Luego de que Milei dijo que evalúa promover a Santiago Caputo, se exacerba la disputa por los lugares en el Gobierno
Por primera vez, el presidente Javier Milei reconoció anoche que su asesor todoterreno Santiago Caputo podría incorporarse de manera formal al Gabinete nacional después de las elecciones legisla...
Por primera vez, el presidente Javier Milei reconoció anoche que su asesor todoterreno Santiago Caputo podría incorporarse de manera formal al Gabinete nacional después de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Si bien evitó dar precisiones en torno a qué funciones o en qué ministerio podría asumir, el Presidente deslizó que evalúa ofrecerle un cargo público a Caputo, quien hasta ahora trabajó como tercerizado, con un contrato de monotributista por sus servicios profesionales.
La confirmación de que Milei contempla sumar a Caputo al nuevo elenco de ministros para encarar sus dos últimos años de mandato agravó la disputa por el poder que atraviesa al gobierno. El eventual ascenso de Caputo, miembro del “triángulo de hierro” y uno de los habitantes más influyentes de la Casa Rosada, inquieta a los detractores internos del consultor, como Martín y Lule Menem, integrantes del primer anillo de confianza de Karina Milei, y coloca en una situación incómoda, sobre todo, al jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
La relación política y personal entre el ministro coordinador y el influyente consejero presidencial se ha ido deteriorando con el paso del tiempo. El último cortocircuito público se produjo hace apenas una semana cuando Francos explicitó su malestar con Caputo por resistirse a “asumir responsabilidades”. En concreto, le recriminó elípticamente al asesor que se deslinde de poner la firma en proyectos, resoluciones, decisiones administrativas o decretos del Gobierno, algo que lo exime de dar explicaciones o lo blinda de futuras complicaciones en la Justicia.
Caputo tomó nota, pero prefirió no responderle a Francos, con quien tiene diferencias cada vez más profundas respecto del manejo de los resortes del poder. El colaborador de Milei interpretó las palabras del jefe de Gabinete como un “apriete” y sospecha que el exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) intenta desgastarlo para empujar su salida del Gobierno. “Guillermo no acepta que Santiago sea parte del ‘triángulo de hierro’ y él, no”, remarca un colaborador presidencial.
El hartazgo de FrancosFrancos ya no oculta su hartazgo, como consignó LA NACION. “Estaría mejor en mi casa que acá”, suele decir a quienes lo visitan en su despacho. Ser el rostro amigable de la gestión de Milei para defender o explicar medidas antipáticas ante la opinión pública lo fue desgastando, últimamente con más estrépito. Fue blanco de la oposición por el decreto con la promulgación y suspensión de la ley de emergencia en discapacidad. Y hace poco quedó envuelto en cuestionamientos internos después del cortocircuito con EE.UU. por la relación con China. Su vieja pelea con Mauricio Claver-Carone en el BID también lo alejó de las conversaciones con la administración de Trump. No obstante, el martes salió a respaldar a Milei después del terremoto en los mercados por los dichos del presidente de EE.UU., quien condicionó el auxilio financiero al resultado electoral. “Con Caputo hay un choque de estilos, hacen política de manera diferente y él no acepta que no se haga responsable y no ponga la firma en decisiones que se toman al más alto nivel”, señalan quienes conocen a Francos.
Los tentáculos de Caputo llegan a la mayoría de los rincones del poder de Milei: manejan desde la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y los Ministerios de Justicia o Salud y la secretaria de Legal y Técnica hasta la exAFIP, áreas clave en la estructura de YPF o la botonera para ejecutar las privatizaciones de empresas públicas. Su injerencia se incrementó después de la salida de Nicolás Posse, quien fue eyectado de Milei en plena interna con Caputo.
Ahora, el consultor también se siente fortalecido por el rol que asumió en la negociación con los Estados Unidos que le permitió a Milei conseguir el salvavidas financiero que le dio oxígeno para llegar con vida al test crucial en las urnas del 26 de octubre. El consejero de Milei, a través del lobbitsta Leonardo Scatturice y Barry Bennett, gestionó un canal paralelo con la Secretaría del Tesoro, a cargo de Scott Bessent, para que Donald Trump aprobara el salvataje que le permitió al Gobierno contener la corrida cambiaria.
Qué pide CaputoLa declaración que hizo el jueves a la noche Milei en el programa Esteban Trebucq en LN+ tomó por sorpresa al círculo íntimo del asesor todoterreno. Dicen que el asunto no se había hablado: ni entre ellos dos ni en las tertulias del “triángulo de hierro”. Y sospechan que el Presidente contestó de manera genuina. Karina Milei lo escuchó atentamente, detrás de cámaras, acompañada por Lilia Lemoine y Juliana Santillán. Pese a que levantó perfil en el último tiempo, sus leales aseguran que no está interesado en ocupar un cargo público. No lo descarta, pero tampoco lo busca, dicen fuentes de LLA. En concreto, Caputo hace hincapié en que la discusión central que debe activar Milei gira en torno a cuál debe ser la hoja de ruta para reconstruir la red de aliados -gobernadores y fuerzas parlamentarias afínes-.
Atentos a que LLA llega a la elección en una situación de extrema debilidad política, los leales a Caputo pretenden que Milei salde de una vez por todas la pelea interna entre los “celestiales” y los “territoriales”, que responden a los Menem y Sebastián Pareja, soldados de la hermana del Presidente. Y consideran que el jefe del Estado debe validar a un conductor para la interlocución política con Pro o los mandatarios provinciales.
El consultor intenta evidenciar ante los ojos del Presidente que la estrategia “equivocada” que aplicaron Karina Milei y los Menem para apurar la expansión partidaria de LLA puso en jaque el dispositivo político que le garantizaba la gobernabilidad en el Congreso y le generó turbulencias cambiarias y económicas. Por esa razón, presionan para definir cuál será el nuevo diseño del Gobierno antes de sentarse a discutir el cargo público para Caputo. “No se trata de que sigan los Menem o no, acá no podemos prescindir de nadie; el tema central es la hoja de ruta, la estrategia”, señalan. Después de la caída en Buenos Aires, mascullaron bronca. Atribuían la debacle a la “impericia política” de los Menem y de Sebastián Pareja, quienes controlaban la manija partidaria y seleccionaron los candidatos. Y entienden que Milei prefirió hacer cambios cosméticos y armar mesas políticas para licuarlos de poder a los Menem o Pareja para evitar una medida drástica.
Mientras un sector del Gobierno se conforma ahora con salvar la ropa en los comicios de medio término y conseguir las bancas que le permitan a Milei rearmar el tercio de “87 héroes” en Diputados para frenar leyes de la oposición, los referentes de “Las Fuerzas del Cielo” ponen énfasis en que el Presidente debe conseguir los votos que le garanticen la aprobación de los cambios de gran calibre que necesita la economía y que exige EE.UU. o el FMI: la reforma laboral y tributaria. Pese a que Milei atraviesa la peor crisis de su gestión, no se resignan. Creen que Milei ya debe mirar más allá del domingo electoral para recomponer el vínculo con los sectores más afines. En ese sentido, machacan con que Milei debe empoderar a un interlocutor político para validar su voz en las negociaciones.
“Hay que hacer todo lo necesario para tener la mayoría en ambas cámaras que nos permita llevar a cabo las reformas por las cuales la gente votó al presidente Milei en 2023”, remarca un influyente consejero del Gobierno.
Por eso, no reniegan de la posibilidad de que actores de peso de Pro, la UCR, como Rodrigo de Loredo, o el peronismo no kirchnerista e, incluso, representantes de Provincias Unidas, donde orbitan Maximiliano Pullaro, Gustavo Valdés, Martín Llaryora, Claudio Vidal e Ignacio Torres, puedan quedarse con áreas clave del Estado para restaurar los lazos y recobrar la confianza. Caputo también tiene diálogo con Carlos Rovira, el controller de la política en Misiones, o Gustavo Sáenz (Salta).
La relación con MacriOtro de los puntos que tensiona la relación entre Caputo y Francos es la interlocución con Mauricio Macri, titular de Pro. Después de la contundente derrota del 7 de septiembre en Buenos Aires, el jefe de Gabinete se puso al frente de las gestiones para volver a acercar a Milei y Macri. El expresidente valora su figura y destacó en la intimidad que Francos haya participado de sus dos últimas reuniones con Milei. En el segundo encuentro, estuvo Karina Milei, a quien Francos y Macri consideran una figura vital en la estructura de poder de LLA. No obstante, Caputo, que supo verse a solas con Macri después de los desencuentros en el amanecer de la gestión de Milei, estuvo ausente en esas conversaciones. “Guillermo quiso darle una solución al Presidente frente a la demanda de gobernabilidad, pero no puede atraer a los gobernadores”, remarcan en el sector de Caputo. Desde la jefatura de Gabinete intentaron apuntalar a Lisandro Catalán, ministro del Interior y mano derecha de Francos, en la discusión por la reforma de la ley que regula los DNU, donde el Gobierno consiguió una modificación clave en la votación en particular que dilató la sanción del proyecto.
Ayer, el consultor utilizó su cuenta en la red social “X” para respaldar el pedido de Macri para que el Gobierno haga una convocatoria al diálogo a la oposición constructiva después de la elección legislativa. “Esto que dijo Macri lo venimos planteando hace un año y medio, no es el oráculo; estamos de acuerdo, pero los cambios y las reformas las lidera Milei”, comentan en “Las Fuerzas del Cielo”.
El “Gordo Dan”, a quien Caputo no contempla desautorizar o deslegitimar, volvió a generarle un dolor de cabeza al asesor. Esta semana, tras la accidentada cumbre con Trump en la Casa Blanca, Parisini lanzó una ofensiva contra el canciller Gerardo Werthein. Durante su viaje por EE.UU. -no formó parte de la comitiva oficial, pero mantuvo reuniones colaterales vinculadas al escenario social, jurídico y político de la Argentina para atraer inversiones directas-, el asesor debió mediar para que no escalara el conflicto con Werthein. Caputo suele transmitir que Parisini no es su vocero y que las milicias digitales se mueven con autonomía. “Dan transmite lo que piensa la tropa orgánica de Milei en las redes. Se sube a la ola para no dejar de representar”, apuntan en la Casa Rosada.
Por ahora, Milei sabe que deberá cubrir tres vacantes en el Gabinete a partir de diciembre: Manuel Adorni (vocería), Patricia Bullrich y Luis Petri (Defensa). Aún no suelta prenda sobre cuáles serían sus elegidos. Eso sí: Bullrich, quien desembarcará en el Senado en caso de resultar electa, confía en que el Presidente no le quitará el control de su cartera y le permitirá influir en la designación de su sucesor. Ella quiere que sea la actual secretaria de Seguridad: Alejandra Monteoliva. “A Javier no le conviene ahora pelearse con Patricia”, avisan desde el bullrichismo.
En el macrismo miran de reojo la feroz interna en la cúpula del Gobierno. Consideran que por más que Milei acepte ahora el ingreso de dirigentes cercanos al titular de Pro -como Guillermo Dietrich o Javier Iguacel- no podrá sacar de la parálisis a la gestión sin cortar de cuajo la pelea entre las tropas de su hermana y su asesor.