cigarrillos en Lynchburg, Virginia, pero nunca pudo escapar a la mirada racista de sus contemporáneos.

Una foto publicada por Lehmann-Nitsche en 1916, muestra a Aiwak, (ahora Bonifacio), vestido con traje, corbata y pelo corto; se pierden sus rastros en la inmensidad de la ciudad de Buenos Aires, no regresó jamás a la Patagonia.

Para esa misma época, febrero de 1916, el Boletín del Zoológico de Nueva York, narra el suicidio de Ota Benga. Deprimido, solo, lejos de su tierra y su pueblo, se había disparado un tiro al corazón.

Osvaldo L. Mondelo es periodista diplomado (UNLP), ex docente universitario y autor del reciente libro Mulato (Chümjaluwun).

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-lugares/la-historia-del-pigmeo-y-el-patagon-inmortalizados-en-una-foto-nid24112025/

Volver arriba