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La presentación de Leandro Paredes en la Bombonera, el hogar al que lleva tatuado y donde todo empezó

Leandro Paredes ya está en la Argentina. Pasó la revisión médica, firmó su contrato y recorrió por primera vez el predio de Ezeiza, ese espacio que no conoció como jugador, pero que ahora lo...

La presentación de Leandro Paredes en la Bombonera, el hogar al que lleva tatuado y donde todo empezó

Leandro Paredes ya está en la Argentina. Pasó la revisión médica, firmó su contrato y recorrió por primera vez el predio de Ezeiza, ese espacio que no conoció como jugador, pero que ahora lo...

Leandro Paredes ya está en la Argentina. Pasó la revisión médica, firmó su contrato y recorrió por primera vez el predio de Ezeiza, ese espacio que no conoció como jugador, pero que ahora lo recibe con los brazos abiertos. Sin embargo, el momento más fuerte llegará este jueves, cuando suba los últimos escalones del túnel que da al campo de juego y levante la mirada. Ahí, con la Bombonera llena y los hinchas coreando su nombre, va a sentir –como si hiciera falta– que habrá vuelto al lugar donde siempre quiso estar.

Porque Paredes lleva a la Bombonera tatuada en la piel, en el alma, en el corazón. Porque vuelve a la cancha donde debutó a los 16 años, donde marcó cinco goles como profesional, donde jugó su último partido antes de partir a Europa. Donde soñó con ser Román Riquelme, y a donde ahora llega con la madurez y la experiencia que le dieron Roma, PSG, Juventus y la selección argentina. No es solo un regreso: es un reencuentro con su historia, con su gente y con las ganas de vivir lo que, en ese mismo rincón del mundo, alguna vez apenas pudo empezar.

El divertido video con el que Boca le da la bienvenida a Paredes

La historia comenzó un sábado por la noche, el 6 de noviembre de 2010. Boca se enfrentó con Argentinos Juniors en la Bombonera. Claudio Borghi, suspendido, miró desde un palco; en el banco estaba su ayudante, Norberto Batista. Entre los suplentes, un pibe flaco de Caballito con la camiseta 20. Ese día volvía Riquelme tras más de cinco meses de inactividad por sinovitis en la rodilla izquierda. A los 16 años, cuatro meses y ocho días, Paredes entró por Lucas Viatri y se convirtió en el segundo entre los futbolistas más jóvenes en debutar en la historia del club. El partido terminó 2 a 0 para el visitante, con goles sobre el final. Pero más allá del resultado, para él fue una noche soñada.

En esos primeros pasos, el vínculo con el estadio se volvió magnético. En tiempos en los que Riquelme alternaba lesiones y retornos, Paredes se transformó en uno de sus protegidos. “Es distinto”, opinaba Román, y cada tanto le dedicaba algún elogio público. El joven Leandro jugaba como enganche y empezaba a ocupar el centro de la escena. En 2012, ya con Julio Falcioni como director técnico, lució la camiseta número 10 en varios partidos. Boca le dio esa confianza y también una enorme responsabilidad. Y él la asumió como naturalidad: aun menor de edad, jugaba con soltura, como si la cancha fuera su casa.

Y lo era. Todos sus goles oficiales en Boca fueron marcados ahí: cinco tantos, cinco veces en la Bombonera. Los dos primeros, contra San Lorenzo, en un 3 a 1 de noviembre de 2012. Los dos siguientes, a Racing, también en un 3-1, tiro libre incluido. Y el último, a Tigre: el empate a los 40 minutos del segundo tiempo, antes del cabezazo in extremis de Cata Díaz para la victoria. De sus 31 partidos en la primera división argentina, 23 tuvieron lugar en la Bombonera. Además, estuvo en el banco en seis ocasiones más; la primera de ellas, la tarde en que Boca se consagró invicto en el Clausura 2011, una de las dos conquistas de Leandro en el club (la otra es la Copa Argentina 2012, aunque en ese torneo no llegó a sumar minutos).

En 2013, cuando tenía apenas 19 años, llegó la decisión que cambiaría su carrera: se fue en préstamo a Roma por 18 meses, y de allí recaló en Chievo Verona. En ese momento le costaba ganarse un lugar con Riquelme en la cancha y procuraba la continuidad que no encontraba en Boca. Más adelante, Roma hizo uso de la opción de compra y pagó 4,5 millones de euros por su pase. La última actuación antes de emigrar de Boca también fue en la Bombonera: una derrota por 2 a 0 frente a All Boys. Una despedida sin luces, en un escenario muy distinto al que lo recibirá este jueves.

Paredes jamás sintió ese adiós como definitivo. “Siempre voy a volver”, prometía desde Europa. Mientras hacía carrera en Italia, en Rusia (un año y medio en Zenit), en Francia, tanto como cuando compartía equipo con Messi en PSG y en la selección, la Bombonera lo acompañaba. Y no solo en la memoria. En octubre de 2022, antes del Mundial de Qatar, Paredes se hizo tatuar la Bombonera en el pecho, por el italiano Valentino Russo. La imagen muestra a un niño de espalda que va caminando con la camiseta número 5 por la vía que conduce directamente al estadio, pelota pegada al pie.

En varias entrevistas, Paredes dijo que su sueño era que sus hijos, Victoria (12 años), Giovanni (9) y Lautaro (3 meses), lo vieran jugar en la Bombonera. No en Europa, no en el Parque de los Príncipes, no en el Olímpico de Roma. En la Bombonera. Rodeado por papelitos, banderas y tribunas colmadas. Como él lo vivió cuando era chico. Como lo soñó siendo grande. Lo hizo con la camiseta de la selección, pero no fue lo mismo que hacerlo con la de Boca.

Ese deseo, al fin, está a punto de cumplirse, a los 31 años. Este jueves a las 18, Paredes será presentado oficialmente en la Bombonera. El club abrirá las puertas a socios –tendrán prioridad– y no socios, con entrada gratuita, como lo hizo en otras ocasiones con Carlos Tevez (2015) y Edinson Cavani (2023). Habrá música y videos de Paredes en las pantallas, para dar la bienvenida a un campeón del mundo que eligió volver a las raíces.

Paredes llegó a Buenos Aires este miércoles por la mañana. Lo esperaban una comitiva oficial de AFA y un puñado de hinchas que, a pesar de la hora, quisieron hacerle un recibimiento. Desayunó en el predio de la selección y pasó la revisión médica en una clínica de Barracas, frente a Parque Lezama, a apenas mil metros de la Bombonera. “Estoy muy contento”, llegó a decir al ingresar al lugar donde se sometió a los estudios. Este jueves hablará no ante la prensa sino frente a una multitud de hinchas que, seguramente, encontrarán cualquier excusa para salir un poco antes de sus trabajos y verlo otra vez en el estadio.

Por la tarde se trasladó al complejo de Boca en Ezeiza, donde fue recibido por Riquelme y Miguel Russo. En ese encuentro se cerró un círculo. El ídolo que lo apadrinó cuando él tenía 16, el que siempre resaltó su calidad y su personalidad, ahora le entregaba el mando desde otro rol. Paredes ya no es el pibe que heredaba la camiseta 10, sino un jugador con todas las letras que llega para calzarse la 5 y conducir a Boca desde el mediocampo. Un líder silencioso que tomará las riendas de la reconstrucción futbolística del club tras dos años vacíos de trofeos y el tropiezo en el Mundial de Clubes.

Paredes vuelve a la Bombonera con la camiseta que siempre quiso. Ahora, su desafío es ayudar a Boca a volver a ganar, como en aquellos viejos buenos tiempos que vivió de chico y que lleva grabados bien cerca del corazón.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/la-presentacion-de-leandro-paredes-en-la-bombonera-el-hogar-al-que-lleva-tatuado-y-donde-todo-empezo-nid10072025/

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