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La Selección se enfrenta con Ecuador en un clima extremo en la cancha y en las tribunas: calor, humedad y presión sobre Beccacece

GUAYAQUIL.- (Enviado especial). Desde el Malecón Simón Bolívar, en la costanera sur, el teleférico que une Guayaquil con Durán, de cuatro kilómetros de extensión, se pierde a medida que las ...

La Selección se enfrenta con Ecuador en un clima extremo en la cancha y en las tribunas: calor, humedad y presión sobre Beccacece

GUAYAQUIL.- (Enviado especial). Desde el Malecón Simón Bolívar, en la costanera sur, el teleférico que une Guayaquil con Durán, de cuatro kilómetros de extensión, se pierde a medida que las ...

GUAYAQUIL.- (Enviado especial). Desde el Malecón Simón Bolívar, en la costanera sur, el teleférico que une Guayaquil con Durán, de cuatro kilómetros de extensión, se pierde a medida que las cabinas se alejan, producto de la neblina que flota sobre el río. Detrás, la cumbre del Cerro Santa Ana, el punto más alto de la provincia de Guayas, se diluye entre la bruma que atenúa el tono de su vegetación. Este martes, la ciudad amaneció con un aire pesado y húmedo que anticipa un nuevo desafío para la selección argentina: jugar en condiciones climáticas adversas, algo que ya sufrió en otros partidos y que complicó bastante su juego.

En estas eliminatorias sudamericanas, cada cancha tiene su propia particularidad y cada país impone sus exigencias como si fuera un partido de tenis: algunas canchas son rápidas, otras lentas; algunas cansan mucho por el calor, la altura o la lluvia; y la gente siempre hace sentir su presencia. Argentina lo sabe bien: sufrió en el infierno de Barranquilla, donde perdió 2 a 1 con un calor extremo y un estadio lleno de presión; y en Maturín, Venezuela, donde la lluvia hizo que la cancha se volviera pesada y difícil de jugar, terminó empatando. El equipo de Lionel Scaloni afrontará en Guayaquil un desafío distinto: calor pegajoso, aire pesado y un escenario lleno hasta la última butaca.

Históricamente, visitar Ecuador implicaba un obstáculo extra por la altura de Quito, situada a 2850 metros sobre el nivel del mar. Con la llegada de Sebastián Beccacece, la Tri fue trasladando de a poco su localía al Monumental Banco Pichincha de Guayaquil, el estadio de Barcelona. Las razones son tres, y dos de ellas están vinculadas con el clima. En primer lugar, la convocatoria en la ciudad costera suele ser mucho mayor que en la capital: el Monumental recibe casi 60.000 espectadores, mientras que el Olímpico de Atahualpa apenas supera los 35.000. Además, muchos de los jugadores que integran la selección ecuatoriana se desempeñan en Europa y requieren tiempo de adaptación a la altura, algo innecesario en Guayaquil, que está a apenas cuatro metros sobre el nivel del mar, incluso menos que Buenos Aires (25 metros). Con el pasaje al Mundial ya asegurado, Beccacece decidió recibir a Brasil -igualó sin goles- y a Argentina en Guayaquil, buscando medir fuerzas frente a las grandes potencias del continente sin el aditivo del factor climático. “No apostar al debilitamiento del rival, sino al fortalecimiento del equipo”, explicó el entrenador. Sin embargo, la Perla del Pacífico también tiene sus dificultades y será una complicación adicional para el conjunto de Scaloni.

En octubre pasado, Julio César Baldivieso, histórico de la selección boliviana, y algunos medios de su país calificaron como “desagradable”, “criminal” e “inhumano” jugar bajo las altas temperaturas de Guayaquil. Por aquel entonces, la ciudad enfrentaba una crisis energética y se realizaban apagones programados que podían poner en duda el funcionamiento de los aires acondicionados. Al final, Ecuador se impuso con claridad: goleó 4 a 0, con tres tantos marcados en el primer tiempo.

Argentina llega a Guayaquil con la experiencia de haber jugado en condiciones extremas. En Barranquilla tuvo un partido de mucho desgaste, con casi 35ºC de térmica, y perdió ajustadamente 2 a 1. En Maturín, Venezuela, le tocó un partido complicado en un campo anegado por la lluvia, donde era muy difícil mantener el equilibrio. Ese día se vio a Messi contrariado, intentando en todo momento llevar la pelota pegada al pie sin que quedara clavada en un charco. En ninguno de los dos casos la selección pudo desplegar su juego ni conseguir la victoria. Para este martes, en Guayaquil se esperan 30ºC a la hora del partido, que será a las 18, con una leve posibilidad de lluvias y una humedad del 75%.

Para colmo, aunque Argentina y Ecuador ya están clasificados, se espera un partido intenso. Son selecciones fuertes, dinámicas y con mucho despliegue físico, tanto para recuperar la pelota como para salir rápido de contra. El clima en Ecuador está pesado, y no solo por el calor: el lunes hubo un banderazo frente al hotel de concentración del equipo, donde se cantó por la salida de Sebastián Beccacece. La selección lleva cuatro 0 a 0 consecutivos y preocupa la falta de juego y de gol. Scaloni, atento a esta situación, tiene pensado mover varias piezas: además de los ingresos de Gonzalo Montiel por Nahuel Molina, Lautaro Martínez por Messi y el reemplazo obligado de Leonardo Balerdi por el suspendido Cristian Romero, tal vez disponga algún ajuste más en la mitad de la cancha, zona clave en partidos de este tipo.

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Acompañada por un centenar de hinchas que viajaron desde distintas partes del país y que este lunes recibieron a la selección con bombos, banderas y trompetas, Argentina buscará ponerle el broche a unas eliminatorias casi perfectas y, de paso, superar la barrera de los 40 puntos, algo que solo logró el equipo de Marcelo Bielsa en la previa del Mundial de Corea y Japón 2002. Solo tuvo un bajón en los partidos fuera de casa contra Colombia, Venezuela y Paraguay, pero luego volvió a imponerse, mostrando por qué, a pesar de las adversidades, sigue siendo, para la FIFA y para el mundo del fútbol, la mejor selección del planeta.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/la-seleccion-se-enfrenta-con-ecuador-en-un-clima-extremo-en-la-cancha-y-en-las-tribunas-calor-nid09092025/

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