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León XIV, el Papa tenista que valora la amistad: “Tengo ganas de volver a jugar”

La historia reciente de la Iglesia Católica sumó un nuevo capítulo con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como sucesor de Jorge Mario Bergoglio. A sus 69 años, el n...

León XIV, el Papa tenista que valora la amistad: “Tengo ganas de volver a jugar”

La historia reciente de la Iglesia Católica sumó un nuevo capítulo con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como sucesor de Jorge Mario Bergoglio. A sus 69 años, el n...

La historia reciente de la Iglesia Católica sumó un nuevo capítulo con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como sucesor de Jorge Mario Bergoglio. A sus 69 años, el nuevo Pontífice adoptó el nombre de León XIV, en homenaje al papa León XIII, conocido por su mirada moderna y su encíclica Rerum Novarum, que abordó por primera vez la cuestión social y los derechos de los trabajadores.

Pero, más allá de la expectativa geopolítica y teológica que genera siempre la llegada de un nuevo Pontífice, surgió un dato inesperado despertó empatía y curiosidad entre fieles y medios: el nuevo Papa es un apasionado del tenis.

“Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista”, reveló entre risas en una entrevista publicada por augustinianorder.org, mucho antes de ser electo como el Papa número 267 en la historia de la Iglesia.

Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, en el seno de una familia de raíces multiculturales: su padre era francés y su madre de ascendencia española. Criado en un entorno católico, ingresó a la Orden de San Agustín a los 21 años y fue ordenado sacerdote en 1982. Sus estudios incluyeron Teología en Roma y Matemáticas en Estados Unidos, formación que combinó con una marcada vocación pastoral.

Pocos años después de su ordenación, fue enviado como misionero a Trujillo, Perú, donde vivió durante casi dos décadas y desarrolló una intensa labor social, educativa y espiritual. Allí, además de su compromiso con los más necesitados, también cultivó su gusto por el tenis.

“Desde que dejé Perú tuve pocas ocasiones de jugar, así que estoy deseando volver a las canchas, aunque mi nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre para ello hasta ahora”, contó con simpatía en una entrevista brindada al arzobispo emérito de Chiclayo en septiembre de 2023.

En 2015, el papa Francisco lo eligió como obispo de Chiclayo, al norte del Perú, donde su figura fue muy valorada por la cercanía con los fieles y su estilo de vida sencillo. En 2020, ya en Roma, fue designado por el propio Bergoglio como prefecto del Dicasterio para los Obispos, un cargo de enorme influencia en la estructura de la Iglesia, encargado de nombrar y supervisar a los obispos de todo el mundo.

Su llegada al Vaticano no apagó su espíritu comunitario. De hecho, en entrevistas recientes Prevost definió su vida como “una búsqueda constante del otro” y defendió la espiritualidad vivida en comunidad. Como buen agustino, resaltó el valor del diálogo y la amistad como pilares de la fe.

“Descubrir el don que es la amistad nos remite al mismo Jesús. Tener la capacidad de desarrollar amistades auténticas en la vida es hermoso. Y creo que ese es uno de los dones más maravillosos que Dios nos ha dado”.

A diferencia de su antecesor, el argentino Francisco —fanático declarado de San Lorenzo y del fútbol—, León XIV muestra un perfil más contemplativo, con afinidad por deportes individuales como el de las raquetas. La noticia de que su deporte favorito es el tenis se viralizó en las horas posteriores a su proclamación, humanizándolo aún más ante los ojos del mundo.

“Me gusta mucho leer, dar largos paseos, viajar, conocer sitios nuevos y disfrutar del campo en un entorno diferente. Disfruto relajándome con amigos y conociendo a gente tan variopinta de cuyos dones aprendo y aprecio sobremanera”, agregó en esa misma charla, pintando un retrato de un hombre curioso, espiritual y sencillo.

La elección del primer Papa estadounidense en la historia representa un cambio significativo para la Iglesia Católica. León XIV no sólo tiene un profundo conocimiento de América Latina, sino también una sensibilidad especial hacia los pueblos en situación de vulnerabilidad, producto de su larga experiencia misionera en Perú. Además, su elección del nombre León —el primero en más de un siglo— sugiere una intención de renovación con raíces firmes en la tradición.

Su pasión por el tenis, lejos de ser un simple dato de color, expresa también una dimensión más íntima: la necesidad de equilibrio, de introspección, de superación personal. En un mundo donde el vértigo marca el ritmo, León XIV parece ofrecer una espiritualidad serena, centrada en el encuentro humano, la escucha y la amistad.

Así, el Papa con raqueta en mano y corazón latinoamericano comienza su pontificado desde Roma, con el desafío de guiar a más de mil millones de católicos. Y quizás, con la esperanza de volver a sacar y volear, aunque sea de vez en cuando, para no olvidar que la fe, como el tenis, también se juega punto por punto.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/tenis/leon-xiv-el-papa-tenista-que-valora-la-amistad-tengo-ganas-de-volver-a-jugar-nid08052025/

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