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Mara Bestelli y Marcelo Subiotto: se enamoraron trabajando, se casaron y protagonizan una película premiada en Berlín

Mara Bestelli y Marcelo Subiotto salen de un ensayo y el Centro Cultural 25 de Mayo se convierte en el lugar indicado para hablar de la película ...

Mara Bestelli y Marcelo Subiotto: se enamoraron trabajando, se casaron y protagonizan una película premiada en Berlín

Mara Bestelli y Marcelo Subiotto salen de un ensayo y el Centro Cultural 25 de Mayo se convierte en el lugar indicado para hablar de la película ...

Mara Bestelli y Marcelo Subiotto salen de un ensayo y el Centro Cultural 25 de Mayo se convierte en el lugar indicado para hablar de la película El mensaje. Entusiasmados con el reciente estreno, recuerdan que fue un proyecto hecho a pulmón, pero también muy familiar: el director Iván Fund es su padrino de casamiento, y la protagonista que los acompaña, la niña Anika Bootz, es la hijastra del cineasta.

Actores apasionados por su profesión, se conocieron sobre las tablas en el 2008 y recién el año pasado, después de más de una década de relación, dieron el “sí, quiero”. En diálogo con LA NACION, recorren su camino en la profesión, los proyectos compartidos y reflexionan acerca de la importancia de que una película como El mensaje haya resultado ganadora del Oso de Plata en medio del acuciante momento que atraviesa la cultura en nuestro país.

—¿Qué pueden contar sobre El Mensaje?

Mara Bestelli: —El Mensaje es una road movie de una familia: son dos tutores y una niña que van por los pueblos. La niña tiene la capacidad de leer la mente de los animales y comunicarse con su alma. Entonces, lo que ellos hacen es ofrecer ese servicio a las personas que necesitan por algún motivo saber qué le está pasando a ese animal o si el animalito está enfermo o lo que sea. De esa manera llevan su vida adelante.

Marcelo Subiotto: —Es una película de vínculos que se van a ir descubriendo y se va a saber por qué estos tutores están con esta niña, hacia dónde están yendo.

—Y el dilema de qué se hace con el don de esta nena…

Subiotto: —Ahí hay una situación bastante polémica y que me parece que interpela al espectador que tiene una mirada un poco más burguesa, cómo miramos y cómo vemos lo otro a partir de los ojos de nuestra propia constitución subjetiva. Ellos son una familia nómade, viven así, como las viejas familias de circo que vivían en sus carromatos y hacían sus números y todos laburaban en el circo y trabajaban.

Bestelli: —Son dos personajes muy nómades, son grandes y se hacen cargo de una nena por una circunstancia que la película revela. A mí me gusta esa idea que dice Marce del circo y también la idea del don; si tenés un don, qué hacés con eso. No se puede meter abajo de la alfombra.

—¿Cómo describirían a sus personajes?

Bestelli: —Miriam es la abuela de la niña en cuestión. Es la que se encarga de organizar y llevar adelante, acompaña a la nena a las sesiones. Y él es el que manda los mensajes para poder cobrar, pero ella está siempre atenta también a ver si él está haciendo esa tarea también. Controla todo.

—Debe haber sido un rodaje muy familiar: ustedes son pareja, conocen a Iván Fund y Anika es la hijastra de él... ¿Cómo recuerdan esos días de filmación?

Bestelli: —Ella es también la hija de Betania Cappato, que hace la madre en la película y que, además, es la vestuarista.

Subiotto: —Nos conocemos de proyectos anteriores. Trabajamos todos juntos en Piedra Noche, la película anterior. Y de ahí nos quedó una relación muy buena, muy familiar. Iván es el testigo de nuestro casamiento. A Anika la conocemos muchísimo desde chiquitita. Esos lazos vinculares Iván también los aprovechó. Y con Anika tenemos una relación muy afectiva y muy lúdica.

Bestelli: —Desde muy chiquita, tenía cuatro no sabía ni escribir y nos mandaba sus guiones escritos y nosotros la actuábamos.

—O sea que antes de esta peli, ella los dirigió....

Bestelli: —Sí, tenemos esa relación con ella, y eso ayudó.

Subiotto: —Sí. No hay especulación en esto, ¿no? En realidad somos cineastas que nos fuimos encontrando y, después, hubo un vínculo más asociado a lo afectivo y algo familiar.

—La película ganó el Oso de Plata en Berlín. ¿Cómo fue esa experiencia?

Subiotto: —Fue una experiencia muy hermosa. Primero, porque la película nos agarró en un momento como es el momento de hoy del cine, de mucha crisis. Nosotros decidimos hacerla por una necesidad de hacer cine, de no estar callados. Decidimos hacerla juntando entre todos los recursos para hacerla, después productoras que entraron para ayudarnos a terminarla, porque una película cuesta mucho. Entonces, haber llegado, como llegamos, como una especie de equipo de la C, a jugar la Premier League, se disfrutó mucho.

— ¿Y para ustedes cómo es trabajar juntos? ¿Hace cuánto se conocieron?

Subiotto: —Nos conocimos trabajando en una obra de teatro en el 2008. Así que estamos trabajando juntos hace mucho. Trabajar juntos es algo natural y tenemos una mirada de la actuación que es muy similar, somos muy apasionados los dos, curiosos y estamos todo el tiempo pensando y repensando la actuación.

Bestelli: —Él es mi actor favorito. Se me hace más fácil todo cuando actúo con él. Lo uso. Nos tenemos una admiración mutua con eso y eso nos hace asociarnos con proyectos de teatro, de cine.

—¿Se aconsejan en lo profesional?

Bestelli: —Sí, cuando trabajamos juntos y cuando no. Siempre uno está buscando la mirada del otro. Es más, ahora que estamos haciendo juntos una obra volvemos a casa y seguimos hablando hasta que en algún momento alguno dice ‘basta’.

—Es que sino no paran nunca...

Subiotto: —No. Pero tiene que ver con la pasión con lo que hacés.

—¿No hay discusiones en el set que se llevan a casa o al revés?

Bestelli: — No, del set no.

—¿De casa sí entonces?

Bestelli: —Pero no la llevamos al set (risas).

—Entonces se conocieron trabajando.

Subiotto: —Nos conocimos en el 2007/2008 en una obra de Daniel Varonese . Nos casamos el año pasado, así que ya tenemos fecha para festejar.

—¿Y cómo fue tomar la decisión ya después de más de una década?

Bestelli: —Hacía un montón que queríamos casarnos, pero siempre uno estaba haciendo una obra o el otro filmando. El año pasado pusimos fecha.

—¿Cómo empezó su historia?

Subiotto: —El trabajo nos acercó mucho. Tenemos también muchos intereses en común. El universo cultural, la filosofía. De repente ya estábamos adentro.

—Cuéntenme sobre la obra que están ensayando.

Subiotto: —Se llama Historia de una pareja. Fuimos cambiando el nombre. Es de Daniel Veronese y Matías Defederico. Calculamos que para fin de año estará. Estamos trabajando mucho.

Bestelli: —Es una obra de formato independiente. Cuando esté, la hacemos. Era más compleja de lo que pensamos, hubo que trabajar mucho más, y ahí dijimos de hacerla a la vieja escuela y ensayar, ensayar, ensayar antes de sacarla. Son territorios de experimentación y de trabajo que a nosotros nos sirven como actores.

—¿Y el resto del año cómo viene?

Bestelli: —Yo empiezo a ensayar en agosto una obra para el San Martín, Los pilares de la sociedad, que va a dirigir Jorge Suárez.

Subiotto: —Yo me estoy yendo a España a filmar en agosto, y también ensayando otra obra independiente. Hay un proyecto para octubre de cine de Benjamín Naishtat.

—Con quien ya hiciste Puán...

Subiotto: —Me gusta trabajar con él, me parece un director interesante. Y Puán sigue dando satisfacciones. Fue muy fuerte, muy linda, pasaron cosas muy potentes, la coyuntura política demostró que los géneros se mueven según lo que está pasando en tu país en ese momento. Entonces una película que parecía distópica terminó siendo una película casi realista y hoy es un documental.

—Siempre moviéndose.

Subiotto: —El tema es el hacer, y en estos tiempos más que nunca. Nosotros pertenecemos a una tradición de teatro donde la autogestión está en nuestro ADN. No porque alguien no me banca, sino por la necesidad de hacer y hay obras o películas que son necesarias porque forman parte de lo social. No imagino mucho una sociedad o un mundo que solamente está preocupado para ver si baja o sube el dólar. Hay un montón de cosas que son vitales y necesarias en una sociedad que la hacen sana. Hay una frase que dice que “la cultura es el pulmón de la sociedad”, no hay teatro si no hay alguien que mira siempre es con el otro espectador.

—¿Qué piensan de lo que está pasando con el financiamiento cultural en la gestión de Javier Milei?

Subiotto: —No sé si toda la sociedad tiene conciencia de eso, pero lo que hacen esas instituciones es fomentar cultura. Y sobre todo para aquellos que empiezan, es fundamental. Se fomenta un semillero de artistas que tienen la posibilidad de acercarse a esos mundos y de generar después creadores y se organiza la industria. La industria no es dinero nada más. El Eternauta está porque hay 20 años atrás o 25 de políticas que permitieron que un montón de gente se forme y ahí está. No es que alguien le pone plata y listo. Con el teatro pasa lo mismo, hay más cantidad de salas acá que en cualquier otro país de la región y tiene mucho que ver con el Instituto Nacional del Teatro, por ejemplo.

Bestelli: —Tenés 18 años y ganas de hacer teatro, hay una comunidad que te va a recibir.

Subiotto: —Yo creo que hay que sincerar la discusión. La discusión no es si queremos que esas instituciones funcionen mal o bien, porque todos creemos que funcionan bien. La discusión es si queremos que estén o no. Esa es la discusión. Y esa hay que sincerarla, me parece. Entonces primero vamos a sanear y una vez que saneemos la discusión es política, es ideológica y es bueno lidiarla. Pero me parece que hay que blanquearla un poquito más. Así sabemos qué estamos discutiendo.

—¿Y qué esperan que pase en el sector a corto plazo?

Bestelli: —Va a ser un sector que cada vez va a estar más ahogado con peligro de extinción.

Subiotto: —Habrá producciones a partir de lo que hoy son las plataformas que tienen los capitales como para poder generar proyectos pero eso también va a ser una narrativa en una sociedad. No alcanza para una industria y en esa industria trabaja mucha gente también.

—Cambiando de tema... Marcelo, ¿esperabas la repercusión que tuvo El Eternauta?

Subiotto: —Tenía mucha fe a lo que estábamos haciendo porque la verdad que estaba buenísimo; Bruno Stagnaro es su director y es uno de los guionistas más grandes, para mí era imposible que eso saliera mal, ¿no? Ahora la repercusión frontera afuera no la esperaba. Me cruzo con gente que me dice “gracias” o me llegan historias de escuelas en las que los chicos están haciendo cosas con la historia.

—El Eternauta tiene mucha argentinidad y aun así pudo tener muchísima llegada al mundo, ¿por qué creés que pasó eso?

Subiotto: — Cuando una identidad está narrada de manera tan clara, contundente y es honesta, de alguna manera hay como una especie de fórmula que hace que replique universalidad. Los géneros no tienen nacionalidad, la ciencia ficción no se hace sólo en Hollywood. Pero sí, tiene muchas características nuestras, partiendo del grupo de amigos que se junta todas las semanas en una casa, a jugar al truco. Rituales que generaron atracción afuera.

—¿Y post Eternauta se abren más puertas a la hora de conseguir trabajo?

Subiotto: —Obviamente ayuda. Me da una visibilidad que no tenía o la multiplicó, después que te dé más o menos trabajos qué se yo… Nuestra profesión es un poquito rara en eso.

—¿Siempre pudieron vivir de la actuación?

Bestelli: —Yo tardé unos años. A los 19 firmé mi primer contrato pero después seguía haciendo otras cosas relacionadas, daba clases.

Subiotto: —Pasados los 30 pude trabajar solo de mi profesión, pero antes hacía cosas cercanas como teatro callejero, animador de fiestas.

—Entonces, ¿un mensaje para los jóvenes que quieren dedicarse a la actuación?

Bestelli: —Si lo querés hacer, lo tenés que hacer. Es lo que hablamos antes del don en relación a la película.

Subiotto: —Lo tenés que hacer por el bien tuyo y el de la comunidad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/mara-bestelli-y-marcelo-subiotto-se-enamoraron-trabajando-y-protagonizan-una-pelicula-premiada-en-el-nid08072025/

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