Los árbitros y un escenario que se repite: fallos polémicos y falta de criterio alimentan las discusiones
Cuatro fechas se jugaron del torneo Clausura 2025 y el eje se reproduce: los árbitros y sus fallos captan la atención, cuando el manual del fútbol señala que los encargados de impartir justicia...
Cuatro fechas se jugaron del torneo Clausura 2025 y el eje se reproduce: los árbitros y sus fallos captan la atención, cuando el manual del fútbol señala que los encargados de impartir justicia en un partido deben pasar desapercibidos. Los dictámenes polémicos se replican y la ausencia para medir con igual rigurosidad la misma acción provoca confusión y descreimiento.
Las controversias son expuestas por las cámaras de televisión y el VAR, la herramienta que la FIFA impuso para corregir errores técnicos y disciplinarios, pero que se convirtió en un instrumento que ante la manipulación perdió credibilidad. Las líneas trazadas no cumplen la función de despejar dudas, más bien las aumentan; los árbitros VAR en oportunidades hunden a quienes están en el campo de juego y el cambio de protocolo, con la comunicación al público de las sanciones que son revisadas por la tecnología, expone escenas absurdas.
Con la figura de Federico Beligoy desgastada y apuntada desde hace años a causa del desempeño cada vez más gris, el arribo de Fernando Rapallini para apuntalar al Director Nacional de Arbitraje desde mayo pasado por el momento no logra recuperar la fiabilidad. El nuevo Gerente Técnico Arbitral explicó en una jornada con los medios el trabajo que realizaron los árbitros en el último campamento de invierno –antes del comienzo del torneo Clausura–, donde la psicología deportiva, el uso de las redes sociales, integridad y ética, mindfullnes, meditación, liderazgo y trabajo en equipo fueron los trazos salientes de la actividad de los referees. El campo, el territorio, revela que las capacitaciones –también las reglamentarias y las asociadas con la tecnología– no son acompañadas con los desempeños que despiertan la irritación en un fútbol en el que la impaciencia de los protagonistas –jugadores y cuerpos técnicos– y del público apenas necesita de una chispa para encenderse.
Las ayudas arbitrales no distinguen colores. Barracas Central y Riestra, por pasado y presente, tienen la lupa encima. “El gol nos afectó. No creo que estuviera alevosamente adelantado, con la tecnología de hoy tendría que haber saltado”, señaló Mariano Charlier, el DT de Aldosivi, tras perder 3-1 con el Guapo en el estadio Claudio Chiqui Tapia, el actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. El primero de los dos goles de Facundo Bruera, el que abrió el marcador, encendió el debate: el trazado de líneas –Luis Lobo Medina fue el árbitro VAR– generó recelo. “No tengo mucho para opinar, no soy especialista en arbitraje. En la actualidad sobra gente para eso”, disparó el entrenador de Barracas, Rubén Insua.
Puntero de la Zona A, con tres triunfos y un tropiezo, el estreno con Racing tuvo un desenlace agitado: del gol anulado a Adrián Maravilla Martínez a la sanción de un penal para Barracas. “Las imágenes son elocuentes: hay una acción imprudente”, sentenció el árbitro Nicolás Lamolina, que en la fecha siguiente quedó atrapado por otra acción cuestionada en San Lorenzo y Gimnasia. El Ciclón reclamó penal por una mano de Pedro Silva Torrejón; la árbitra VAR, Salomé Di Iorio, no convocó al juez de campo para revisar la jugada. Lamolina fue parado en la 3ª fecha y retornó el viernes en Lanús ante Talleres.
El gol anulado a Racing provocó una reacción desmedida del DT Gustavo Costas, que fue expulsado y en redes sociales pidió disculpas por el comportamiento. El sábado, ante Boca (1-1), volvió a quejarse, pero por el desempeño de Nicolás Ramírez. “Ustedes vieron que no fue falta la del tiro libre . No es que lloramos, pero ya nos había pasado con este árbitro contra Independiente, que nos cobró 18 faltas contra dos. Es así, te van metiendo y metiendo. Sabíamos que podía pasar y como siempre decimos: para ganar tenemos que hacer dos o tres goles”, se descargó en la rueda de prensa.
El clásico entre Independiente y River estuvo signado por acciones al límite: con la ayuda del VAR –actuó Jorge Baliño– el árbitro Nazareno Arasa invalidó de modo correcto tres goles, pero el choque fuera del área de Franco Armani sobre Walter Mazzanti agitó los ánimos en el Rojo. “Para mí fue falta, nunca quiere jugar la pelota y va al choque”, dijo el DT Julio Vaccari. La Dirección Nacional de Arbitraje (DNA) respaldó al juez: “Correcta decisión. No falta, disputa legal por el balón. Choque hombro con hombro sin configurar falta. Regla XII”, expuso en redes sociales la DNA de la AFA.
Arasa quedó apuntado por la no intervención del VAR –José Carreras fue el designado– en una infracción del arquero Agustín Marchesín (Boca) sobre Valentín Fascendini (Unión). Los Tatengues descargaron la bronca en la siguiente fecha, ante Tigre: por orden del VAR –actuó Darío Herrera–, el juez de campo Bryan Ferreyra anuló un gol de Lucas Gamba –por falta previa de Cristian Tarragona sobre Ramón Arias–; “Observo que hay infracción del jugador número blanco 25 (sic); anulo el gol y voy con falta”, anunció públicamente Ferreyra. La carga resultó similar a la que recibió Fragapane en el área, pero la escena no se revisó y en Unión estallaron por la doble vara con la que se midieron las faltas.
La rivalidad entre Newell’s y Rosario Central agregó el capítulo de las polémicas arbitrales. El árbitro Pablo Dóvalo sancionó penal de una falta inexistente de Daniel Barrea (Godoy Cruz) contra Alejo Véliz; anotó Di María en su regreso al futbol argentino. El sábado, en Tucumán, Atlético reclamó tras el gol anulado a Leandro Díaz por supuesta infracción sobre Enzo Giménez que cobró el árbitro Fernando Echenique. “Ladrones de mierda”, se leyó de los labios del autor del tanto del Decano.
Desde la vereda de enfrente se discutió la expulsión de Luca Regiardo ante Central Córdoba de parte de Andrés Merlos, que recibió el impacto de un proyectil al revisar una jugada al monitor del VAR; el árbitro solo amonestó y no fue invitado por Silvio Trucco -responsable en el VAR- a mirar la infracción tras un pisotón de Ever Banega sobre Fernando Juárez. “No siempre es culpa de los hinchas”, la declaración desafortunada del DT Cristian Fabbiani, por la agresión a Merlos.
En Florencio Varela, anoche Riestra desperdició la oportunidad de treparse a lo más alto de la tabla de posiciones del la Zona B. Una mano dentro del área del capitán Milton Céliz, la acción que Fernando Espinoza revisó ante la convocatoria de Lucas Novelli -árbitro VAR- y que motivó el penal que transformó en gol Abiel Osorio. El atacante luego fue expulsado, por doble amonestación, al simular una supuesta agresión de David Barbona; la primera tarjeta amarilla la recibió por quitarse la camiseta en el festejo del gol.
El Malevo en dos de las tres presentaciones anteriores estuvo enredado por las controversias. “Cuando hay un equipo del poder, dirige Mastrángelo“, apuntó Lautaro Acosta (Lanús). El reclamo se concentró tras una acción de Sasha Marcich, que recibió un cambio de frente de Marcelino Moreno y cabeceó una pelota dentro del área que impactó en el brazo izquierdo de Rodrigo Gallo. Tanto el juez como Fernando Echenique en el VAR, decidieron seguir con el juego. “Dejate de joder, Hernán (Mastrángelo). Cobren para todos igual”, se quejó Carlos Izquierdoz. “Hay que estar atento a todo. Saber qué hay árbitros que dirigen ciertos partidos. Hay que estar más atentos de lo normal. Es un referí complicado, pero bueno, nada, depende quién lo necesite, dirige Hernán...”, amplió el Laucha Acosta.
Con Atlético Tucumán, Merlos obvió una agresión de Braian Guille sobre Miguel Brizuela y desde el VAR Sebastián Zunino dejó que el juego continuara. La herramienta se utilizó en el segundo tiempo, para revisar un penal a favor del Malevo y revertir el fallo del árbitro de campo. “Se encuentran con un penal que, ante la duda, sabíamos que lo íbamos a tener en contra”, la sospecha del correntino Marcelo Ortíz.
En cuatro fechas, y con los árbitros bajo la lupa, el fútbol argentino se inundó de hastío, controversias y discusiones.