La IA no viene por tu trabajo: viene por tu empresa
El debate sobre si la inteligencia artificial puede replicar el trabajo intelectual de médicos, abogados o doctores en filosofía ...
El debate sobre si la inteligencia artificial puede replicar el trabajo intelectual de médicos, abogados o doctores en filosofía suele concentrarse en el riesgo individual. Pero detrás de esas discusiones, se esconde una preocupación mayor: no solo los puestos, sino empresas enteras podrían volverse obsoletas por el ritmo acelerado de adopción de la IA.
Se habló mucho cuando surgieron reportes de que OpenAI podría cobrar hasta 20.000 dólares por mes por agentes entrenados a nivel PhD, reavivando el debate sobre qué trabajos están a salvo de la IA y cuáles no. “Todavía no vi nada tan impresionante, pero probablemente no falte mucho”, dijo James Villarrubia, jefe de innovación digital e IA en NASA CAS.
En esta línea, Sean McGregor, fundador de Responsible AI Collaborative y doctor en informática, remarcó: “La tecnología de IA actual no es lo suficientemente robusta como para dejar sin supervisión humana equipos químicos peligrosos u otros entornos donde hoy se requiere un doctorado real”.
La IA no quiere ganarle a los empleados, sino al sistemaSuzanne Rabicoff, fundadora del think tank The Human Agency y del estudio fraccional The Pie Grower explicó que estamos en un momento sin precedentes y señaló que el foco no debería estar en los trabajos reemplazados, sino en las empresas nuevas y más eficientes que surgen gracias a la inteligencia artificial. “Esa es exactamente mi apuesta”, afirmó.
Aunque hoy sorprenda que un robot haga la tarea universitaria de un estudiante, lo cierto es que ya existen antecedentes más significativos: robots y tecnologías de automatización han ganado participación de mercado sin necesariamente replicar cada función humana. En muchos casos, no hace falta reemplazar a una persona específica. Lo que cambia es el modelo completo.
Las empresas Fortune 500 —especialmente aquellas con procesos heredados y estructuras sobredimensionadas— están en riesgo no porque pierdan empleados, sino porque sus fundamentos económicos dejan de ser competitivos frente a nuevos actores más ágiles. La IA no necesita superar a cada empleado para volver obsoleta una empresa. Le alcanza con superar al sistema.
Caso de estudio: la industria automotrizPara entender cómo un cambio tecnológico puede transformar por completo el mercado —y dejar atrás a gigantes históricos— alcanza con mirar lo que pasó en la industria automotriz a fines del siglo XX. En los años 50, las automotrices de EE.UU. dominaban la industria, parecido a como hoy lo hacen los gigantes tecnológicos. En 1950, Estados Unidos producía alrededor del 75% de los autos del mundo.
Pero en los 70, las automotrices japonesas empezaron a usar robots en la fabricación. Gracias a operaciones más eficientes y precisas, fabricaban vehículos de mayor calidad y mejor precio. Empresas como GM no pudieron seguir el ritmo, arrastradas por fábricas obsoletas y altos costos laborales.
El cambio que siguió en las décadas siguientes pinta un panorama parecido al que podrían enfrentar las grandes empresas hoy. En 1960, EE.UU. producía cerca del 48% de los autos del mundo y Japón apenas el 5%. Para 1980, Japón había capturado un 29% del mercado y EE.UU. había caído al 23%.
El sacudón que puede provocar la inteligencia artificial hoy se asemeja al que vivió la industria automotriz en su momento. Dentro de unas décadas, podríamos mirar a Apple como hoy miramos a Ford: una gigante desplazada por actores más livianos y adaptables. Las startups de IA, con estructuras ágiles y foco en problemas específicos, están mejor posicionadas para capturar mercado y construir ventajas competitivas difíciles de igualar.
¿Es el fin de tu empresa?La caída ya empezó. Una encuesta de Gartner a fines de 2023 mostró que cerca de la mitad de las organizaciones estaban desarrollando sus propias herramientas de IA. Para fines de 2024, ese número cayó al 20%. A medida que el hype alrededor de la IA generativa se enfría, Gartner señala que muchos directores ejecutivos están optando por proveedores externos —ya sean desarrolladores de modelos de lenguaje o software tradicional con funciones potenciadas por IA.
En 2024, las startups de inteligencia artificial recibieron casi la mitad de los 209 mil millones de dólares en capital de riesgo global. Si hoy solo el 20% de las empresas tradicionales se sienten seguras para competir con estas startups, ¿cuántas lo seguirán sintiendo cuando esas startups maduren?
Mientras los titulares siguen obsesionados con si la inteligencia artificial puede igualar a un doctorado, el riesgo más profundo sigue siendo poco mencionado: las grandes empresas van a marchitarse, y algunas van a morir. Y cuando eso pase, tu trabajo está en riesgo, ya sea que atiendas al público en la recepción o tengas un PhD en ingeniería.
¿Cómo sobrevivir?Hay formas de mantenerse a flote en medio del cambio. Jonathan Rosenberg, exvicepresidente senior de productos en Google y actual asesor de Alphabet, señaló una idea clave: no alcanza con ser bueno en lo que uno hace, tenés que subirte a una buena ola. “Al principio se cree que lo importante es la empresa, luego el puesto, después la industria. Pero en realidad, es al revés: primero la industria, después la empresa, y recién entonces el puesto”, sostiene.
Entonces, ¿cómo te subís a la ola de la IA? Ankur Patel, CEO de Multimodal, recomendó aprender a usar herramientas de inteligencia artificial para hacer tu trabajo actual de manera más productiva. También remarca que las habilidades blandas —mover gente, construir relaciones, liderar equipos— van a ser cada vez más valiosas, a medida que la IA se haga cargo de tareas más técnicas o repetitivas.
“No veo a la inteligencia artificial liderando un grupo o un equipo, ni siquiera en la próxima generación”, aseguró Patel. En definitiva, incluso si la IA no reemplaza directamente a una persona, puede volver obsoleto el lugar donde trabaja. La pregunta ya no es si la tecnología va a avanzar, sino si cada uno sabrá adaptarse a tiempo.