Lula no renuncia a negociar, pero acelera las represalias tras el tarifazo de Trump
BRASILIA.- El gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, comenzó este jueves a evaluar un abanico de medidas para responder ...
BRASILIA.- El gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, comenzó este jueves a evaluar un abanico de medidas para responder al arancel del 50% impuesto por Donald Trump a productos brasileños, una decisión que agitó al mercado y desató un cruce de acusaciones entre el oficialismo y la oposición bolsonarista.
“Primero vamos a intentar negociar, pero si no hay negociación, la Ley de Reciprocidad Económica será puesta en práctica: si él (Trump) nos cobra 50%, nosotros vamos a cobrar 50%”, advirtió Lula. “Tenemos varios caminos. Podemos llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), proponer investigaciones internacionales, pedir explicaciones”, amplió el mandatario, en una entrevista con TV Récord.
En un comunicado oficial divulgado el miércoles por la noche, Lula ya había prometido responder en base a la Ley de Reciprocidad Económica, sancionada por el Congreso en abril con apoyo del oficialismo y la oposición, que habilita al Ejecutivo a tomar contramedidas frente a decisiones que afecten intereses comerciales de Brasil en el exterior.
Trump justificó el miércoles el tarifazo en una carta dirigida a Lula, en la que acusó a las autoridades brasileñas de llevar a cabo una supuesta persecución política contra el expresidente Jair Bolsonaro, actualmente procesado en la corte suprema por intento de golpe de Estado.
Lula criticó duramente al líder opositor y a su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, quien reside en Estados Unidos desde comienzos de año y se ha dedicado, según él mismo, a promover ante la administración republicana sanciones contra Brasil.
“El expresidente debe asumir su responsabilidad. Fue su hijo quien fue allá a influenciar a Trump, que ahora intenta interferir en un proceso que está en manos de la Justicia brasileña. Acá, la decisión judicial se cumple”, subrayó Lula.
El presidente brasileño también acusó a Trump de defender el arancel en la misiva divulgada el miércoles con “mentiras” sobre la balanza comercial bilateral, superavitaria para Estados Unidos desde 2009, y lo criticó por intentar intervenir en asuntos internos. “Trump no puede pensar que fue electo para ser el sheriff del mundo. Puede hacer lo que quiera dentro de Estados Unidos, pero acá quienes mandamos somos nosotros, los brasileños”, afirmó.
Mientras tanto, el gobierno trabajaba en la conformación de un grupo de trabajo con funcionarios de distintos ministerios y representantes del sector privado para definir los próximos pasos, según pudo saber LA NACION de una alta fuente del Palacio del Planalto.
Por el momento, la posición oficial es no anunciar represalias antes de que el arancel entre en vigor -previsto para el 1º de agosto- con el objetivo de evitar una escalada diplomática y comercial innecesaria.
“Respetar a Brasil”El Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, liderado por el vicepresidente Geraldo Alckmin, ya tiene mapeadas varias alternativas para responder si no se logra revertir la decisión de Trump. Entre ellas, aparecen el aumento de aranceles a productos estadounidenses, la suspensión de patentes en áreas sensibles como medicamentos y semillas agrícolas, y la elevación de impuestos sobre películas, libros y otros servicios vinculados a los derechos de autor.
El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, cuestionó la decisión de Trump y aseguró que no tiene fundamentos económicos. “No hay racionalidad en lo que fue decidido. Todos saben que Estados Unidos actúa de manera arbitraria con América Latina y con Brasil también”, dijo en una entrevista con un canal local de Itararé, San Pablo.
Haddad destacó que, desde 2009, Brasil acumula un déficit de más de 400.000 millones de dólares en su comercio de bienes y servicios con Estados Unidos, lo que desmentiría la supuesta necesidad de represalias. También culpó a la familia Bolsonaro por haber contribuido a la medida y criticó al gobernador paulista, Tarcísio de Freitas, quien responsabilizó al gobierno de Lula por la reacción de Trump.
En tanto, la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil mostró su preocupación y sorpresa por la imposición de aranceles del 50% a productos brasileños e instó a intensificar las negociaciones con la Casa Blanca para evitar el impacto en la economía del país.
“No existe ningún hecho económico que justifique una medida de esta magnitud, como elevar los aranceles a Brasil desde el mínimo hasta el máximo. El impacto de estos aranceles podría ser grave para nuestra industria, que está estrechamente interconectada con el sistema de producción estadounidense”, afirmó el presidente de la CNI, Ricardo Alban, en un comunicado de la patronal empresarial.
En los mercados, el real llegó a acumular el jueves una depreciación de más del 3% frente al dólar desde el anuncio del arancel, en un movimiento similar al que registró la Bolsa de San Pablo, cuyo principal índice, el Ibovespa, moderó las pérdidas hacia el cierre. Las acciones más golpeadas fueron las de Embraer, el fabricante brasileño de aviones, que llegó a caer un 8% en la jornada.
El gobierno de Lula también comenzó a capitalizar políticamente el conflicto con una campaña en redes sociales bajo el lema “Respeta a Brasil”, reforzando la idea de que el país es soberano y no acepta ser tutelado por ninguna potencia. El mensaje fue una clara respuesta a las críticas de Trump contra el Supremo Tribunal Federal (STF) por el juicio contra Bolsonaro.
Varios ministros reforzaron esta narrativa. La jefa de relaciones institucionales, Gleisi Hoffmann, acusó al bolsonarismo de poner intereses personales por encima de los nacionales: “Estamos frente al mayor ataque hecho a Brasil en tiempos de paz, que busca afectar no solo nuestra economía, sino también nuestra soberanía y democracia”.
O PR @jairbolsonaro não pode resolver a Tarifa-Moraes. Botar pressão nele ajudará absolutamente 0% na solução do imbroglio.
Moraes pode começar a resolver este problema com sua caneta ou mesmo parando de enviar a PF na casa de parlamentares e seus parentes.
Congresso LIVRE… pic.twitter.com/5kKNVZy3rr
Por su parte, Eduardo Bolsonaro calificó el arancel como la “Tarifa-Moraes”, en alusión al juez Alexandre de Moraes, relator del caso sobre el intento de golpe. “Jair Bolsonaro no puede resolver la ‘Tarifa-Moraes’. Poner presión sobre él no ayudará a resolver el conflicto”, escribió en un posteo en X.
“El que puede empezar a resolver el problema es Moraes, con su lapicera. O dejando de mandar a la policía federal a la casa de parlamentarios y sus familiares”, añadió. El hijo del expresidente incluso pidió a sus seguidores que agradezcan a Trump por la imposición del arancel del 50%.