La lucha por un lugar: así fue el megaexamen con 13.476 inscriptos y 7687 vacantes para residencias médicas
Otro día de frío intenso no amedrentó a los 5930 jóvenes que hoy llegaron hasta el Parque Olímpico de la Juventud, en el barrio porteño de Villa Lugano. Ahí se habilitó una de las 28 sedes ...
Otro día de frío intenso no amedrentó a los 5930 jóvenes que hoy llegaron hasta el Parque Olímpico de la Juventud, en el barrio porteño de Villa Lugano. Ahí se habilitó una de las 28 sedes del país en las que un total de 13.476 profesionales inscriptos pudieron presentarse a rendir el examen que cada año permite competir por los cupos del sistema de residencias en medicina, bioquímica y enfermería, además de subespecialidades.
A partir de las 7, hora en que se abrieron las puertas del predio, empezaron a ingresar los postulantes solos, en grupos y, algunos, acompañados de familiares, que quedaron a la espera a la redonda del pabellón donde se realizó la evaluación.
Este año, con los aspirantes a ingresar a las vacantes en hospitales y centros que dependan de la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires (Concurso Unificado) se ensayará un cambio en el puntaje final –que considera el resultado del examen y el promedio de la carrera– para definir el orden de mérito en el ranking que les permite elegir en qué instituciones seguir su formación de posgrado. Se sumará un adicional de 5 puntos para los que se hayan graduado en universidades argentinas, sean argentinos o extranjeros.
El cambio se publicó en el Boletín Oficial esta semana y lo aplicará el Ministerio de Salud de la Nación para los residentes que ingresen en septiembre a los hospitales gestionados por esa cartera, así como los ministerios de Salud porteño y bonaerense para sus sistemas de residencias en hospitales y centros de salud comunitaria. La Provincia, que inicialmente había rechazado el cambio de fórmula, anticipó ayer a LA NACION que también lo aplicará.
“Todo fue mal planteado, sin discusión con las otras jurisdicciones que participan del concurso unificado y a una semana del examen. Si bien no estamos de acuerdo y creemos que no resuelve los problemas que hoy hay, lo aceptamos para no perjudicar y confundir a los miles de estudiantes que rinden mañana ”, argumentaron desde el equipo de Nicolás Kreplak. En la provincia, se habilitaron para el examen tres sedes en La Plata, Pergamino y Bahía Blanca para 1474 inscriptos en esa jurisdicción, que este año ofrece cubrir 2287 cupos en todas las especialidades.
La prueba fue simultánea en todas las sedes del país. En el pabellón América del Parque Olímpico de Villa Lugano, este año se presentaron a rendir 1500 egresados de carreras de ciencias de la salud más que el año pasado, tanto para los cupos en todas las especialidades médicas como en las subespecialidades (residencias posbásicas, que se pueden seguir una vez completada la residencia básica). En la sede del Correo Argentino, en Barracas, rindieron los postulantes para las vacantes en enfermería y bioquímica más todas las disciplinas restantes del equipo de salud.
“El examen de este año tuvo una gran convocatoria. En el examen en este predio, que organiza la Ciudad, están rindiendo 5930 postulantes, en su gran mayoría médicos de especialidades básicas y para residencias posbásicas multidisciplinarias”, dijo en diálogo con este medio Andrea Andreacchio, directora general de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional del Ministerio de Salud porteño y responsable de la sede. “Esperamos que de acá salgan los nuevos profesionales que van a ser la base del sistema de salud”, agregó.
Los postulantes al Examen Único tienen cuatro horas para completar la evaluación, de respuesta por multiple choice. Pueden ingresar a las sedes hasta que se anuncia que, en algún punto del país, se entregó el primer examen. Eso hoy ocurrió a las 10.09, justamente en la sede de Villa Lugano. Como el año pasado, abrió el examen Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, junto con Alejandro Vilches, secretario de Gestión Sanitaria del Ministerio de Salud nacional.
Cambio de fórmulaEn los últimos meses, dos médicas –que hoy rindieron el examen– colaboraron con un economista argentino que trabaja en el Departamento de Economía de la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, que analizó los datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación sobre los resultados de los exámenes de ingreso a las residencias de estos años. Indagó cómo influía en el orden de mérito las diferencias en el sistema de calificación entre las universidades de otros países de la región y la Argentina. En dos reuniones en la cartera sanitaria nacional, mostraron esos datos y argumentaron en qué consistían las desventajas. Así se llegó al anuncio oficial hace dos semanas.
“Los resultados muestran que el sistema actual beneficia arbitrariamente a los postulantes formados en el exterior. Esto se debe a que los postulantes egresados de universidades extranjeras suelen registrar promedios académicos más altos, producto de las diferencias en los criterios o las escalas de calificación –concluyó Gonzalo Ballestero, autor principal del estudio, al que accedió LA NACION–. Se recomienda implementar un factor de ajuste que considere la integración de trayectorias educativas heterogéneas. Sin una corrección institucional, el sistema seguirá penalizando a los profesionales de la salud formados en universidades nacionales”.
Este año, como en los anteriores, uno de cada tres postulantes es extranjero. Se inscribieron, en total, 13.476 profesionales. Solo en medicina, de los 7277 candidatos inscriptos 4853 tenían título otorgado por universidades argentinas y 2424, título homologado de universidades extranjeras, en su gran mayoría de la región.
Hubo, de acuerdo con estadísticas de la Dirección Nacional de Talento Humano, un 5% más de inscriptos habilitados para rendir la prueba que da acceso a 7687 vacantes para para todas las especialidades en las jurisdicciones, universidades e instituciones privadas que nutren sus residencias a través del Examen Único. Eso incluye los 3390 cupos de medicina específicamente en el Concurso Unificado (Nación, Ciudad y Provincia), los centros privados y la Universidad de Buenos Aires.
Este aumento se da en medio de la tendencia creciente en los últimos años de cupos que quedaban sin cubrir por la falta de incentivos para hacer la residencia y, también, la demanda que llevan adelante residentes a lo largo del país -y que se reactivó en el último año- por un aumento de las remuneraciones.
A la salida, la mayoría de los postulantes con los que dialogó LA NACION coincidieron en que las 100 preguntas de la prueba estaban dentro de los contenidos aprendidos durante la carrera y, aun entre candidatos con título de universidades extranjeras, tuvo buena aceptación el cambio de fórmula para definir el orden de mérito final.
“No lo veo nada mal, pero como extranjero ahora no hay tanta ventaja como antes”, dijo César León, médico egresado de la Universidad Técnica Particular de Loja (UPTL), de Ecuador. “Los 5 puntos equivale a unas 10 preguntas del examen, que no es tanto, aunque, claro, todo ayuda –continuó y rio–.Se necesita una buena nota, en realidad. De eso se trata esto”. Sobre el examen, sostuvo que “fue fácil” y sobre “casi todos los temas sabidos”. Si su lugar en el ranking le permite, elegirá un cupo para hacer la residencia en hematología en el Hospital de Clínicas.
Lucila Fontana, médica egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), buscará una vacante para cirugía general en el Hospital Enrique Erill, de Escobar, del sistema de residencias de ese municipio bonaerense con la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA. Contó que pudo responder las 100 preguntas y que estuvieron “acorde” con lo que había estudiado. Opinó que la decisión de cambiar la ecuación para definir el orden de mérito “estuvo bien” porque no tuvo en cuenta la nacionalidad, sino dónde se otorgó el título. “No es una medida xenófoba. Los profesionales egresados en el exterior vienen a hacer la residencia y se van. Así que está bien que nos prioricen a todos los que cursamos la carrera en universidades del país”, indicó la médica.
María Fernanda Pereira acababa de entregar su examen. En menos de dos horas, pudo responder todas las preguntas, según afirmó. Con un cansancio visible que atribuyó a la preparación para rendir, que todos suelen intensificar en las semanas previas con la bibliografía indicada, aseguró que el contenido era “accesible y acorde a los temas de estudio de las universidades públicas”. Con el resultado, buscará su vacante en anestesiología, sin preferencias por la institución que ofrezca cupos en la especialidad. “Estoy de acuerdo con el cambio para definir el puntaje para el orden de mérito. Me parece justo para los que estudiamos acá”, juzgó.
Farid Sánchez es colombiano y lleva 15 años en el país. “Solo me falta la nacionalidad”, bromeó. Estudió medicina en la Fundación Barceló y se especializará en cirugía general; le gustaría hacerlo en el Hospital Tornú, en la ciudad, o en el Hospital Castex, en San Martín, provincia de Buenos Aires. Las preguntas estuvieron dentro de lo que esperaba, sobre vacunas, pediatría, epidemiología, entre otros temas más. Aun siendo extranjero, dijo estar de acuerdo con la forma en que se computará el puntaje final del Examen Único. “Se reconoce el mérito a los que se formaron en el país, no a los que vienen a hacer una especialidad y se van. Esto valora la mano de obra local al limitar de algún modo el cupo para beneficiar a los profesionales que se quedan”, expresó.
Para Camilo Barbosa, médico egresado de la Universidad de Santander (UDES), en Colombia, en el examen le fue “bien” para acceder a un cupo de radiología. Como otros colegas formados en el exterior y que optaron por la Argentina para seguir una especialidad en un sistema de residencias rentado, coincidió en que el cambio para estimar el puntaje final “está bien” porque empieza a tener en cuenta a los egresados argentinos. “El nacional debería tener un porcentaje mayor de cupos en las residencias. Quizás se podría haber encontrado otra forma de hacerlo, en lugar de sumar puntos”, planteó.
A las 13, al cumplirse las cuatro horas previstas para completar el examen, los más rezagados empezaron a entregar sus respuestas. Fuera del pabellón, familiares, amigos y grupos de colegas los esperaban al sol, como durante toda la mañana.